Capítulo 1

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 _____ es una chica que se acaba de mudar a Londres aunque ella es de Gales. Vive con su hermano David 2 años mayor que ella y su abuela Eleanor, aunque ninguno de sus parientes es de sangre. Eleanor recogió a David y ____ de un orfanato cuando apenas eran unos bebés. Con tan solo 8 meses ____ entró a formar parte de la vida de Eleanor.

Es fácil saber que ___ y David no son hermanos de sangre: él es un chico muy alto, apuesto, con un pelo de color rubio que siempre está alborotado, ojos pequeños y verdes y una nariz respingona. Le encanta el deporte, sobretodo el quiddicth, es muy abierto y responsable, a veces demasiado. Pasar tiempo en contacto con la naturaleza es para él lo mejor del mundo. Serio cuando tiene que serlo, pero siempre risueño, David ha sido el mejor hermano mayor de ____. ____ al contrario, es bajita, morena con unos ojos muy grandes color castaño y pestañas largas. Tiene la piel blanca y muchas pecas por su nariz y mejillas. Ama la lectura, la música y pasar ratos a solas acompañada únicamente de su pensamiento. Toca el piano y no canta muy mal del todo, se defiende en el tema. Tiene un sexto sentido para percibir el alma de las personas y las que ya no están. Los dos hermanos se llevan muy bien a pesar de que tienen sus peleas como todos.

Ven a Eleanor como una abuela más que como a una madre debido a que ella ya es bastante mayor. Cuando les acogió tenía 64 años. Es la típica ancianita adorable: pelo grisáceo recogido en un moño, sonrisa amable, orejas pequeñas y siempre lleva faldas o vestidos.

La razón por la que se han mudado es que Eleanor pertenece a la Orden del Fénix...y ahora han empezado a tener reuniones cada vez más importantes. Desde que el año pasado Harry Potter afirmó que Voldemort había regresado algunos como Eleanor querían sentirse seguros rodeados por amigos fieles.

_____ empezará 5º curso y David, 7º en Hogwarts.

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Desperté. Nunca dormía hasta tan tarde, eran las doce y media de un viernes, pero como estábamos de vacaciones no importaba. Me estiré en la cama mientras bostezaba...la verdad es que aquella cama era muy cómoda. Solo llevaba un mes en Londres, pero la casa que teníamos a las afueras era bastante acogedora, y tenía un cuarto para mí sola, no como antes que lo compartía con David. Bajé a la cocina a desayunar, pero no vi a nadie. ¿Dónde estarían David y la abuela? Al rato, mientras estaba en el salón leyendo, se escuchó un ruido en la chimenea.

- ¡Quince galeones, David! ¡Quince! En mis tiempos eso no valía ni tres! -oí que se quejaba mi abuela.

- No, si la economía está más loca cada día. Los muggles se quejan, ¡pero nosotros tampoco es que estemos demasiado bien!

- Abuuuuuuuu!! -grité tumbada en el sofá- ¿Dónde estábais?

- Ay cariño- entró en el salón y soltó varias bolsas en el suelo- fuimos a comprar las cosas para el colegio, no te avisé porque estabas dormida como un bebé.

El colegio...me hacía ilusión entrar a Hogwarts, la verdad. Todavía quedaban dos semanas para coger el tren. Era una gran escuela y sabía ya muchas cosas sobre ella. ¿En qué casa caería? ¿Sería más estricto que mi anterior colegio? Solía sacar buenas notas, aceptables, tampoco me mataba a estudiar...

El resto de ese día lo pasamos tomando el sol en el jardín mientras Eleanor nos contaba historias de su juventud, David cortó el césped y yo intenté dibujar una mariposa sin mucho éxito. Nuestra vida era bastante normal, no teníamos preocupaciones y nos iba bien. Pero llegó un día que cambió muchas cosas, conocí a gente increíble y nuestra vida pasó a ser más interesante.

Empezó siendo un día de lo más normal. Me levanté, desayunamos todos juntos y me di una ducha rápida. Estaba viendo una película con mi hermano cuando la chimenea se llenó de humo verde y se escuchó un grito de dolor.

- Aaahh!! Maldición, uf, que dolor...-se escuchó la voz de un hombre- ¿Eleanor? ¿Está usted por ahí?

- ¡Sí, sí! Aquí estoy- dijo mi abuela entrando corriendo en el salón con el delantal todavía puesto- Arthur, ¿estás bien? ¿Qué ha pasado?

- Nada, me he golpeado la cabeza al llegar -dijo mientras reía - ¿Cómo está usted?

- Te he dicho mil veces que me hables de tú! No soy tan mayor, Arthur -bromeó Eleanor- Bien, hemos estado bien. Ven, que no conoces a mis niños- Le llevó a nuestro lado mientras nos levantábamos- Este es David y esta es ____.

- ¡Encantado, encantado! -dijo mientras nos estrechaba la mano a ambos- Yo soy Arthur Weasley, trabajo en el Ministerio. Vuestra abuela es maravillosa, ¡maravillosa! Jajaja. La conozco desde que fundamos la Orden, siempre una de las más dispuestas a ayudar.

- La verdad es que es la mejor- dije-, es normal que todos la quieran.

- ¡Ay, mi niña! -me cogió la cara y me plantó un gran beso sonoro- Te quedas a comer, ¿no, Arthur?

- Oh, claro, claro.

Se fueron a la cocina a terminar de preparar la comida y a hablar de cosas de la Orden. Al parecer la fundó Dumbledore para luchar contra Voldemort, y volvieron a tener reuniones frecuentes. Mi abuela nos contó que tenían un lugar secreto, la antigua casa de la familia Black, una familia muy conocida entre los magos.

Al cabo de un rato, fuimos al comedor y nos sentamos a la mesa. El señor Weasley sonreía, aunque se le veía un poco incómodo porque no nos conocía.

- ¿Tiene usted hijos, señor Weasley?- preguntó mi hermano, que siempre era muy atento a cómo se sentía la gente.

- Jajaja, ¡tengo siente! -dijo triunfante- Bill, Charlie y Percy son los mayores...luego están Fred y George, gemelos, empiezan séptimo curso este año en Hogwarts.

- Ah, igual que yo entonces- dijo David

- Pues ten cuidado con ellos, son muy bromistas y revoltosos -rió divertido- Ron, que empieza quinto y la pequeña Ginny, la única niña, empieza cuarto curso.

- Bueno, organizarán ustedes unas cenas increíbles con tanta gente - bromeé.

- Me gustaría que los conocierais, veníos a la próxima reunión de la Orden, estamos todos en la casa.

Llegó mi abuela con la comida y seguimos charlando. Sin duda alguna la suya era una gran familia. Me pregunté cómo sería tener tantos hermanos, tendría que ser divertido pero agotador. Nos contó también cómo conoció a su mujer, Molly, que a veces tenía mal genio, pero un corazón enorme. Nos despedimos tras tomar el postre con la invitación al número 12 de Grimmlaund Place.


Te doy media noche. [Fred Weasley y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora