We are Strong |Niall Horan|

002.

–No sabía que venias a esta escuela. –dijo Niall.
–Desde que tengo juicio y razón.
–Nunca te había visto.
–Porque no tuvimos clases juntas el año pasado.
– ¿Y los demás años?
–Vivías demasiado ocupado fijándote en chicas curvilíneas como para notarme. Yo a ti en cambio te había visto, es imposible no conocerte cuando de ustedes cinco se habla en toda la escuela.
– ¿Y qué dicen?
–Que se las han tirado todas, que son mejores amigos, que todas se mueren por ustedes.
–Pero cuando estábamos en el cementerio no me dijiste que me conocías.
Me encogí de hombros. – ¿Qué querías que hiciera? Que me lanzara sobre ti y te dijera que te conocía y que veníamos a la misma escuela desde hace tres años.
–No sé, podías decirme que me habías visto en la escuela, o algo. Aunque también me hubiese gustado que te lanzaras sobre mí. –dijo guiñándome un ojo, rodé los ojos y Niall rio.
Camine hasta mi casillero, guarde mis cosas y busque lo que necesitaba, justo iba pasando uno de los amigos de Niall, Louis creo. Acorralo a una chica contra un casillero y esta rio nerviosamente.
A la hora del almuerzo camine con mi funda de plástico donde guardaba mi almuerzo. Me senté junto a Becky.
–Hola, tonta.
–Hola, mira le he dicho a este chico que somos mejores amigas y me ha pedido tu número. Pero, no se lo he dado, es un cabron.
Sonreí hacia Becky y saque mi almuerzo.
– ¿Qué has traído, _____?
–Yogurt y sándwiches de dieta.
–Tú y tus malditas dietas, Jesús, yo no podría llevar una, amo demasiado comer. –dijo sacando su almuerzo.
–Eso tiene demasiadas calorías.
– ¿Y? Yo voy al gimnasio.
Me encogí de hombros, mi amiga era bellísima, tenía el pelo rojizo hasta los hombros, los ojos grises y algunas pecas en sus mejillas. Además de eso tenía muy buen cuerpo.
–Ese chico, Louis me ha invitado de nuevo a su departamento. –dijo con la boca llena.
– ¿Qué le has dicho? No puedo creer que vayas a volver. Solo juega contigo, lo hace contigo y te suelta para ir por otra.
– ¿Y? al menos lo disfruto.
Rodé los ojos hacia ella, alguien se sentó a mi lado y me gire. Niall me quito un rastro de yogurt que había quedado en la comisura de mis labios, haciéndome sonrojar.
–Hoy en tu casa, a las seis, ¿bien?
Becky me miraba asombrada y picara, la patee por debajo de la mesa y asentí hacia niall.
–¿No se puede en tu casa?
–No. –respondió frio. –Hoy iré a tu casa. Hasta entonces.
Se levanto y se marcho.
– ¡CUENTAMELO TODO! ¿YA HABEIS...?
– ¡BECKY! Que no, por Dios, vamos a hacer un trabajo juntos para mañana.
–Ahh, pero irán a...
– ¡Ya basta!
Becky rodo los ojos y se dispuso a comer mientras se comía con la mirada a Louis.