Capítulo IV: ¿Sophie es una asesina?

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— No puede ser, están equivocados —negué. La mayoría de los estudiantes presentes, que conocían a Sophie, estaban tan impresionados como yo.

— ¿Alguien sabe dónde está? —preguntó el oficial, perdiendo ya la paciencia.

Después de sus palabras, hubo un silencio total. De un momento a otro, de la nada, apareció Sophie dando la cara.

— Aquí estoy, me acaban de avisar que me están buscando —dijo Sophie, mostrando total seriedad en su actitud—. ¿Por qué piensan que mataría a esas personas?

— No lo sé chiquilla, pero tienes que venir con nosotros —decía el oficial mientras sacaba las esposas.

— No iré a ninguna parte sin una explicación —bramó—, yo no hice nada de lo que me acusan. No soy una asesina.

— La tarde en que murió el señor George, usted era la única alumna que no estaba en su aula —dijo el oficial—, ¿es verdadero o falso? Señorita.

— Es cierto... —respondió Sophie—, había pedido permiso para ir al baño...

— ¿Sí? —inquirió, con una sonrisa sarcástica—, ¿en el baño de hombres?

— Es que yo... —dijo Sophie, pero fue interrumpida por el oficial.

— Además, que raro que seas la persona que encontrara el cuerpo de George y haya llamado a las autoridades —respondió el oficial— entrégate por las buenas, no creo que quieras ser detenida de la mala manera, ¿verdad?

— Yo no maté, al señor George... —decía Sophie, apretaba sus manos con mucha furia y en su cara se podía observar su desesperación.

— También tienes relación en cierta forma con Jessica Thompson —declaró el oficial—. Antes de morir, Jessica, le dijo a sus padres que en la tarde iría contigo y tus padres al cine, ¿es verdad eso o no?

— Es verdad... —afirmó Sophie—, pero no la pude ver, nunca llegó...

— Eso no lo sabemos, pero sí encontramos un papel dentro de la boca del cuerpo con una fotografía en donde aparecías tú junto a ella.

— ¡Basta! —bramó ella perdiendo la paciencia.

— Es hora de irnos —dijo el oficial, de repente saca su arma y empieza a apuntarle—, No creo que quieras que sea de la peor manera, ¿o sí?

Mientras el oficial caminaba hacía Sophie apuntándola, ella se mostraba tranquila, cuando se encontraban apenas a unos centímetros; reaccionó. Le dio una patada a la mano que sostenía el arma haciéndola caer y despistando al oficial (ella de pequeña practicaba artes marciales). Recogió el arma y apuntó al oficial, ahora si se veía bastante nerviosa. Algunos estudiantes fueron a tratar de irse encima de ella pero los que éramos sus amigos, evitamos que ellos se entrometieran.

Nunca había visto a Sophie tan desesperada y alterada de una manera inhumana.

Sophie caminó hacia la calle sin dejar de apuntar a los oficiales, estos no querían disparar porque apenas era una adolescente de quince años; pensaban solo en negociar con ella. Esta siguió apuntándoles hasta colocarse en la acera, podía haber tratado de huir corriendo pero los policías la atraparían.

De un momento a otro, llegó un auto negro con los vidrios ahumados y sin placa. El carro se les vino encima a los oficiales, haciendo que estos se apartaran. Ella de alguna manera supo que era su forma de escapar, corrió y entró al auto. Parecía como si todo hubiese sido planeado.

Mientras el carro se alejaba, algunos oficiales agarraron sus armas y comenzaron a tratar de dispararles a los cauchos de este. Pero debido a su lejanía no pudieron dar con ninguno.

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