-Este sitio es enorme...
Valerie me tomó de la mano mientras entrábamos. Sonreí sin sorprenderme en lo más mínimo. Mónica jamás se quedaba atrás a la hora de hacer fiestas. El lugar era increíble. Habían ordenado pequeños grupos de diferentes muebles que ni combinaban alrededor de mesitas dándole un aspecto más relajado al asunto y dejando un espacio en el medio que sirviera como pista de baile. En otro lado habían acomodado una mesa de bar y por lo visto habían contratado a alguien para que preparara los tragos. La bebida parecía abundar y casi todo el mundo se paseaba con un vaso en la mano. Bandejas con sanduchitos y dulces iban de mano en mano, avanzando entre los invitados hasta quedar vacías y ser recogidas para volver a ser generosamente provistas. La música retumbaba invitando a festejar, tomar y bailar. A pesar de la música se distinguía el rumor de las diversas conversaciones proveniente de casi todos los rincones del lugar.
Sentí un suave apretón en la mano y me giré hacia mi novia. Frunciendo el ceño le pregunté qué ocurría. Ella me respondió con un movimiento de cabeza. Un grupo de amigas suyas estaban bailando al otro lado de la pista en la que a cada canción se acercaba más gente.
-Ve -le dije levantando el tono y acercando mis labios a su oreja para que me pudiera escuchar con claridad por encima del ruido -Yo voy a buscar a Mónica.
Valerie asintió y tras darme un rápido beso en la mejilla se movió entre la gente para llegar con sus amigas. Me dirigí a la barra donde de seguro me encontraría con el grupo de vagos con los que solíamos tratarnos de amigos. Efectivamente Tomás y Javier no habían perdido el tiempo y delante de ellos había un buen número de vasos vacíos evidenciando que ya llevaban un rato ahí. Nos saludamos con un choque de manos y al instante me tendieron un vaso para que brindáramos juntos. Me lo sequé de una y lo dejé en la mesa.
-¿Qué hay? -pregunté.
-Unas flaquitas más ricas -Javier alargó exageradamente las "i" mientras que sonreía con satisfacción.
-Yo estoy tratando de volver a ver a una -me contó Tomás que por lo visto estaba más sobrio.
-¿Cómo era? -inquirí a la vez que le hacía una seña al encargado de la mesa de bar para que me alcanzara otro trago -Pero antes... ¿Dónde están Hernán y Mónica? ¿Qué es de Tam? ¿Han visto a Barbie? ¿Andrei? ¿Mateo?
-Mateo ya caducó, se va a perder ver a Jannine que va a venir con Jace... No creo que a Jace le moleste -se burló Javier meciéndose al ritmo de la música -Tamara iba a llegar con Adriana hace un rato...
-Hernán está con Melanie ayudando a Mónica con lo de la comida. Mónica y Andrei estaban bailando hace un rato -terminó de contar Tomás -¿Podemos regresar a la chica que te dije?
-¿Qué tenía de especial? -me recosté contra la barra, aceptando el cigarro que me ofrecía.
-Mira, ni siquiera la vi bien -confesó.
-El muy ridículo cree que vio a una chica pero ya le llamó la atención.
-¡Mi Castiel! -oí un chillido que me detuvo de contestar al comentario entre risas que había lanzado Javier.
Solté una carcajada al reconocer de quién provenía esa voz. Casi al instante sentí unos brazos que me rodeaban y riendo respondí al abrazo de mi amiga.
-Mi Adri bella -le seguí la broma -¿O debería decir "mi Barbie"?
Me cayó un golpe juguetón combinado con una mirada divertida. Adriana se separó de mi y saludó animadamente a Tomás y Javier. Tamara se acercó casi al instante para saludarnos con alegría.
-¿Cómo están mis chicas? -abracé a cada una tomándolas de la cintura.
-Rogando que me den un buen shot de lo que sea -sonrió Tamara soltándose para girarse hacia la barra.
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The Real Bad Boy (PUBLICADO)
Teen Fiction-Ni sueñes con que pasará el estúpido y típico cliché. -¡Pues me alegro! -¿Ah sí? A mí me parece que ya estás loquita por mí. -¡Loquitas tus neuronas! Tú eres el que sueña con el cliché. Bien que te mueres de ganas de que me enamore de ti. -Si quisi...