Un color especial.

51 2 3
                                    

"Este momento, no puedo olvidarlo", eso me dije en aquél entonces entre tanta alegría y gozo, mi corazón saltaba felizmente y a la vez me envolvía una extraña sensación.
─ ¿Esto es a lo que llaman, magia?
Sinceramente, nunca quise algo como eso y estando así me invadía una gran curiosidad. No puedo negar que al usarlo la primera vez me sentí muy asombrada pues nunca antes viví una experiencia semejante.
Me sentía tan viva y tan feliz conmigo misma al hallar tan hermosa cualidad en mí.
─ Lastimosamente, fue descubierto mi secreto. Y fui lastimada emocionalmente.
Causó tanto dolor a mi alma y a mi corazón. No creí que algo tan bonito hiciera tanto daño a mi vida.
Jamás creí recuperarme del todo, sin embargo, hacia el esfuerzo de no caer ante tal negativa depresión.
Un año transcurrió, como si fuese el más largo de toda mi vida, y lo que antes solía ser paz y alegría, se volvio solo caos para mí.
─ Mis preciados amigos, poseídos por el miedo y la rabia me veían diferente y me trataban como algo horrible, como a un ser que no debía existir.
Por mucho que quise aguantar, fui consumida.
Estuve deprimida por un largo tiempo, ese año se hizo una eternidad y no había nada que pudiera hacer.
─ Más que aguantar, y recaer una y otra vez en el llanto, rodeada de una atmosfera de total soledad.
Mis emociones, cada vez que las mostraba dejaban ver ese defecto, ese extraño fenómeno salía a la luz. Eso asustaba mucho a mis compañeros.
Los rumores se esparcieron rápido. En sólo pocos días, luego de que ocurriera la primera vez, toda la escuela ya se había enterado. Los profesores me veían como un monstruo. Ser una estudiante en esa escuela era horrible para mí desde ese entonces.
─ Duele recordarlo.
Mi abuelo, quien cuidó siempre de mi desde pequeña (y es también mi único familiar) me ayudó al enterarse (No por mi), la única persona a quien podía llamar amiga (María, mi profesora de música aunque pudo contarle a mi abuelo ya el daño estaba hecho).
─ De inmediato fui transferida a otra escuela. A esta Academia.
Seis días después, me doy cuenta, que la soledad me agobia nuevamente. ¿Por qué? Tras vivir un año con ese extraño fenómeno que ocurría con mi cuerpo descubrí que mis emociones ─ por más mínimas que sean─ accionaban el disparador para iniciarlo.
─ No puedo mostrar mi alegría, ni tristeza o cualquier sentimiento frente a otros.
En mi clase fui excluida del grupo de inmediato, eso rasgo mi corazón. Mis fuerzas eran pocas, en muchas ocasiones quise rendirme y no pude algo en mi pecho me obligaba a continuar y mantenerme firme así es como aprendí a ser positiva sin importar la situación. Aún si pudiera mostrar una leve sonrisa, no podría, aun si fuese una falsa.
En la primera clase a la que asistí, un chico llamo mi atención el veía hacia el cielo a través de la ventana desde su asiento al final de la fila en la cuarta columna.
─ Mi nombre es Karen Duncan. Es gustó compañeros.
El profesor sólo me miró y pregunto ─ ¿eso es todo? ¿No hay algo más que quieras compartirnos?
Sólo moví la cabeza una vez hacia ambos lados y acto seguido incline la mirada.
─ Bien pasa, al fondo hallaras un puesto vacío.
Bastó sólo dos minutos luego de presentarme para que todos me ignoraran, mi mesa estaba dos asientos más adelante que la del chico.
─ ¿Por qué actúa tan despreocupado?
Terminó la clase y yo me encontraba totalmente sola. Los otros chicos se reunían en grupos y hablan entre sí. Algunas de las chicas posaban sus ojos en mí y lucían molestas.
"Es un buen momento para explorar la Academia", pensé tratando animarme.
Quise levantarme y justo en ese entonces, las chicas (cuyos ojos permanecían enojados) se acercaban a mí ─ ¡quédate allí! ─ exclamo una de ellas.
Y eso hice, por reflejo sólo me quedé paralizada por un momento y al reaccionar ya estaba de nuevo sentada.
─ Con que tu nombre es Karen, ¿no es así?
"¿Que hago, querrán meterse conmigo? Da miedo esta situación", me dije a mí misma preocupada.
─ Sí, así es. Soy Karen Duncan, mucho gusto. Y ustedes, me dicen sus nom-
─ Cállate -grito ella interrumpiéndome─! Me fastidia tu mirada, sabes. Tienes una cara un tanto arrogante, eso nos molesta a todos. ¿Es que te crees mejor que nosotros? Por eso nos miras así, ¡¿AH?!
"No fue así cómo quise mostrarme yo sólo pensé decir la verdad", enojándome conmigo misma.
─ No es verdad, no me creo mejor que nadie.
No me creyeron, ya que mi rostro, mi expresión permanecía igual.
─ Con esa forma de mirar ¿piensas que te creeré?
¡BUM!
Ella golpeó con fuerza en mi mesa, me asustó bastante, al igual que a las otras chicas ellas retrocedieron un poco. Los demás chicos alrededor murmuraban cosas entre ellos. No los escuchaba del todo.
─ ¡Sólo por tener una linda apariencia y un cabello largo y bonito, te crees mejor que las otras chicas, mejor que yo! Quizás deba ayudarte a conseguir -ella tocaba mi rostro mientras lo decía, Yo hacía un gran esfuerzo para no emocionarme de ninguna forma- un nuevo look cortando ese cabello tuyo.
Su mano se movía por mi cabello lentamente, no lograba saber que hacer más que aguantarme para evitar que el fenómeno se activará y ocurriera lo que ya había pasado antes en mi otra escuela.
─ Quedarás preciosa, ¿qué me dices?
Creí que explotaría cuando empezó a templar de mis cabellos... Sus ojos eran de temer.
─ ¿Aceptaras?
─ Jo, vaya.
Alguien hablo desde atrás, y la chica frente a mí se detuvo un poco.
No vi quien era hasta que tomó la mano de la chica frente a mí y la obligó a soltarme.
─ Ya te dijo que no se cree más importante que nadie aquí presente, no te basta, ¿Yinny?
─ Tu, ¿porque tenías que meterte, Dan?
─ Sólo porque así lo quise. Ahora vete.
Su voz, no era como la de otros chicos... Su voz era suave se sintió diferente cuando le escuché decir las primeras frases, con las cuales me defendió.
Respire contando hasta tres y con eso pude calmarme completamente.
─ Muchas gracias por lo de hace─
─ Si, como digas -de nuevo fui interrumpida, el caminaba alejándose de mi mesa─. Mi nombre es Dan. De ahora en adelante cuídate por ti misma. No te metas en problemas. Adiós.
Así sin más, él se fue... Y volvió a su mesa como si nada hubiese pasado. No me dejo agradecerle correctamente. Me sorprendió mucho el hecho de que el chico que permanecía distraído observando el cielo cuando llegue al salón fuese el quien me salvara. Fue distinto. Algo dentro de mí empezó a moverse.
"¿Que será está sensación?", me cuestione al tratar de hallar respuestas. Así, salí del salón a ver la escuela...
Pero antes de eso... Quise intentarlo.
Me acerqué al chico, cuyo nombre es Dan con intenciones de preguntarle.
─ ¿Huh? ¿Quieres algo?
Me quedé a lado de su mesa con la mente en blanco.
─ Bueno, Yo...
─ ¿Sí?
─ Tú, ¿podrías mostrarme la escuela?
─ Quizás, en otra ocasión. Ahora mismo no puedo.
Con tal respuesta, sólo decidí irme, el volvió a recostarse en la mesa. Lo vi al dar una mirada hacia atrás cuando me retiraba del salón.
─ "Esa chica si es diferente, rayos".
No entendí del todo la actitud de ese chico, fue tan amable al defenderme y luego fue algo brusco cuando quise agradecerle y lo mismo pasó al tratar de pedirle que me mostrara la escuela.
Sin embargo, está bien. Me acostumbré totalmente al maltrato que solían darme, para mi es extraño el que alguien se porte amable conmigo... Y eso es triste.
A paso lento, recorrí gran parte de la Academia e inesperadamente, era inmensa... Terminé perdiéndome en uno de los pasillos hasta que encontré un patio trasero. Justo detrás de los edificios principales.
Estando totalmente sola entendí... Que así es como debía estar.
─ No existe nadie que me salve de la soledad. Por más que aguante, por más que resista, este fenómeno siempre me hará volver a la realidad a la que pertenezco. Quizás si soy el monstruo que Alice nombraba tanto, ella quien solía ser una parte importante de mí. Mi mejor amiga.
"Ahora sólo tengo una gran tristeza que se apodera de mi... Aun siendo una chica buena".
─ ¡SIEMPRE SERÁ ASÍ! ¡WAH ─grite con lágrimas brotando de mis ojos─!
