14 de Mayo del 2016
Diario de una Chica Solitaria:
Tuve que pedirle ayuda a la Sra. Spong sobre que escribir aquí en el diario. Fue la consulta más larga que hemos tenido en años. Después de tanto tiempo, considero que fue agradable escuchar sus consejos otra vez.
Después de tanto pensar, decidí escribir un poco del pasado, sólo una pequeña parte. Porque aunque tenga solo 16 años, tengo una larga historia, y no quiero acabar en un mar de lágrimas.
No me mal entiendas, no es que sea una llorona, es sólo que sin querer ellas siempre salen cuando hablo o escribo sobre esto, sobre las heridas que me causaron tantas personas y tan pocas a la vez considerando lo que otros han pasado.
En conclusión, ellas tendrán sus razones. Quizás estuvieron tanto tiempo retenidas que el karma hizo que salieran cuando lo recuerdo todo.
Vamos con lo primero, donde todo empezó.
Recuerdo perfectamente que tenía 9 años cuando nos mudamos a San Francisco.
Vivíamos perfectamente en un departamento de Seattle, pero al crecer la familia necesitábamos una casa más grande, con grandes cuartos, una gran sala, un enorme patio y todo lo demás.
Eso significaba que mis pocas amistades (con las cuales, hoy en día, hablo sólo por mensajes o llamadas) se quedaban atrás y no las vería más. A esas únicas personas que me aceptaron, esas personas que me querían verdaderamente aunque sólo fuéramos niños.
A esas personas nunca las volví a ver.
Pero como en esos tiempos era muy confiada y alegre creía que mudarme podría ser una "gran aventura".
Sentía que mi vida iba a ser diferente, que todo iba a cambiar, pero nunca me imaginé que todo eso fuera para mal.
¿Y cómo no? Si era una niña ilusa en un mundo realista, una niña positiva en un mundo pesimista. Era todo lo que los demás no querían, y aún desgraciadamente lo sigo siendo inconscientemente.
Mi pasado está basado en cabos sueltos que poco a poco iré tejiendo en este diario, para yo misma ir entendiéndolo más, para entender porque pasó y porque me sigue afectando en gran manera.
Recuerdo que a veces las pruebas se hacían tan difíciles que caía en un hoyo profundo que podía ser de ira, negatividad, llanto, o una de las más odiadas: la depresión.
Ella formó parte tan importante de mi vida que a veces no lo creo.
Cambio mi mentalidad, mi forma de ser, mi forma de ver el mundo, mi forma de ver a los que me rodeaban, esa depresión me cambió tan drásticamente que a veces pienso que me abrió los ojos.
Cuando me di cuenta de cómo había cambiado, decidí que también cambiaría físicamente. Cambiaría mi cuerpo debilucho a uno un poco más formado, cambiaría mi forma de hablar chueca a una más educada y elegante, cambiaría mi forma de caminar, mi forma de sonreír, realmente cambiaría.
También me dije que aprendería a fingir, fingir que siempre estaba bien, todo para que dejarán de criticarme, todo para complacerlos a ellos, todo para complacer un poco al mundo que me rodeaba.
Muchos dicen que "no debes cambiar por las opiniones de la gente" pero creeme cuando te digo que no es tan malo como piensan, lo digo por experiencia.
Porque a veces a una chica solitaria como yo le importan mucho las opiniones de los que están a su alrededor, aunque quiera pensar lo contrario.
Porque cuando te sientes aceptado, te sientes amado.
Y cuando te aman, nunca más estarás solo.
Trinity.
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Diario de una Chica Solitaria.
Poetry¿Qué pasa cuando las personas que más querías te dan la espalda? Cuando tus familiares ni quieren verte y tus amigos están a kilómetros de ti. ¿Qué pasa cuando la soledad es tu única compañera? Y, aunque tengas compañía, sientes que estás sola, p...