La tortura de la vida.(percico)

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Cuando consideraba que todo se había perdido, ahí estaba él para mostrarme la esperanza. Cuando nada tenía sentido, el me demostraba lo contrario. Cuando yo me perdía a mi mismo, el encontraba el camino para mi. Y ahora, ahora él ya no estaba ahí.Percy había muerto hacía ya dos días, cerca de mi, en una misión, ambos debíamos ir a rescatar a un semidiós, yo le ofrecí a Percy viajar por entre las sombras, pero se negó diciendo que no estaba lo suficientemente recuperado como para poder usar mis poderes, como ese día no quería discutir no respondí nada, solo me encogí de hombros y comencé a caminar, pero las cosas en el camino se complicaron, fuimos atacados por unos extraños seres, acabaron con Percy, lo hicieron mierda, aprovecharon que yo estaba distraído, me iban a matar pero el hijo de Poseidón intervino y por desgracia, su cuerpo evitó que me atravesaran con una espada, intenté salvarlo, no me importaba el sentir que su muerte se aproximaba, creí que podía hacer algo, retener su alma en su cuerpo aun cuando este no servía, le lancé agua con la esperanza de que esta le ayudara a curar sus heridas, le rogué a Hades y a Poseidón de que no lo apartaran de mi lado, que si querían podían tomar mi vida, pero no la de Percy, lamentablemente no resultó.


No se podía burlar a la muerte, yo lo sabía mejor que nadie.

En cuanto sentí que la muerte finalmente lo apartaba de mi, grité de puro dolor, una extraña fuerza recorrió todo mi cuerpo y salió de este, expandiéndose como una onda y desintegrando a todos los monstruos que nos habían atacado. Lloré un buen rato sobre el cadáver, dejándome llevar por mis emociones, no recuerdo cuanto tiempo estuve ahí, tirado, llorando encima del hombre que amé con todo el corazón. Solo sé que cuando anocheció me levanté, aturdido tomé el cuerpo de Percy e importándome bien poco la misión me tele transporté hasta el campamento. Seguí cargando el cuerpo hasta el comedor, mis pies se movían solos, curiosos de saber que pasaba varios semidioses se me acercaron, en cuanto notaban la tragedia retrocedían dos pasos, yo simplemente los ignoraba, sumiéndome en mi dolor, en mi miseria.

-¡Nico!

Gritó alguien, con miedo, creyendo que se podría tratar de algún monstruo que quería apartarme de Percy levanté la espada y grité.

-¡APÁRTATE!

No había levantado la mirada, pero sabía que estaba cerca, podía sentirlo. Como nada atacó, levanté la mirada y ahí estaba mi hermana, Hazel, observándome totalmente sorprendida y con los ojos llenos de lagrimas. Bajé la espada casi automáticamente, no había peligro. Claro que no. Aun no sé en que momento apareció Annabeth, gritando y chillando, lo había notado, se había dado cuenta que su novio estaba muerto.

Con cuidado, deposité el cadáver en el suelo, sujete la mano de Percy por unos segundos y me levanté. Annabeth se lanzó sobre el cuerpo y lloró encima del pecho del hombre que amó. Hazel no sabía que hacer, yo simplemente me quede parado, sinceramente tampoco recuerdo en que momento apareció Jason, solo sé que de la nada estaba a mi lado, escuché un suave "Bro..."

Y yo volví a llorar, en esos momentos no me interesaba que todos me vieran así de débil, no me importaba que notaran lo mucho que Percy me importaba, porque solo quería desquitarme. Las Moiras son crueles.

Los recuerdos de la muerte de Percy aparecen a cada rato, solo han pasado dos días pero me persiguen, me buscan para torturarme, para decirme que todo aquello que amo morirá, por la simple razón de que soy un hijo de Hades. De que si no hubiese ido a la misión con Percy esto no habría pasado, se podría haber evitado. En unos cuantos minutos comenzará el funeral de Percy, por lo que Jason me contó, vendrán incluso los Dioses, vienen a despedir a aquel semidiós que les salvó el culo dos veces seguidas, vienen a darle las gracias.

-Nico... Ya va a comenzar ¿vas a ir?

Pregunta mi hermana entrando a mi cuarto, yo no respondo, simplemente me quedo sentado donde estoy, no quiero ir y escuchar los llantos y gemidos de la señora Jackson, observar los ojos rotos de Annabeth, la mirada perdida de Jason, notar los ojos rojos de Hazel, los hombros caídos de Frank,a Reyna mostrando una mueca de tristeza y a Piper mordiéndose los labios hasta hacerlos sangrar, no quiero ver todo eso y más, porque sé que habrá más, porque el mundo perdió a un Héroe, el héroe más grande de todos los tiempos.

Noto que Hazel se retira dolida, quiero sentirme mal por hacerle daño, pero no siento nada, soy un cascarón vacío. Sin darme cuenta comienzo a caminar, no me doy cuenta hacia donde voy hasta que noto a una gran multitud, es el funeral de Percy. Me encuentro lo bastante lejos para que nadie note mi presencia, es lo mejor.

-Percy... Percy fue un chico hiperactivo, nunca entendía lo uno le decía, aun cuando todo el mundo le decía "no" ahí estaba él con una sonrisa diciendo "si" Estoy inmensamente agradecida que el fuera mi novio, no tengo mucho que decir, mejor dicho no quiero hablar porque sé que si continuo, me ahogaré en un mar de llanto.


Annabeth termina su pequeño discurso, llorando suavemente, Quirón empezó a mencionar las hazañas de Percy, de como fue un héroe totalmente desinteresado, se le notaba que todo aquello le dolía, finalmente Annabeth volvió a levantarse, se acerco al cadáver y en los ojos de su novio dejó dos dracmas para que Caronte lo llevará al Inframundo, para que lo guiara a los campos Elíseos. Y después de eso, prendieron la pira, yo no aguanté, me acerqué a un árbol y huí fundiendome con las sombras, no sabía donde me encontraba, hasta que reaccioné, era el acantilado donde Percy me había salvado.

Hacía mucho tiempo, me había obligado a mi mismo enumerar las 10 cosas que más me causan o podían causar dolor, para así no sentirme tan miserable, para así poder darme ánimos a mi mismo diciéndome que todo estaba bien, que el dolor era fuerte pero soportable, que el dolor aun no había llegado al nivel diez. Ahora necesitaba enumerar esas diez cosas para no largarme a llorar, séque suena estúpido, pero me ayudaba.


1) no haber vivido mi infancia como debía

2)Que me ignoraran.

3) Que me tuvieran miedo

4) que me juzgaran.

5) Que mi padre siempre mencionara que prefería a Bianca.

6) El hecho de que mi Padre me odia

7)No tener amigos

8)No tener familia

9)La perdida de Bianca

Todos esos números habían pasado, me habían provocado dolor, unos que otros, pero todo estaba bien, todo podía mejorar porque tenía algo que me daba razones para vivir. Y ese era Percy, pero aquello me llevaba al número 10, el temible y horrible 10

10) Que Percy dejara de existir.

Y había pasado. Mi vida ya no tenía sentido. No lo tenía, había perdido mi Norte. Había perdido a Percy... Quizás en un futuro Annabeth encontraría a alguien más, ella era lista, linda, graciosa, un sol. Pero yo no.

Maldito Percy, maldito factor fatídico, maldita lealtad de Jackson para con sus amigos. Quizás mi factor fatídico no era el rencor, si no el amor, quizás el amor me iba a llevar a la locura... Con las lagrimas ya bajando por mis mejillas, le supliqué a Hades que me llevara al inframundo, que me liberara de aquella tortura que era la vida, pero no paso nada.

La vida podía continuar para el mundo, pero para mi no.

Mi corazón dejó de latir el día en el que Percy Jackson falleció.


La tortura de la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora