1. Emma es una adolescente.

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Diario 25/01/2013

Yo no soy la rara. Son ellas.

Ellas, las que se complican por todo, las que si ven algo que no les gusta, te dejan de hablar, ellas. Tener catorce años no es lo mismo que en las películas, donde entras a la preparatoria donde misteriosamente conoces al chico misterioso y aunque él sea muy rudo y tú muy fresa enfrentan los problemas sociales y ¡zaz! se quedan juntos.

No.

La vida no es así.

Y en caso de que lo sea, la mía se fía de lo original. La mía es una desgracia, es como si apenas nacieras te dieran un hilo, y tú trazas lo que quieres mostrar, bueno...mi hilo ahora es una bola de lana con la que mi gata Nina juega.

No hay mucho qué contar, o bueno, sí, quizá sí. Pensándolo bien creo que mi vida les interesaría mucho, aquí como ven, soy una pre-adolescente hormonada, sin amor, muerta de hambre que no llega ni a los 50kl. Soy un palo.

Pero soy sin duda la hormonada, sin amor, muerta de hambre que no llega a los 50kl que quisieras conocer.

¡Demonios! ¡Digo que soy interesante!

Pues, bien, mi nombre es tan común que se me abren los poros con sólo escucharlo.

Emma.

Síp. Emma, sólo Emma, ¿eh? Odio el apellido, sobre todo porque desde que entré a la prepa me llaman por él, nada de "Emma, a dirección." ¡No! Aquí en este mundo retorcido soy la señorita Collins. Bien, vamos que no es un mal apellido, pero cuando los seres vivos que aborrezco pronuncian mi apellido me vienen las horcadas mentales y quiero salir huyendo, pero no, no lo hago y no por el hecho de que mi padre sea el director del Instituto, nop, no me da miedo. El pavor viene aquí, cuando me doy cuenta de que si huyo del Insituto, no habrá nadie.

Emma no tiene a nadie con quién huír.

No tengo idea de por qué hablo en tercera persona, suena algo egocéntrico, pero como digo, este es mi diario, yo escribo lo que sea con mi diario, en fin, le estoy hablando a la nada porque a la final y llega un meteorito y acaba con mis historias y mi supuesta vida social por aquí.

Pero esta es la primera página y escribiré todos mis míseros días esperando una historia con la que el papel de este diario me pida ser publicado.

Bueno y si me olvido, por favor no se enojen que no dejo las cosas tan fáciles.

Por cierto, en caso de que quiera recordar cómo me siento hoy, diré que me duele la barriga como no tienen idea.


- ¡Emma, la comida está fría! ¡Ven a cenar, muchacha! ¡Venga, venga ya!

Bueno diario, Tita me llama a comer, ya son las seis y media y mañana madrugo, es mejor no dormir con el estómago lleno, adiós queridos árboles asesinados en los que escribo.

-Emma



Las chicas no pueden ignorarme todo el campamento, digo, no tengo muchas amigas pero si las pocas que tengo me ignoran todo el tiempo, realmente este verano será un asco.

- Alexa, Camila, Aria y Emma van a la cabaña once.

Yo miré a las chicas y ellas rodaron sus ojos, bueno...al menos no cambiaron la decisión de la profesora. Siempre era así. Yo quería entrar al grupo y ser normal, pero la mínima estupidez que haces se van, así de simple.

Y lo que hice no fue tan estúpido, o sea, es ilógico que se enojen por eso.

Todo fue así...empecemos con lo primordial, tengo catorce y no he besado a nadie, ¡no es delito! Y fuimos a una fiesta de esas que organizan otros Institutos y por primera vez Emma Collins mostró su delgado y costiyudo abdomen. No estaba nada mal arreglada y Camila tiene a un primo por el que todas se mueren, su nombre es John -mal peinado-, claro que el "mal peinado" no va, espero que me lean entre líneas, así que, mientras John-mal peinado- bailaba conmigo intentaba sobre pasarse y yo lo detenía, me fui al baño a eso de las doce de la noche, salí por la ventanilla pequeña del baño y salí huyendo a casa, así que para el Lunes yo no era nadie para las chicas.

¿Lo ven? Si lo ven desde mi punto yo sólo soy la víctima por simplemente querer un beso decente. No exijo estar enamorada, pero por lo menos el ser humano que llegue a tocar mis labios tenga la decencia de no hacerlo en frente de todos.

¡Soy una pobre criatura! Con decirles que no he tenido "primeras veces" en casi nada.

¿Ustedes creen que me ha llegado el periodo? ¡Pues, no!

¿Ustedes creen que un chico me ha tocado la mano? A menos que la respuesta sea "Carlitos el del Kinder" ¡pues, no!

¿Ustedes creen que un chico me ha sonreído y yo de vuelta? ¡Pues mi papá no cuenta!

Ya saben lo del primer beso fallido. Entonces la respuesta a todo es...

¡No, no y no!

No he hecho ni la mitad de cosas que una chica de catorce años ha hecho desde los doce.

Soy simplemente Emma.

Sólo Emma.



- Nuestras camas son las literas, puedes quedarte con la cama individual del fondo.

Habló Alexa rompiendo el hielo en esa húmeda habitación, esa cama olía a animal extinto muerto, ¡ni loca duermo allí!

-Pero hay dos literas...equivalen a cuatro colchones disponibles.

- Sabemos a lo que equivalen, Emma, pero no queremos que duermas con nosotras.

Maldita. Pero qué desgraciada que es esta tipa, Camila, me las pagarás mientras duermas...no, no me sale ser mala, jamás me ha salido, por lo general soy de esas de "me importa lo que pienses" y eso está muy mal.

- Da igual donde duermas, de seguro que te las ingenias para fugarte por una de estas ventanas.

Basta Aria.

-¡Ya! ¡Listo, me rindo! Estoy harta de que piensen lo peor de mí cuando no pude darlo, no quise, ese es el punto. Claro que podía, ¿qué tan difícil puede ser besar? ¡Apuesto a que se te da como en las películas y ya! La cuestión es que yo, Emma Collins no quería besar a John peinado ridículo, lo siento Alexa, pero tiene un peinado asqueroso.

- ¡Ay! Pero claro que nos pudiste haber avisado si te ibas, ¡estábamos preocupadas! No fue tanto que no lo hayas besado, aunque me molestó porque sabes muy bien que él vive en el Norte y lo llamé solo por ti, pero lo que nos preocupó fue que ni llamaras, yo pensé lo peor hasta las dos de la mañana cuando Roberta entre ebria y sobria dijo que te vio ir en un taxi y que le pareció haber escuchado que tú le decías tu dirección al chófer.

Oh, mierda. Yo juraba y re juraba que era por el hecho de ser virgen de labios, bien...menos mal que no vieron las cosas desde mi punto de vista...y si lo hicieron, pues...¡Jé! Les he enseñado que deben fiarse de un punto panorámico.

- No te pongas triste, ¿ya? -habló Aria- Entendemos que quieras enamorarte cuando des tu primer beso, pero no todo se trata de eso, ¿okay? A veces simplemente llega, ni te lo esperas y ya estás besando, estábamos preocupadas por ti, boba, porque eres nuestra amiga y en un año desde que entramos te hemos querido, y tranquila que hoy comemos chatarra y dormimos tarde.

Y ahí fue cuando entre el abrazo grupal y el estómago revolviéndose, pasó. Lo sentí y no pude evitar decirlo.

- Chicas, creo que me llegó el periodo.


AwkwardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora