Capítulo 10

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Mi cuerpo estaba entumecido y, hacía rato que había dejado de sentir dolor, porque no sentía absolutamente nada. Podía notar unas voces a lo lejos ''¡Chloe, Chloe, despierta!'' Pero no podía. No era capaz de moverme, intentaba mover el dedo del pie, nada. Intentaba mover la mano, tampoco. ¿Por qué mi cuerpo no me obedecía? ¿Qué pasaba en este maldito lugar?

Mis grises se abrieron como resortes y la cálida luz del sol atravesaba la ventana, empecé a llorar. Mi madre vino en cuanto me escuchó.

—Chloe, ¿Qué te pasa? Has estado toda la noche llorando y gritando. Y ahora comienzas a llorar, ¿qué has soñado cielo?

¿Toda la noche gritando? ¿Por qué no me despertó? ¿Por qué no me desperté sobresaltada?

—Si tanto estuve gritando, haberme despertado. —Dije entre soñozos.

—Lo intenté, pero no era como si no sintieras nada.

—Mamá ¿qué me pasa?—Dije con miedo.

—No te preocupes, amor. Sólo fue una pesadilla. Ya pasó, tss, ya pasó.

Me abrazó con ternura. Como si pudiera olvidar tan fácil la sensación de no poder moverme y de sentir un dolor que me recorría todo mi cuerpo.—Pensé.

Cuando mi madre intuyó que ya estaba bien salió de mi habitación. Miré por la ventana, que daba a un bosque y un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. Quité la vista de la ventana y la posé en mi reloj-despertador; las 7:00 de la mañana. Lunes. Un nuevo día comenzaba, la antigua-nueva Chloe revivía de su gran letargo.

Abrí mi closet y cogí unos jeans cortos y una blusa ancha. Me cambié rápidamente y después me fui al baño a maquillarme cosa que antes no hacía. Rímel, gloss, lápiz de ojos y lista. Dejé que mi cabellera negra callera alrededor de mi espalda. Salí del cuarto de baño y ni paré a desayunar, ya comería algo en el insituto. 

—Adiós mamá. Un beso.

Salí de mi casa con rapidez, pero en cuando pisé la acera mi paso se volvió lento y pesado. Me pareció eterno el paseo hasta el instituto. Entré a duras penas y todo estaba como cuando lo recordé, mucha gente en los pasillos, parejas dándose el adiós. El imponente insituto me intimada y, nunca lo había echo. 

Notaba que las miradas de chicos y chicas se posaban en mí. ¿Por qué? Pensé. Entonces recuerdo que esa mañana me eché maquillaje, pero tampoco es para tanto, joder. 

—Chloeeeeeeeeeee, ¿Qué tal?—Dice Pallina haciéndo que todo el mundo se gire a verme.

—Pallina tú tan discreta. Vamos a clase de Literatura.

Cogí a Pallina por un brazo y le ofrecí una sonrisa forzada a los presentes que aún me miraban. Recorrimos todos los pasillos hasta llegar a la clase. Me senté como siempre a lado de Pallina y estuve hablando con ella.

—Pallina, no quiero llamar la atención. 

—Pues no se como, porque HACE SIGLOS que no te maquillas y tampoco te dejabas el pelo suelto. Y sabes que todos decimos que tenías el pelo hermoso. 

—Ya, bueno. Pero se discreta.

Sonó el timbre indicando que ya empezaban la clase y, la profesora entró con paso decidido y puso en la pizarra: ''La novela de los siglos de Oro. Cervantes.'' Le eché una mirada que Pallina identificó en seguida. La hora se hizo rápida y cuando sonó la campana lo ví. 

Ian Mellarck estaba en frente mía y noté la añorada descarga. Sus ojos no descifraban nada, pero me sostenía la mirada. Le desvié la mirada porque alguien tocó mi hombro.

—Chloe, ¿Qué tal?—Dijo Liam, un chico un año mayor, repetidor. Nunca había hablado con él y no porque no fuera guapo. Era alto, rubio de ojos verdes y grises. Nariz recta y labios carnosos pero no demasiado. Su cuerpo era musculado y cuidado.

—Hola Liam. Estoy bien gracias ¿y tú?— Dije mostrando una sonrisa amplia y cálida.

—Bien bien. Oye ¿Te quieres sentar tú y tu amiga a la hora de comer con mis amigos?

—Claro. Allí estaremos. 

Me escabullo como puedo y una mano me agarra fuertemente el brazo y me lleva a rastras por los pasillos.

—OYE SUELTAME DESQUICIADO.

Mi espalda se estrella con un ruido sordo en la fría pared. Suelto un grito por el dolor y una lágrima sale disparada antes de que pueda hacer algo.

—¿QUE POLLAS PASA CONTIGO CHLOE?—Ian. No sentía que que gritara, me daba miedo. Mis lágrimas brotaron más rápido y con más fuerza.

—¿Qué... pasa de qué?—Dije entre sollozos.

—SERÁS PUTA. 

Tenía miedo, ¿por qué me trataba así? Él había sido quién me había traicionado. Me escurrí por la fría pared y terminé con los brazos alrededor de mis rodillas. Temía que me pegara pero una parte de mi sabía que no lo haría no sería capaz. 

Un ruido sordo impactó con mi mejilla y la noté roja al instante, me había pegado. ¿Como pudo hacer eso?

La puerta de donde estábamos se estrelló con la pared y Liam apareció como un salvador. Caminó hacia Ian y lo empujó contra la pared.

—Déjalo Liam. No merece la pena.—Dije aún llorando y con la mejilla roja. 

—Te golpeó. —Dijo dirijiéndose a mí.—Y tú, pedazo de imbécil, te puedes dejar de llamar hombre. ¿Te sientes bien al haberle pegado?, vámonos Chloe.

Liam me cogió de la mano y me llevó hacía el patio. Una vez allí me echó agua de la fuente y me abrazó y como acto reflejo me apoyé en su hombro y comencé a llorar en su hombro. No sabía si aquello estaba bien. Si estaba bien utilizarlo de esa manera, pero se sentía bien entre sus brazos. Me sentía segura. Él hacia círculos alrededor de mi blusa y de vez en cuando masajeaba tiernamente mi mejilla y me la besaba. 

Tenía la sensación de que aquello no debía de pasar, pero me quedé inmóvil y lo dejé hacer. 

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Muchísima gracias por los votos. Espero que les gustes este capítulo y ya vieron, salió Liam ¿Pasará algo entre Chloe y Liam? Ya lo veremos. 

Si ustedes piensan que merezco un comentario y/o un voto será bien recibidos :)

Unbeso.

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