CAPÍTULO VEINTICUATRO

26 2 0
                                    

Frente a mi llega corriendo un sudoroso Bastiaan, me alza de donde me he dejado caer y me abraza.

-Gracias al cielo que estas bien- dice, le regreso el abrazo, tan solo el pensar en no volverlo a ver hace que mi estomago se apriete al punto de tener ganas de vomitar, extraño, seguimos abrazados hasta que me percato de dos cosas, la primera, que esta sudado de seguro por haber cargado a Zeth por todo el camino hasta la casa y, segunda, que Zeth no estaba a la vista.

-¿Donde esta Zeth?-

-En la recamara principal, en el piso de arriba, se despertó antes de lo esperado y lo tuve que encerrar para que no fuera a buscarte, para que veas cuanto te aprecio- esto ultimo lo dice con tono de superioridad, como si fuera una niña malcriada- casi le prende fuego a mis hermosas cejas, es más, haber si no quemó ya toda la habitación, cuando lo veas dile que se la van a cobrar como nueva- comienzo a reír, nada mas imaginar a Bastiaan sin cejas me provoca la carcajada limpia, le doy una palmada en el hombro y me encamino hacia la habitación. Al llegar ahí toco la puerta. Estoy ligeramente nerviosa por lo que dirá, pero me armo de coraje y vuelvo a tocar un poco más fuerte.

-Bastiaan, hijo de la fregada, espero que tu minúsculo cerebro ya haya recuperado su momento de lucidez y me dejes salir de una condenada vez o cuando entres por esa puerta una patada en llamas en el culo es lo que te va a estar esperando...- abro la puerta antes de que continúe con su discurso amenazador con una sonrisa en los labios, hago mi máximo para no morir a carcajadas, pero la sonrisa se me borra al ver su cara.

Sus ojos se abren y traslucen toda clase de emociones, mi corazón se acelera, entro y cierro la puerta a mi espalda. Me recargo sobre ella.

-¿Como pudiste hacerme eso?- dice, vaya que esta enojado.

-Zeth, hice lo que tenía que hacer-  Creo que lo hice enojar mas...

-¡Y un carajo!- Si, definitivamente esta enojadísimo- ¡No puedes hacer esto! Entiende de una buena vez que este es mi destino, si tengo que morir, pues que así sea, tu solo tienes que cubrirme mientras peleo, ¡mientras peleo!, no que me saques de la batalla antes de empezar siquiera- tengo que admitir que tiene razón, y eso me hace enojar.

-¡Yo hago lo que creo que es necesario para mantenerte con vida! ¡solo óyelo, analízalo, y luego trágatelo con todo y tu orgullo herido!- ja, toma eso- ¡ Además yo hago lo que se me pega la gana!- un poco niña mimada para mi gusto pero lo que se tiene que decir, se tiene que decir.

Se acerca tanto y tan rápido que no me doy cuenta hasta que me tiene acorralada a la pared y sus labios están sobre los míos.

Empieza a besarme con desesperación y yo le correspondo, nos demostramos como nos habíamos sentido desde que nos conocimos, como todo había ido evolucionando hasta convertirse en lo que ahora nos demostramos, el beso comienza a volverse tierno, delicado, lento,  como si temiera que me fuera a romper de un momento a otro, yo le correspondo con todo mi corazón. Abro mis labios y las sensaciones se intensifican, dejo entrar su lengua mi boca y el beso se hace mas apasionado, es impresionante el modo en el que un beso puede cambiar en tan solo unos segundos, estoy comenzando a arder, en forma literal, Zeth tiene un halo azul el cual nos envuelve a los dos, ya no me cabe duda, estoy enamorada de Zeth, pero, eso si, no me va a  oír decirlo primero, no me voy a exponer a que el diga lo contrario, podre ser una gran guerrera y fuerte en cuanto a situaciones, pero nunca me entrenaron para esto. Solo me enseñaron como protegerme de mis enemigos, pero no como protegerme de mis sentimientos. Mis manos juegan con su cabello mientras sus manos se posicionan en mis caderas apretándome más hacia el.

Tocan la puerta. La magia se rompe, nos separamos pero Zeth no se aleja mucho de mi así que lo empujo un poco para hacerlo a un lado ya que su intención era pasar un brazo por mi cintura, o no, no tan rápido.

Aparece la cara de Bastiaan por la rendija de la puerta, nunca estuve más feliz y enojada de verle en todo el tiempo en el que nos conocemos, no puedo decir lo mismo de Zeth por su cara, parece que lo va a matar.

-Kalia, me acaba de llegar una carta de la capital- entra del todo por la puerta, es cuando noto que esta nervioso y sus ojos están llenos de lagrimas, pero, una sonrisa ilumina su cara- fue un mensaje urgente así que lo enviaron por un halcón mensajero...-

-Bastiaan al punto- digo, sospecho ya lo que me va a decir.

-Jade va a tener al bebé- comienzo a gritar

-¡vete pero ya! ¡Vamos a conseguir un caballo! pero muévete que tienes que estar ahí cuando nazca- salgo corriendo esquivando a ambos y ya casi volando llego con Joe.

-¡Un caballo pero ya!- se ríe

-Si, ya me entere, esta listo en las caballerizas-  Bastiaan baja las escaleras como en shock así que lo tomo del brazo y lo saco de la casa casi a rastras, lo llevo corriendo a las caballerizas y lo cargo para subirlo al caballo.

- Te veo cuando vaya para el baile-

-Si, gracias Kalia, por todo-

-Suerte grandote- y comienza a cabalgar, lo observo hasta que se pierde en la espesura del bosque.

Zeth aparece a mi lado.

-¿Qué fue eso?-

-Su esposa va a tener un bebé-

-¿Esposa?-

-Si Zeth, esta casado- se ríe con ganas, temo que se quede sin aire y entre risa y risa lo escucho decir: "y yo que estaba celoso"

Mañana partiríamos hacia el palacio, la casa de Zeth y la que sirve de momento como la mía, y yo solo puedo pensar en el viaje que nos espera, nada mas nosotros dos, solos.

.................................................................................

¡Hola!

Como siempre perdonen las faltas de ortografía, ¡por fin se besaron!

Con cariño, Dany


A prueba de fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora