Capítulo 11

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Esta tarde salgo de paseo, necesito desconectar. Cojo mi bolso, y me despido de Julie. Hace sol, pero no calor. Me gusta esta temporada del año. Las calles son tranquilas y es un buen lugar para pasear.

-¡Brigiiitte! -de repente oigo desde lejos. Doy media vuelta y veo a un chico alto, delgado (pero no mucho), musculado y, a medida que se va acercando, distingo sus ojos azules cristalinos.

-¡Rick! -me lanzo a sus brazos. Él se queda un momento distante, pero luego sonríe y recibe el abrazo con otro más dulce.

-¡Mi pequeña! -me dice frotándome la cabeza con las dos manos.

-¡Para! ¡Qué me despeinas! ¡Y no me vuelvas a decir 'pequeña'!

-Vaalee -suspira. -¿Te invito a un helado? -me encojo de hombros.

Entramos en la heladería. Richard pide un cono pequeño de stracciatella, y yo uno igual pero de dulce de leche. Cogemos nuestros helados y vamos a dar una vuelta mientras comemos.

-Lo siento, no pude venir durante casi toda la semana para hablarte del caso -se disculpa. -Asuntos personales.

-No pasa nada, espero que los arregles. ¿Podemos hablar de otras cosas?

-Claro. ¿De qué?

-No sé... ¿Cómo van los ligues? -reímos.

-Mal, no tengo novia desde hace dos años o así.

-¿Cuántos años tienes?

-24. Por eso te pregunto cada vez si te parezco guapo, como no consigo encontrar pareja...

-Pues espera sentado a que te responga -digo riéndome.

-Venga, Brigitte. Te lo he preguntado como unas mil veces y sólo haces que poner excusas cómo gestos, o respuestas que no contestan mi pregunta -parece estar un poco cabreado. -Es tan fácil como decir 'Sí' o 'No'. Pero, en cualquier caso, se sincera.

-No pensaba que te ibas a poner así por una simple pregunta. ¿A caso te gusto para que te llegue a importar mi respuesta? -le miro con ojos de interrogación, con las cejas levantadas.

-Yo te hecho otra pregunta mucho antes de que tú me preguntases esto -me mira igual que yo a él.

-Pero quiero que me respondas esta para poder responder la tuya.

-Vamos, Bri, mi respuesta no implicará la tuya. ¡No seas niña pequeña! Si no quieres responder mi pregunta, será por algo en especial... -me mira con cara seductora. Sonrío, cabizbaja. Paramos de andar y le cojo de las manos.

-No me pareces guapo, eres más que eso -le doy un beso en la mejilla y me voy, con mi cono, alejándome cada vez de él, mientras él grita mi nombre desesperadamente.

Sí, soy una chica misteriosamente misteriosa.

Memorias de un crimenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora