En mis noches de pensar y de insomnio, aquellas en las que el imaginar es mi único demonio, llego a casa y sólo pienso en tu rostro, en una felicidad frágil que sin darme cuenta rompo y mis pensamientos dando vueltas como trompo, me corrompo y con nauseas vomito razonamientos propios para alejarme de ti, pero este deseo de tenerte hace que luche contra mi ser mas débil.
Yo también tengo derecho a poder ser feliz, caminar de tu mano entre callejones sin temor del que dirán aquellos que nos vieron y pensaron cosas de mí y de ti.
Somos uno o somos dos, yo no se que es lo que quieres, pero si lo que quiero yo, y es a ti, lindo y hermoso frenesí siento cada vez que te veo aquí adentro en mi corazón desde que te conocí.
Te fuiste y me fui, volviste y volví, aunque no pensé en encontrarme contigo, juntos hemos acabado eso quiso el destino, de momento como amigos, quien quita que en un futuro este casado contigo, me des hijos y yo cobijo, sea cual sea mi camino yo no elijo, es la providencia que me dicta el recorrido, y en el mismo me tope con una preciosa mujer, que me abraza el alma y me inspira calma y confianza y las ganas de vivir, de reír, de seguir dando pasos verdaderos y no falsos.
¿O es que soy yo acaso un ser sin derecho a redimir? Yo quiero cumplir mi cometido haciéndote sonreír, no lo hago por mi si no por ti, porque te lo mereces, la vida ha sido cruel, pero no seré quien te lo recuerde en un martes trece, seré quien te apoye y oiga tus lamentaciones, sin juzgarte ni criticarte, pues todo el mundo tienen derecho a equivocarse.
Te acepto tal cual eres, y si me equivoco quítame esta venda que tengo entre mis sienes, pues tu eres dulce, amable y noble, y ojala yo sea el hombre quien valore tus virtudes y reduzca tus defectos, pues en estos textos represento mis pensamientos y sentimientos hacia tu persona.
Viviendo una guerra interna que me enferma y me frena, deseando compartir parte de mi arte antes de ser atrapado por un sentimiento que no tendrá regreso, es por eso que ahora mismo escribo esto.
