Capítulo 7

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- ¡Debemos intentar otra vez!

- Cálmate, no podemos hacerlo así como así, debemos hacer otro plan.

- Sólo les damos más tiempo para que la seguridad aumente y lo encierren más.

- Por eso mismo debemos planear algo para estar un paso más adelante.

Dylan pasó su mano por su cabello, frustrado. El tiempo pasaba más rápido que arena entre sus dedos, y eso sólo lograba enfadarlo más. ¿Cómo era posible que estén tardando tanto cuando con casi sólo un mes, él logró pensar en algo para que se escabulleran en Curdun Cay? No lo sabían, ninguno.

Suspiro.

- Perdona, Shai, no quise alterarme, es sólo que... ha estado mucho tiempo ahí y no sabemos qué le hacen, y eso me aterra.

- Tranquilo. -la chica puso una mano en su hombro- Ya encontraremos la manera de entrar y sacarlo de ahí.

- Eso espero -suspiró.

Dylan decidió ir a caminar un rato para despejar su mente. Trataba de pensar en qué se equivocaban para que cada intento que hacían por rescatarlo, siempre terminaba fracasando. «¿Qué estamos haciendo mal?»

No tenía respuesta. Lo único que agradecía de cada uno de esos fracasos, era que nadie había sido capturado. De cierta forma de parecía un milagro, no creía que Augustine cumpliera su palabra.

De nuevo era temporada de lluvias, así que el cielo estaba nublado y probablemente no tardaría en llover. Lad calles de Seattle se habían vuelto calladas y monótonas, cosa que algunos podrían confundir con tranquilas. Hacía mucho que un Bioterrorista no se aparecía. Sus amigos son Conductores, no Bioterroristas. El ambiente se había tornado gris y lúgubre, y Dylan se sentía así, vacío por dentro, con tan sólo una pequeña llama de esperanza que lo hace continuar.

Aunque no sólo a él se le notaba el cambio. Con el tiempo llegó a conocer mejor a Eugene, Delsin y Fetch; pero le daba la impresión de que simplemente no son las mismas personas con las que convivió su amado. Brydon a veces se encontraba distante, como si hubiera ocasiones en las que su mente lo consumía tanto que perdía la noción del tiempo; empezó a ocurrir después de que lo encontraron en las montañas. No había aprendido a controlar sus nuevas habilidades; sin embargo, aún temía hacerle daño a alguien a causa de ellos, es rara la vez que los ocupa. Theo ya no parecía tan fuerte como cuando lo conoció, físicamente sí, incluso más; no obstante, la imponencia con la que contaba hace unos meses, se ha ido desvaneciendo. Luego estaba Shai, la chica que mantiene la esperanza en el grupo, ya no es tan alegre como solía ser, pero hace lo que puede para mostrar una sonrisa y entusiasmo para seguir adelante.

La idea de rendirse pasó fugazmente por su cabeza, pero la desechó inmediatamente. No era la primera vez que pensaba en tirar la toalla, dejar todo, irse y jamás volver; más la simple idea de dejar al que tanto ama dentro de ese horrible lugar lo atormenta, a tal grado que no ha tenido una buena noche de sueño en mucho, mucho tiempo. Cada noche tiene pesadillas que lo hacen despertarse de golpe.

- ¿Ahora qué haremos? ¿Cómo evitamos que nos derroten?

Entonces se dio cuenta de que de nuevo se encontraba ahí, aquella cafetería donde le invitó un café el día que lo conoció. Suspiró y entró, se sentó en la silla de siempre y pidió lo de siempre. Había llegado a ser un cliente frecuente de aquel establecimiento, especialmente días después de la última vez que vio a su novio.

¿Seguiran siendo novios? ¿O se habrá terminado en cuanto los agentes del DUP le cerraron las puertas en la cara? No le gusta pensar en eso, porque termina agotado de tanto darle las vueltas al asunto. Recuerda el día de la boda de Shai y Theo, había dejado un asiento a lado de él como si Thomas estuviese presente. Le hubiera gustado vivir algo así con su amado rubio, pero las circunstancias parecen impedirlo.

- ¿Qué voy a hacer?

Se quedó en el café hasta que terminó la tormenta. Había muchas cosas en la ciudad que le recordaban a Thomas Brodie-Sangster.

Tu brillo me guiará [2a Temporada] (Dylmas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora