Los huevos fritos empezaban a freírse y el aceite empezaba a saltar,Rose,se apartaba,había sufrido muchas quemaduras en su vida,pero hoy no,no quería dar trabajo a Jane o Tabitha,notó unos pasos y miró hacia la puerta de la cocina,no estaba asustada,ya que sabía que Mattew y su hija llevaban dos horas trabajando y que Tabitha había ido a la relojería del señor Leto,sabía que era Marco.
-Buenos días.-Saludó Marco.
-Buenos días Marco,espero que te gusten los huevos fritos.-Le respondió la mujer sirviéndoselos en un plato.
-No se tendría que haber molestado.-Dijo Marco frotándose las manos.
-No es molestia,adoro cocinar,por favor,tutéame ¿sí?,el respeto es el mismo.-le explicó la ''nana de Tabitha''.
-Está bien,¿Tabitha sigue durmiendo?-preguntó Marco extrañado.
-No,de hecho ha sido la primera en levantarse,tenía que llevar unos relojes reparados.-le aclaró Rose.
Sintiendo la alta temperatura de la arena en las plantas de los pies,mirando al cielo mientras la luz del sol hace que sus ojos se entrecierren,Tabitha se metió entre dos grandes ramas que se entrelazaban,se adentró en el bosque que conducía hasta su destino,''La Cala del Ajuar''.
La Cala del Ajuar,era como su nombre indicaba,una cala,es decir,una playa de menos tamaño,eso no la hacía especial,lo que realmente destacaba,era que trataba de una playa desierta,todo el pueblo estaba al tanto de su existencia,pero solo 5 personas se habían bañado o habían estado en ella,Skate,Phil,Hailee,Analiss y ella.El resto del pueblo se hacia uso de ''La Playa de la Buena Esperanza'',ya que la cala,tenía un acceso realmente peligroso,y no todo el mundo podía entrar con facilidad.
Según iba avanzando,apartaba las voluminosas hojas que se le venían a la cara,se abría paso entre la extensa vegetación,los pies ya no le quemaban y podía ver con claridad,gracias a los árboles tan altos que tapaban el sol,atravesó el arbusto que daba paso a la playa.
Ahí estaba,exactamente igual que hace 9 años,tan tranquila,tan bella,tan pura...Tabitha miró al horizonte y se quitó la camiseta y los pantalones,dejando ver un bikini azul oscuro con un estampado de lunares blancos gruesos con detalles en rojo,se soltó la coleta y dejó caer su pelo castaño y rizado.Como la playa era desierta,no tenía que preocuparse de donde dejaba su ropa,así que,sin pensarlo,salió corriendo hacia el mar y se zambulló en sus aguas.
Empezó a nadar como si la vida le fuera en ello,hacía el pino,la voltereta hacia delante y hacia atrás,nadaba para atrás,se hacía la muerta,se sumerjía en el agua como si fuera una sirena etc.
Cuando llevaba media hora así,decidió salir de ese paraíso marino,podría haber estado allí media hora más,pero,antes de irse,tenía que hacer algo muy importante.Se puso su camiseta y sus pantalones y decidió recogerse el pelo con un moño,cogió su mochila y se adentró de nuevo en el bosque,esta vez,no se dirigió a la salida.Empezó a buscar,no tenía un camino fijo,se movía como una gallina sin cabeza,hasta que tropezó y se lleno de barro la camiseta,lo tenía delante de sus narices,ahora se confirmaba,desde que esos tres críos abandonaron el lugar,nadie había estado allí,seguía allí,ese poste de madera mal hecho,en que estaba grabado las iniciales ''P,H,T'' y justo abajo ''29/6/2004'',Tabitha se levantó,y miró su camiseta como un médico mira a un paciente que a muerto,y abrió un bolsillo lateral de su mochila,sacó la navaja con la que había apuntado a Marco,no pudo evitar sonreír al recordar el momento,reaccionó.
-Pareces tonta Williams...-se dijo a ella misma mirando al suelo.
