Nervios

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(Julia)

Como puedo ser tan tonta de salir sin llaves. Cath debe estar con el idiota de su novio y yo aquí congelándome. Tal vez debería aceptar la oferta de Minho. Ay Minho, primera vez que me siento así con un hombre y ¡en tan poco tiempo! Fue todo tan extraño, tan rápido, fue una hermosa tarde. Dios mis manos se están congelando. Moriré de hipotermia si Cath no llega pronto.

-¿Todavia sigues ahí? – apareció Minho en la puerta de su casa. – Vamos entra, te estás congelando.

-Está bien – le dije.

Su casa era normal, aunque demasiado limpio y ordenando para ser hombre. Se nota que no viene muy seguido.

-Toma asiento, te traeré un café – me dijo.

Me senté al lado de la estufa. Estaba todo muy cálido, me acerqué a ver unas fotografías, había una con sus padres y otra con el que imaginé era su hermano. Al final había una de un grupo de chicos.

-Son mis amigos – dijo algo nervioso.

-Ya veo, que lindos – se acercó, me entregó el café e hizo que me sentara mientras me cubría con una manta.

-Cath no debe tardar, debo estar atenta a la puerta.

-No hay apuro, puedes quedarte el tiempo que sea necesario – me sonrió.

-Gracias Minho, hace tiempo que no sentía que alguien se preocupara por mi – me sonrojé, pero estaba siendo honesta.

-No me gusta ver mal a la gente, has sido muy valiente en venir sola hasta acá, debe ser duro.

-Lo es – Tomé un sorbo de café. Un silencio algo incomodo apareció, mientras tanto podía sentir como Minho me miraba. – ¿Que tengo? – le dije.

-Nada, es solo que no se, me pones nervioso y te conozco hace tan poco.

-Woow, el chico guapo admitiendo que también se pone nervioso – reí.

-Ya! No molestes – me lanzó un cojín e hizo que derramara el café sobre mi blusa, por suerte ya no estaba caliente.

-Oh que torpe soy – dije intentado limpiarme.

-No, yo soy el bruto que lanza cojines sin pensar – ambos reímos – te traeré una de mis camisas, mientras se lava tu blusa. Espérame aquí.

Corrió a su cuarto, mientras yo seguía en mi intento de limpiar la blusa, sin éxito por supuesto.

-Toma – me dijo y me pasó una camisa azul – te quedará un poco grande, pero servirá mientras tanto. Ahí está el baño.

-Gracias – dije nuevamente. La verdad perdí la cuenta de cuantas veces le había agradecido en menos de un día. Entré al baño, me quité la blusa y me puse la camisa. Tenía su olor, me encantó. Aunque me quedaba un poco grande, pero serviría. Sali a la sala y me dijo:

-Wow, te queda mejor que a mi,

-Tonto, no mientas, me veo ridícula – hice un puchero.

-Te ves preciosa – al decirlo pude notar como sus mejillas tomaron color rojizo. Se veía tan tierno.

-Gracias- ahí está de nuevo, otro "gracias"

-Voy a cocinar algo, tengo hambre.

-Ok, te ayudo.

-No, tu eres mi invitada, asi que yo cocinaré para ti.

-Está bien Minho – respondí rodando los ojos. ¿Tendrá algún defecto este hombre? ¿Tal vez estoy soñando? Ay no quiero despertar entonces!

La distancia no es el fin ~Minho SHINee ♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora