Contigo, aquí o en medio del océano; pero contigo.
Ir contigo a cualquier lugar, donde tu quieras. Ir de la mano cojidos en mitad de alguna calle de Valencia, una de esas calles donde nunca pasan coches y al fondo hay dos niños jugando con el balón.
Ir al fútbol, cualquier partido, mejor si es uno de esos con pinta de aburrido pero que luego tiene emoción. Comprar unas pipas y sentarnos en el asiento. Criticar al arbitro y celebrar algún gol. Contigo.
O quedarnos en casa viendo una comedia romántica de esas en las que yo siempre lloro. Hacer palomitas. Mirarte de reojo y pillarte mirándome. Besarnos.
Contigo en la feria, comprar algodón de azúcar y que te lo acabes comiendo casi todo tu, que me consigas uno de esos peluches grandes, o picarnos al tiro y ganarte. Y volver a besarnos. Subir a los coches de choque; conduzco yo. Chocarnos con todos los coches y reírnos.
Viajar juntos. A cualquier ciudad europea. Mejor si es Ámsterdam, subir en una de esas barcas y besarnos. Amanecer bajo tu brazo y desayunar café con leche en alguna cafetería vintage.
Contigo. Besarnos cuando el semáforo esta en verde y cruzar cuando esta en rojo. Hacer planes juntos, ir al supermercado.
Contigo, debajo de las sabanas de tu cama cuando tus compañeros de piso no están en casa. Y por la mañana preparar cola-cao y un par de tostadas con mantequilla y mermelada de fresa con tu camiseta como pijama.
Bueno, que no importa donde sea ni como sea, lo importante es estar contigo porque cuando estoy contigo la vida parece un poquito menos vida y un poquito mas paraíso. Porque tú eres mi paraíso.