Después de intercambiar una conversación con ella misma,se colocó la navaja en la mano derecha y con la izquierda sujetó el poste,y en un hueco que quedaba del trozo de madera amorfo,escribió,''T,H,P'' 29/6/2013''.Sólo estaba ella en ese lugar,pero,sabía que a sus dos mejores amigos,o mejor dicho,hermanos,les hubiera gustado estar allí con ella,a Hailee le hubiera encantado tomar el sol,esa chica castaña clara,con los ojos del color del café,era la muchacha más presumida del pueblo,de Inglaterra,de Europa,y del planeta Tierra,pero también era la persona más humilde de los 5 continentes y la mejor amiga que se podía encontrar en varias millas y Phil,que decir de él,su camarada,su cómplice de bromas,para lo que necesitara estaría el,¿que se caía? Phil la levantaría,¿qué lloraba? Ahí estaba el hombro de Phil,lo único que éste le negaba era que le tocara sus rizos marrón chocolate,su pelo era su religión,ese era uno de sus dos grandes defectos monumentales,¿su segundo defecto?Más bien un vicio,las chicas,no era como Mark ni mucho menos,Mark no le llegaba ni a la suela del zapato,Phil era un chico de ojos verdes,estudioso,respetuoso y de muy buen corazón,pero nadie es perfecto.
Al terminar de grabar el tablero de madera,se dirigó hacia la ''puerta'' de los dos árboles cruzados,miró por última vez ese sitio tan espectacular,y lo abandonó.
Giró la muñeca para ver su reloj,habían pasado 40 minutos,eso significaba que llegaba tarde a su quedada con el señor Leto en la relojería,lo que iba a hacer lo había hecho muchas veces,hechó su pie derecho hacia atrás y salió corriendo como un caballo cuando recibe el latigazo del jinete en el muslo,en mitad del camino de alta velocidad,una rama de un árbol,se le enganchó en uno de los bolsillos,lo que hizo que la parte de la pierna derecha del pantalón se rajara,Tabitha paró,y justo delante de ella estaba la relojería del señor Leto,<<¿Qué pensará el señor Leto?,<<Mamá me va a matar.>>Abrió la puerta y ahí estaba,un viejecito bajito,de pelo blanco y con gafas de ''culo de botella'',al verla el señor la miró extrañado.
-Yo vengo así,pero los relojes están en perfecto estado.-le aclaró Tabitha.
-No...no esperaba...menos de ti...-le respondió el señor Leto atónito.
-Le dejo el saco en la esquina del mostrador,no le molesto más,por lo que veo tiene la tienda a rebosar,no le molesto más.-dijo Tabitha despidiéndose.
-Cierto,¿y sabes qué?,uno ya es viejo,y no puede hacer frente a un día como hoy solo,¿qué te parece si te quedas aquí y me ayudas con la tienda? Será solo por hoy,y te lo pagaré-le pidió el viejecito.
-Mire señor Leto,yo tengo una abuela que tendrá más o menos su edad,sé lo que trabaja,por supuesto que me quedaré con usted y le ayudaré en la tienda,pero eso sí,con dos condiciones,que sean todos los días,y que no me pagará nada.-Aceptó Tabitha.
-Eso es explotación laboral-le explicó el señor Leto.
-Ya,y usted es mayor y es pensionista,no me puede pagar,por favor,acepte,-le pidió ahora Tabitha.
-Está bien-aceptó el señor.
Tabitha sonrió y empezó a trabajar con el señor Leto,acabaron a eso de las 2 de la tarde,Tabitha le construyó al señor un sistema de blindaje para reforzar la seguridad del local,y volvió a su casa,al abrir la puerta esperó que solo estuviera su nana,y estaba su nana,sí,pero también su madre,Mattew y como era de esperar,Marco.
-¡Hija mía qué te ha pasado!-le dijo su madre preocupada al ver los ropajes de su hija.
-Nada,mamá...he tropezado y me he caído.-Le explicó Tabitha mintiendo.
-¿Y los pantalones?-Le preguntó su madre alzando su ceja derecha.
-¿Se llevan rotos no?-Le volvió a mentir su madre.
-Sentémonos a comer.-Dijo su madre intentando hacer como si no hubiera pasado nada.