Era imposible no romper en llanto. Sólo deje que la tristeza llegará y se apoderara de mí. Aguantar era imposible...
Mis rodillas se rompieron al caer en la tierra. Pero el dolor en mi corazón era más fuerte.
─ Este cabello tan diferente, nunca me dejara de ser feliz, porque... Yo sólo. ¡Yo solo! ¡Aw -chille desconsolada─!
Sí, mi cabello. No solía ser como ahora...
Pude hacer memoria.
─ Como estabas, así era mejor. Estaba corto y su color era negro.
Justo en ese momento era rubio y muy largo.
─ Y al sentir mi tristeza, se torna de una forma, al sonreír cambia de nuevo y así con todas mis emociones. Justo como ahora, si estoy llorando. Tu color púrpura. Ver este color en mi cabello, me causa dolor... Y el color azul me enoja mucho, gracias a que se torna de ese color cuando soy feliz, no puedo sonreír...
Yo solo quería desahogarme, y gritar hasta que mi cuerpo no aguantara más.
Hice el intento.
"Realmente me odi ─interrumpí en seco mi grito al oír otra voz.
Me vi inesperadamente sorprendida.
─ ¡Oye!
En ese instante la voz de alguien más, era lo último que quería. Me habían descubierto.
─ ¿Estás bien? Oye, ¿Duncan?
Por mi cabeza pasaron imágenes, todo lo malo que me había pasado en mi otra escuela estaba presente en mi cabeza. No quería aceptarlo. No debía pasar de nuevo y menos cuando apenas era mi primer día en esa Academia. Mi desesperación me agobiaba.
Y para atormentarme aún más, mi cabello se torna de un color blanco. Ese era el color de mi desesperación. Mi angustia.
Pero.
Acepté la realidad y levanté lentamente la vista y busque ver a ese chico, no lo pensé de inmediato sólo paso por mi mente en cuanto su voz llegó de nuevo a mis oídos. Pude verlo frente a mí.
─ ¿Qué haces aquí?
Era ese chico de antes, Dan. Cerré mis ojos con fuerza justo cuando intente tapar mis orejas, no quería lo que diría a continuación, lo escuché.
─ ¿Estás bien? ¿Lloras porque te extraviaste? O ¿es por lo que ocurrió con esas chicas?
Se acercó y me ayudó a levantarme.
Queda muy impresionada, no sabía que decir.
─ Ya veo, por eso estas así. Te caíste y se lastimaron tus rodillas. Y estas sangrando. Supongo que me equivoque al pensar otra cosa. Descuida, no está tan mal. No es algo tan grave como para llorar así como lo haces. Cálmate, bien?
"¿Acaso el...no puede ver?".
─ Tú, tu... Me ves ─ mi llanto no me dejaba hablar correctamente, aún había lágrimas que caían de mis ojos.
─ Claro, te veo. Y también que sólo eres una chica muy débil a mi parecer. Eso es un problema -agrego algo molesto.
"¿Heh? El, realmente... No puede ver este fenómeno. ¿No ve mi lado monstruoso?".
─ ¿Yo una chica normal? ¡WAH! ¡AW!
Rompí en llanto nuevamente...
─ Oh, rayos. Está bien. Disculpa, no era mi intención. No llores, bien. Por favor, alguien más puede venir y estaré en problemas si te ven así. ¡Y no dije normal, dije débil!
"Tonto, son lágrimas de alegría...".
Jamás, en tanto tiempo, un año... Tan largo que se sintió una eternidad para mí, alguien me había visto llorando y mucho menos me había dicho que era una chica frágil. Todos los que me veían sonriendo me temían por mi cabello tan extraño.
El sí lo hizo. Yo estaba feliz.... No me importaba nada más. Ni siquiera el cómo me encontró.
─ Bien, entiendo... Haré algo lo juro, te lo compensaré pero por favor ya deja llorar.
─ ¿Lo prometes ─pude decir, sonriendo por primera vez en tanto tiempo─?
─ Está bien, lo prometo ─su rostro volteo a un lado al yo verle a los ojos.
─ Oh, Vaya.
Por curiosidad pregunte, si sucedía algo malo...
─ No es eso. Es sólo que, tu sonrisa me sorprendió con la guardia baja. Deberías sonreír más a menudo. Tienes una linda sonrisa. Para ser una debilucha y además un problema ─replico en voz baja.
Entendí, él estaba sonrojado. Y yo también por sus palabras.
Unos segundos después, le agradecí. Mi voz era más suave de lo normal.
─ Gra...cias.
