El sonido mas irritante del mundo cesa en cuanto sin querer hago caer el despertador de la mesita de noche de un manotón.
Abro los ojos y "mierda'' son las 7:30 a.m. y las clases empiezan a las 8:30 a.m.
Doy un brinco y me pongo en pie, me dirijo a mi armario, abro el cajón de la ropa interior y cojo unas braguitas de encaje de color rosa y un sujetador a juego. Voy al lavabo y me doy una ducha lo más rapido posible y cuando salgo, enrollo mi largo cabello en una toalla y me pongo la ropa interior. Voy de nuevo al armario y cojo los primeros vaqueros que encuentro y me los pongo junto con una camiseta rosa de tirantes y unas vans a juego. Me acerco al tocador y me miro al espejo, no es por presumir pero estos vaqueros me hacen un culo perfecto.
Me desenvuelvo el pelo de la toalla y me lo seco con el secador, no necesito la plancha para alisarmelo ya que mi cabello es liso. Miro al reloj y ya son las 8:15.
Voy justa con el tiempo ya que de la casa de mis padres al campus hay 20 minutos en coche.
Cuando ya me he maquillado mi madre entra en la habitacion supuestamente para despertarme.-Lo siento me he quedado dormida y no he podido despertarte. -me dice con voz ronca porque se acaba de levantar.
-Tranquila mamá.-la tranquilizo con una sonrisa.
-Bueno, date prisa que vas a llegar tarde. -me espeta.
-¡Yo tambien te quiero mami! -le chillo y le doy un beso.
Bajo las escaleras, cojo un manzana de la cocina y salgo corriendo hacia mi coche, un BMW rojo.
Me salto algunos semaforos en rojo y en 15 minutos ya estoy en la universidad.Corro por los pasillos hasta llegar a mi clase de literatura, toco la puerta y cuando entro encuentro frente a mi a un hombre alto de ojos verdes que me mira de arriba a bajo con una mirada muy intimidante.
-Lo siento, me he equivocado de clase. -le digo nerviosa.
-No, esta es su clase, señorita...? - me dice el.
-Thomson, Emma Thomson.- me apresuro a decir.
-Mmm, llega tarde señorita Thomson, pase y tome asiento. -me ordena con voz suave.
Asiento y me dirijo a mi mesa, para mi desgracia la única mesa que queda libre es la que está en frente de la del profesor.
Me siento y saco mi material.-Muy bien, ya estamos todos. Permitanme que me presente, soy el profesor Christian Scott. Os preguntareis que hago aqui, bien, vuestro profesor Jason ha tenido que abandonar el pais por problemas personales, asi que yo os daré clase estos dos meses que os quedan de universidad hasta graduaros.
«¡No me lo puedo creer, este tio esta demasiado bueno para ser un profesor!»
Nos da una charla de que supone la literatura en nuestras vidas y la verdad es que no me aburro para nada, la verdad es que es bastante divertido.
Al terminar la clase se me acerca mi mejor amiga Jenny, una rubia de ojos azules en la cual confío más que en mi misma.
-¿Como esta la morena mas tonta del universo? -me dice abrazandome muy fuerte.
-Muy bien tia, y a ti ¿como te va? -le digo intentando escabullirme de sus brazos, pero fracaso.
-La verdad es que muy bien, te he echado muchisimo de menos, dios he estado un mes entero en un maldito pueblo con mi abuela. ¡Ha sido horrible! -me dice fingiendo dolor.
-Jajaja, siempre fuertes hermana. -la consuelo con voz exagerada dandole golpezitos en el hombro.
-Bueno, dejemos el drama y vamonos a desayunar. -dice frotandose las manos en la barriga señalando que tiene hambre.
Asiento y nos dirigimos a la cafeteria del campus.
La verdad es que hechaba de menos a mi rubia, esta muy loca y nos conocemos desde parbularios, practicamente somos hermanas.
Nos pedimos un café con croissant y nos sentamos en una mesa.
-¿Has visto al profesor Scott? ¡Esta buenisimo! -me dice de repente hablando con la boca llena.
-Si la verdad es que esta como quiere el cabron, pero tiene veintiseis años querida... -le digo con una carcajada.
-¿Y? No seria al primer tio mayor que yo me tirara. -me dice poniendo los ojos en blanco.
-Madre mia, estas fatal... -le digo moviendo la cabeza de un lado a otro.
Mi amiga se queda en silencio y eso me preocupa.
-¿En que piensas ya? -le interrumpo sus pensamientos.
-¡Se me acaba de ocurrir una cosa! -me grita.
-¿Que cosa...? -le pregunto frunciendo el ceño.
-¡Hagamos una apuesta! -me espeta.
No puedo evitar hecharme a reir.
-Si tia, a ver quien de las dos consigue seducir al profesor sexy. -me propone la muy guarra con una sonrrisa de oreja a oreja.
Esto va a molar.
-Trato hecho. -le digo devolviendole la sonrrisa.