Capítulo 2: Conociendo a los hijos

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Y allí se encontraba Lili delante de las rejas de la casa de los Sakamaki o más bien la mansión de los Sakamaki que aunque era muy bonita, también era bastante siniestra o al menos por la noche lo parecía, pero ella tan solo la veía indiferente pensando en todo el dinero malgastado en esa absurdamente grande mansión, mientras que era acompañada del ser que conseguía traerle dolores de cabeza solo con el simple hecho de hablar y de quien esperaba que se fuera pronto por su salud mental y por suerte sus ruegos fueron escuchados.

-Bueno, aquí te dejo mi querida Lili- se despidió el hombre sin embargo la chica ni lo miró, así que el hombre un poco molesto porque le ignorara quiso molestarla antes de irse, además así tendría un buen espectáculo ya que sabía que sus hijos iban a terminar de enfadarla y sería muy divertido verlo, desde lejos por supuesto, donde su seguridad no corriera peligro - Oh vamos Lili ¿ni siquiera te vas a despedir de tu papá?- pregunto burlonamente.

-Ya te he dicho que no soy tu hija y lárgate de una vez.- dijo Lili mientras se giraba, estaba empezando a molestarse otra vez, realmente ese hombre conseguía ponerla de los nervios, no había parado de decir, durante todo el camino, que pronto será su hija , lo cual la molestaba mucho, para ella ese hombre jamás seria su padre, antes muerta.

- Sé que cuando me vaya me vas a echar de menos.- dijo con esa sonrisa que él sabía que Lili odiaba y que ponía únicamente para molestarla más.

-Nunca.- dijo Lili gruñendo y con ese ceño fruncido tan característico de ella.

-Oh que linda, si ya te pusiste en modo Subaru- dijo Karl viendo como ella empezaba a reaccionar y sabiendo que iba siendo hora de que se fuera antes de que corriera el riesgo de salir herido.- uy casi me olvido que tengo prisa así que me voy.- siguió diciendo apresuradamente.

-Ya era hora- Dijo Lili calmándose a sí misma a base de repetirse mentalmente una y otra vez que era por su hermana y que debía soportar.

- mmm... Antes de que me vaya te advierto que yo te permito salir tal y como prometimos pero lo que digan mis hijos es otra cosa- Mencionó el hombre viendo a la chica quien era prácticamente una bomba de relojería.

-¿Como que otra cosa? Usted prometió que yo podría salir cuando quisiese pero no más de un día- dijo Lili con tono agresivo, muy agresivo y ya le estaban empezando a fallar los métodos para calmarse a sí misma.

-Sí y repito yo te lo permito, pero tendrás que hablarlo con mis hijos- dijo el hombre empezando a caminar hacia atrás disimuladamente lo que hizo que a Lili se le ocurrieran unos métodos de tortura muy dolorosos que podría utilizar con el hombre-recuerda que no tienes permitido matarlos, adiós hija- dijo el hombre tele transportándose a un lugar lejos de esa bomba de relojería, que sería muy divertido ver estallar, pero no tanto si te encuentras dentro su onda de choque por suerte él había escogido un lugar desde donde la vería y no sería alcanzado o al menos eso creía.

Mientras Lili estaba que echaba humo pensado en que si esos estúpidos chicos ricos y mimados se atrevían a prohibirle salir los torturaría hasta que gritaran piedad y luego saldría a dar una vuelta lo quisieran o no aunque no creía que después de su tortura tuvieran mucha fuerza para reprocharle nada esto consiguió sacarle una sonrisa siniestra.

Al cabo de un rato, en él que había soltado mínimo 100 insultos hacia ese insufrible hombre, Lili consiguió calmarse un poco, volviendo a poner su máscara de indiferencia y cogiendo un poco de aire pasó por la reja observando con detalle los jardines que tenía que admitir que eran muy bonitos, tanto que se quedó parada mirando con un poco más de detenimiento ese precioso paisaje lleno de rosas ya que para Lili la naturaleza era algo fascinante y hermoso.

Poco después siguió andando con tranquilidad hasta esa pesada puerta la cual tocó pero se abrió sola lo que le pareció un poco cliché, pero no le dio más importancia y entró al lugar que para cualquier humano seria el infierno, pero que para ella que llevaba viviendo gran parte de su vida en el verdadero infierno esa estúpida mansión no significaba nada.

La asesina (diabolik lovers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora