My angel.

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1 de agosto del 2015.

Querido Loky, pronto cumpliré mis diecisiete años de edad, pronto será un año desde que lo conocí. Ha sido tan rápido compartir mis noches a su lado, lleno de promesas, que sé que nunca podrá cumplir, pero... al menos me mantienen vivo, con vida.

Sé que si no lo hubiese conocido estuviese enterrado bajo la tierra, y nadie, absolutamente nadie, se preocuparía por llevarme al menos un ramo de rosas. Ni siquiera mis propios padres... Esta noche te escribo para decirte que lo estoy esperando y lo sé, lo sé, las páginas de días anteriores dicen lo mismo "lo estoy esperando". Pero no importa... él es la única historia que tengo de verdad, el único ser que me sonríe y acaricia con cuidado mi cabello, él es Choi Minho y estoy enamorado de él.

Taemin cierra su diario color azul claro y lo deja reposar sobre el escritorio metálico. Podía dejarle ahí abierto y con toda su vida privada al aire, pero sabía a la perfección que ni su padre, ni siquiera su madre lo leerían, porque a pesar de ser algo grande, sus padres lo seguían viendo como un niño, no como el adolescente que ya era. Camina hacia la ventana y la abre completamente, dejando con el cálido aire de agosto le acaricie los cabellos castaños. Se asoma apenas un poco para ver si ya está aquel ser que tanto añora ver, pero no hay ningún rastro de él, o de su traje blanco que ilumina la oscuridad. Rendido fue a acostarse en la cama, dejando que su cuerpo descansara al fin. Entre sueños cálidos siente cómo le acarician el cabello, y cómo su rostro descansa de una manera tan agradable sobre un pecho, inhala el aroma del susodicho y no hay alguien que pueda poseer aquel olor tan fresco como las rosas, y tan masculino. Era su hada.

— Te tardaste... —. Murmura el castaño aún con los ojos cerrados.

— Tomaré eso como un "te extrañé".

— Sabes que siempre lo hago—. Y entonces lo ve, con su llamativo traje blanco y su cabello bien peinado. Minho lo observa directamente a los ojos, sin dejar de acariciar sus cabellos.

Ese es su mundo, el que tanto amaba y del cual jamás quiere escapar, pero sabe que no siempre será así, que su hada algún día va a desaparecer, que no siempre estará encerrado en esa habitación y sobre todo, que algún día va a crecer.

— ¿Hiciste un amigo hoy? —Taemin negó con la cabeza—. ¿Hablaste con tus papás?

— "Estoy ocupado, ve a otra parte", dijo mi padre, entonces yo fui con mi madre y dijo "Taemin, mejor en lugar de estar perdiendo tu tiempo estudia, o qué sé yo". Y me dio la espalda... yo sólo le pregunté que si había tenido un buen día en el trabajo...

— Algunos adultos son así, olvidan lo que han sembrado, nace una rosa y olvidan regarla y cuidarla del sol. Por suerte la lluvia te ha protegido un poco, y las nubes te han cubierto con su sombra al pasar.

Taemin suspira y guarda silencio. Aquellas palabras se encajaron como agujas en cada parte de su ser. Las gotas de agua nunca llegaron para sus raíces, ni siquiera la sombra. Estaba tan...destruido por tantas cosas, pero se odiaría así mismo hablar sobre el maltrato que recibe no solo psicológico, sino también físico.

Se guardaría rencor por ver la cara de preocupación de Minho. Las horas transcurren conforme un grillo no deja de tocar una pequeña canción (ese sonido que realmente harta y lo único que deseas hacer es aventarle un zapato para que guarde silencio de una vez por todas), y los parpados del joven de dieciséis años cada vez pesan más, hasta que es recibido por el mundo de los sueños, con un hombre que lo acompaña vistiendo un hermoso traje blanco. Tan pronto la mañana se asoma con el sonido de un televisor en lo que al parecer es el canal de noticias, junto con el olor a tocino recién dorado por la mañana. El estómago de Taemin ruge de hambre, y con un poco de ánimo bajó a la cocina, encontrando a su madre.

My Angel (TwoMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora