84-. Los Nuevos Mejores Amigos

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*Spoiler*

No se trata sobre Ziall ni tampoco sobre Lilo.

Violett

El día en la escuela fue terrible. Supongo que el que mis dos primeras clases fueran bajo la dirección de Di Luca debió ser un presagio de lo que me esperaba.

Las cosas fueron mal desde el inicio, toda la atención recayó en mí tras mi aparición. Me sentía como la típica chica nueva. Prácticamente no conocía a nadie y nadie me conocía realmente, y era mi culpa por no haberme tomado el tiempo de formar lazos con las personas del lugar. Desde mi llegada no hice otra cosa más que ir de aquí a allá, perdiéndome clases, era casi un milagro que los maestros o cualquier otra persona aún se acordara de mi nombre.

Sin embargo; mucho distaba lo que yo sentía de lo que realmente ocurría. Las personas no me miraban por lo sorpresiva que resultaba mi presencia en los pasillos, no, ellos mantenían sus ojos sobre mí debido a lo ocurrido con Zayn el viernes pasado.

Ellos sentían curiosidad y el morbo los movía, pues, ¿cuán normal era que una alumna le "robe" el novio a su maestra? Matterazzi había regado aquella historia como la verdad absoluta. Ella había quedado como la víctima mientras yo era la zorra, otra vez.

A pesar de los cuchicheos que abundaban a mi paso, mantuve la cabeza en alto. No tenía nada de que avergonzarme, yo conocía la verdad y no era la que Lucía pregonaba por todas partes. En ningún momento yo le robé el amor de Zayn, habría sido imposible despojarla de algo que nunca tuvo.

El receso llegó después de dos horas en lo que pareció ser el mismísimo infierno, sin duda, Satán debía estar sumamente orgulloso de Di Luca por esas técnicas de tortura que emplementaba con nosotros, sus pobres e indefensos alumnos.

Durante toda la mañana mi mente se encontró en otro lugar, sumida en una seríe de recuerdos felices, escapando de mi realidad. Lo hice con tanta vehemencia que no fui consiente de la ausencia de Sam hasta que llegué a la mesa que solíamos compartir en la cafetería y no vi rastro suyo.

Con desgano me senté en el lugar que me correspondía, a merced de las miradas y los murmullos de los demás, en el pasado habría huido hacia cualquier sitio —la biblioteca siempre encabezaba mis opciones—, pero ahora tenía la sapiencia que me otorgaba la experiencia; y no existía lugar en el que pudiera esconderme, alguién tarde o temprano terminaría encontrándome, así que agilizaría todo y simplemente me quedaría aquí, haciendole frente a lo que sea que se presentara.

De mi mochila saqué mi libreta de bosquejos y empecé a hacer lo mejor que sabía hacer; pintar. Ésta era una actividad terapéutica para mí. Me llevaba a un estado alpha, en donde simplemente me concentraba en lo que mis manos hacían y deshacían, me permitía aislarme "positivamente" de la realidad. El arte era todo lo que necesitaba en este momento.

Hice uso de mi memoria y comencé a trazar lo primero que veía por las mañanas al despertar; el cielo veneciano tiñéndose de los matices cálidos característicos del amanecer, todo visto desde mi balcón, aunque se trataría simplemente del fondo pues el objeto central de la pintura sería el cuerpo larguirucho y estético de un hombre.

Zayn se encontraría boca abajo sobre mi cama, desnudo, exceptuando por la sábana que usaría para cubrirle apenas el trasero y parte de la zona pélvica. Me repetí una y otra vez que mi decisión se debía a que quería darle algo de censura a mi obra, pero en el fondo sabía que era solamente egoísmo; no estaba dispuesta a proporcionarle a nadie el gusto de visualizar los atributos que Zayn escondía bajo sus pantalones.

Su rostro tendría paz y tranquilidad, para esto me basaría en mi bosquejo anterior, el mismo que elaboré en la oscuridad, aunque con una pequeña variante, esta vez sus ojos se encontrarían abiertos; intentaría recrear su enigmatica mirada para mi obra.

My Favorite NeighborDonde viven las historias. Descúbrelo ahora