─ Eh..., de nada. Bueno, mejor. Te llevo a la enfermería. Hay que curar tus raspaduras, mamá solía decir que una cicatriz en la piel de una chica no debe existir o algo así.
─ ¿Cicatrices?
─ Sí, mira bien. Están sangrando. Tus piernas.
─ Eh, tu... Sabes, es incómodo que mires tan fijamente mis rodillas, me da vergüenza.
─ Ah, ¿acaso insinúas que soy un pervertido? Como sea, no soy de esos. Y no llores de nuevo, porque... yo, bueno... no quise incomodarte.
─ Bueno, sólo te creeré si mantienes tu promesa.
─ Bien, lo entiendo. No romperé mi promesa. Que chicas más problemática.
Me sentí feliz, con sus palabras. Aparte de ello yo aún tenía cierto agrado por su voz... Y aun no comprendía el porqué. Me dejó curiosa ese detalle.
El sólo se dio la vuelta y se inclinó diciendo ─vamos, sube. Te llevaré a la enfermería.
─ Estaría bien, que yo subiera a tu espalda. Podría ser muy pesada.
─ Oh, vamos. Soy fuerte. Además, pareces ser una chica muy liviana.
Sus palabras me motivaban, a pesar de que insistí un poco en no subir a su espalda, mis piernas dolían, no sólo mis rodillas. El insistió aún más y terminó convenciéndome.
"Se siente un poco extraño, que alguien me cargue, y un poco incómodo pero... Me siento algo segura".
Ese instante, me recordó que ya había olvidado. Aunque no lo recordaba del todo, esa sensación era familiar. Algo así y había ocurrido antes. Pero no lo recordaba del todo.
Decidí dejarlo así. No preocuparme aún más.
─ ...
─ ...
Ninguno de los dos dijo una palabra mientras me cargaba hasta la enfermería, por ese momento me olvidé de aquello que tanto daño me había hecho. Yo sólo quería que ese instante durara un poco más, que la enfermería se alejara mientras más nos acercáramos.
Nunca imaginé que hallaría a alguien como él, como Dan.
El me inspiraba confianza. Confianza en mí misma, y el sólo saber que para el soy una chica normal, alejaba esa inquietud y ese miedo que tal fenómeno provocaba en mí.
Fue en ese instante. Que me dormí con mis brazos alrededor de su cuello y mi rostro en su espalda......
Mi sueño fue dulce... Había un cielo azul que se expandía hasta el infinito y un mar muy inmenso, Yo estaba de pie en sus aguas. Un camino de hielo se hizo frente a mí y al caminar unos pasos, el paisaje cambio. Ahora estaba rodeada por un jardín precioso y tan grande y justo a mi derecha había una persona el brillo del sol se hallaba justo detrás de él, corrí un poco (quería alcanzarlo) pero... Cada paso que daba él se alejaba. Más y más, tan lejos. Mi desespero salió a flote mostrando su color en mi cabello. Volví a estar en el camino de hielo y este se rompió.
Y un mar negro me sorprendió, succionándome hacia lo más profundo y oscuro...
─ ¡Eres un monstruo, Karen!
─ ¡No! ¡No es verdad!
─ ¡Aléjate de nosotros!
─ ¡¿Por qué mis amigos dirían algo tan horrible?!
─ No somos tus amigos, nadie sería amigo de alguien tan extraña como tú, eres un fenómeno.
─ ¡Noo! Yo soy su amiga, no soy eso. ¡No les haré daño! ¡Yo aprecio a mis amigos!
─ ¡Ya cállate monstruo!
─ ¡Vete!
─ ¡Largo, no perteneces aquí!
─ ¡No debiste nacer, MONSTRUO!
"No existe nadie que me salve de la soledad".
─ ¿Por qué nací en este mundo?
Volví de ese sueño, recordando todo. Lágrimas en mis ojos. Y unos de los flecos de mi cabello ardían en un color rojo.
Odio.
Al tocarlo con mis manos ese color tan tenebroso se fue... Volviéndose azul.
─ Qué dirán ahora los maestros cuando vean esto así...
Solo eso me preocupaba. El sueño. Ya lo había aceptado, fue horrible no podía sólo negarlo todo lo que allí escuché era verdad.
Paso hace mucho, es parte del pasado.
Esta vez. Si hay una diferencia. Existe alguien que quizás pueda salvarme.
"Soy tan feliz, por haber conocido a Dan".
Ese mismo fleco cambio a un tono muy cálido.
─ ...Un color que nunca había visto. Es hermoso.
Rosa.


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 08, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¿Que color debo sentir?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora