Capitulo 1

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*6 años después. El presente.*
Lo vi allí sentado en la típica banca del parque igual que todos los días, él era guapo, con cabello castaño cayendo en una parte de su frente con ojos azules profundos y claros, era medianamente alto y tenía una sonrisa fácil y sencilla.
Saque de mi mochila el libro que debía leer para mi ensayo, generalmente leo los libros en poco tiempo pero he estado distraída mirando a ese chico tan guapo. Siempre vengo a la misma hora para verlo leer y me voy sin siquiera haber abierto mi libro o hablado con el chico, No es que yo sea tímida, hago amigos fácilmente solo que él tiene algo diferente, yo también soy un poco extraña, ya sabes aparte de tener mi propia opinión y pensar diferente, soy... vidente, no  se lo he dicho a nadie a parte de a mi mejor amiga Nina, no me siento cómoda diciéndoselo a todo el mundo ni siquiera le conté a mis padres. Y yo sé que ese chico también tiene algo raro y especial como yo.
Al final después de debatir entre leer o mirara a aquel chico, opte por leer mi libro o sino reprobaría español, abrí mi libro en la página 52 de 430, si me faltaba un montón por leer.
Leí un par de palabras cuando alguien me arrebato el libro de las manos.
-Oye...- me detuve en seco, pues  quien me había quitado el libro era aquel chico que antes leía en la banca.
-¿Es bueno?-pregunto ojeándolo.
-No lo sé, tal vez si me lo devolvieras lo leería y te daría una opinión-le dije un poco irritada, puede que el chico fuese guapo pero por ahora solo me exasperaba.
-A mí no me gusto-dijo el, leyendo el título del libro.
-Entonces porque me preguntaste si era bueno-
-es que te he visto leyéndolo desde hace días-bueno al parecer ambos nos observábamos.
-¿Por qué no te gustó?, lo poco que he leído es interesante-
-Te ahorrare el resto del libro, al final el protagonista muere y su supuesto verdadero amor se suicida, un final muy trillado-dejo el libro en mis piernas.
-No quería tu opinión- dije enojada, odiaba que me contasen los libros, prefería decidir por mí misma si era un bueno o malo, con final trillado o no.
-Vamos te ahorre leer un mal libro ahora podrás leer uno mejor-
-No pues que gran favor-dije sarcástica.
-No deberías preguntar, si no quieres una respuesta-
-Y tú no deberías entrometerte en la vida de los demás-el chico rio, que había dicho como para que el riera.
-Me llamo Tobías- se presentó sonriente.
-Estoy segura de que no quieres saber mi nombre, solo me estas fastidiando-Tobías volvió a reír.
-¿Cómo sabes que no quiero conocerte?-
-No lo sé pero si sé que yo no quiero conocerte a ti.-
-Me gusta tu sombrero-dijo derrepente cambiando de tema  mientras tambien me lo quitaba de la cabeza- me lo quedare unos días-dijo colocándoselo él y se fue.
No fui tras él, sabía que de una u otra forma el me lo devolvería.
Recogí el libro de mi regazo y lo guarde en mi mochila, me la colgué en el hombro y camine a casa.
En menos de 10 minuto estuve allí, justo cuando mama servía el almuerzo, como papa no estaba, almorcé en mi habitación en compañía de mi perrita Coco. En la tarde me puse en la tarea de leer mi libro, al principio aquel chico Tobías se pasaba por mi pensamientos pero al final no pensé en nada más que en leer. Al final de la tarde ya casi había terminado mi libro y como Tobías me había dicho el final era algo trillado, quisiera o no debería tragarme mis palabras.
A la mañana siguiente desperté algo asustada, había tenido una absurda pesadilla de la cual al despertar ni la recordaba.
Después de mi pequeño susto baje a desayunar, mi madre no estaba y mi padre dormía, ya saben ambos se turnaba para trabajar y cuidarme, uno estaba conmigo de día y otro de noche, generalmente papa me vigilaba de día porque por alguna estúpida razón desconfiaba de mí. Una vez me arregle, puse todo mi empeño en escribir mi ensayo. Había tan solo escrito el nombre del libro junto a la palabra "ensayo" cuando le teléfono sonó.
-Hola-
-Hola-dijo mi amiga Nina risueña.
-Y ¿eso tan feliz?-
-Un chico-
-Ya me lo presentía-
-Te parece si almorzamos juntas en Rue 57-
-¿Tengo otra opción?-Nina rio.
-¿Te paso a recoger?-
-No prefiero caminar-
-Como quieras, bay-
-Chao-colgué el teléfono y di un suspiro.
Como era de esperar Nina iba a hablar de un chico, su pasatiempo favorito y la conversación que yo más detestaba.
Un rato después ya había escrito 2 o 3 páginas de mi ensayo, así que lo deje a un lado y decidí relajarme y me senté en el sofá cómodamente. Mientras me ensimismaba en mis pensamientos todo se oscureció y me maree un poco estaba teniendo una visión.
Cogí uno de los cuadernos de hojas blancas más cercano habían unos 16 cuadernos en toda la casa para cuando tuviera las visione, también cogí un lápiz que estaba junto al cuaderno y empecé a ver la sombra de un chico que firmaba un extraño documento que luego puff quedo incinerado. Una vez la visión se acabó volví a ver la sala de mi casa, baje la vista y tan solo vi la hoja en blanco, no había dibujado la visión, nunca me había pasado algo así siempre había dibujado mis visiones. Cuando tenía 6 años tuve mi primera visión y la dibuje en la pared de la cocina, siempre las dibujabas porque ahora ¿no?
Deje el cuaderno encima de la mesa y junto a él el lápiz, me pare fui a la cocina y escribí una nota para mis padres diciendo que iría a almorzar con Nina y que vendría más tarde, la colgué en el refrigerador y salí de casa.
Me encantaba caminar pero al ver el cielo encapotado me arrepentí por no haber aceptado la invitación de Nina, deseaba que me llevase.
Camine por las calles más solas de lo habitual y una vez llegue a Rue 57 ubique a Nina en una mesa cerca de la ventana.
-Hola ya he pedido por ambas- saludo Nina.
-Gracias, ¿Cómo vas?-
-Súper bien-
-¿Un chico?-la escrute con la mirada.
-Sí, su nombre es Alejandro y es hijo del nuevo novio de mi madre.-
-Otro novio-
-Si lo sé si no fuera mi madre la llamaría fácil-
-y ¿Qué paso con el anterior?, ¿Cómo se llamaba...?-
-Harry las cosas no salieron muy bien-
-Bien entonces ¿Alejandro?-
-Si es muy guapo, agradable y muy divertido-
-Umm, una pregunta si el padre de Alejandro se casa con tu madre ¿no sería incesto entre tú y Alejandro si tienen algo?-
-No porque seriamos medio hermanos-
-Si eso tiene mucho sentido-
- ¿Y tú?-
- ¿Yo que?-
- Nada de chicos-
- Ya hemos tenido esta conversación, yo no soy de las que se derriten por un chico o van detrás de él como locas, además si conozco chicos pero que me gusten muy pocos-
-Así que conociste a alguien- dijo Nina muy segura, detestaba cuando Nina tenía razón, al conocerme tan bien siempre acertaba.
-Uh- di un suspiro- de acuerdo, conocí a un chico llamado Tobías, y te aclaro no es guapo, inteligente o agradable-
-Ok eso es dar una muy mala impresión- obviamente yo mentía Tobías sí que era guapo, inteligente y me exasperaba de buena manera.El resto del almuerzo fue basado en Nina literalmente chorreando baba por ese tal Alejandro.

Una vez llegue a casa y me puse a jugar con mi perrita Coco, Coco era muy obediente y aprendía los trucos rápidamente, saltaba, rodaba, hacia piruetas y te daba la pata estoy segura de que es más inteligente que un par de personas que conozco. A eso de las 8 o 9 de la noche baje a cenar pues papa había vuelto temprano, cene y subí a mi habitación, cuando abrí la puerta y al encender la luz vi a Tobías allí recostado contra mi escritorio.
-¿Qué haces aquí?-dije estupefacta.
-Dije que te devolvería tu sombrero-
-Pero... ¿Cómo entraste?-
-Te daré un consejo, deberías dejar la ventana cerrada-Fui hacia la ventana y la cerré con fuerza, se me hacía un poco extraño pues estaba segura de que había cerrado la ventana antes de bajar a cenar.
-Dame el sombrero y vete-le ordene
-¿Por qué tanta prisa?-
-Cuando mis padres te encuentren en mi habitación me van a matar- dije exasperada.
-Wow, nunca había casado esa reacción en una chica-
-Se llama exasperar, y estoy seguro de que tu madre también lo sentía-
-Umm osea que me amas o al menos aprecias-
-¿De dónde sacas eso?-
-Puede que yo exasperara a mi madre, pero solo la molestaba porque la quería como a ti, y pues ella me amaba por hacer eso- su logica tan estupida me impresiono eso no tenia sentido ni venia al caso.
-Deja la lógica para los inteligentes-
-Crees que no soy inteligente-
-Nunca has demostrado lo contrario-
No me has dado la oportunidad-Tobías se paró y camino hacia mí.
-Y nunca la tendrás-me aleje de él y fui a la silla al lado de la ventana.-Dame el sombrero y vete-
-Déjame conocerte Alicia-me asuste un poco cuando dijo mi nombre, esto era muy extraño yo no se lo habia dicho, entre un poco en panico por dentro que estaba sucediendo.
-¿Cómo sabes mi nombre?-
-Tu amiga me lo dijo-al escuchar eso tuve un mal presentimiento y corrí por mi teléfono, marque el número de Nina, pero ella no contesto. Como es que Nina le habia dicho mi nombre, no creo que se conoscan o si.
-¿Qué le hiciste a Nina?-
-Crees que yo sería capaz de dañar a alguien-Tobías sonrió y yo lo escrute con la mirada.
-No, lo dudaría- Mi desconfianza en el era solo por presentimiento porque no parecia un chico del tipo acosador.
-No le he hecho nada, no soy asesino en serie, tan solo la vi contigo en aquel restaurante, y cuando te paraste tan solo fui y le pregunte tu nombre-esa historia sonaba creíble pues a mitad del almuerzo papa llamo y tuve que pararme de la masa y contestar.
-Bien, mi sombrero y vete-Tobías arrojo el sombrero yo lo atrape y me lo puse, ambos caminamos a la ventana, la abrí y Tobías salió por ella me miro de nuevo y dijo:
-El sombrero era una excusa para venir a verte-me pico un ojo y me quito el sombrero de nuevo. Me quede mirando como Tobías bajaba por la escalera de incendios, me quede un rato pensando mientras veia como se alejaba, no le conocia mucho ni siquiera hace 24 horas que lo conosco pero ya siento que esconde algo y que nada que pase con el sera bueno...estupidos y absurdos presentimientos de seguro solo estoy paranoica, por otro lado despues de pensarlo mycho me habia dado cuenta de qje Tobías se me hacía un poco familiar, estaba segura de que le había vito mucho antes de cuando le miraba en el parque, pero no lograba recordar donde. Mientras seguía mirando la infinita oscuridad me di cuenta de que por algún motivo me sentía demasiado atraída por Tobías, el me hacía sentir nerviosa con su mirada y cada palabra me hacía suspirar y eso no me agradaba, no quería volver a ilusionarme. No queria repetir la historia.

La séptima estrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora