Lo que ella me hacía sentir era realmente algo muy especial, en mi mente lo único que podía preguntarme era como me pude enamorar de alguien sin siquiera tener una relación.
Realmente para mi ese sentimiento era algo muy puro, pues era un amor que me hacía sentir vivo, me hacía sentir un hombre afortunado de estar enamorado de alguien como ella.
Ya a medio año de clases empezaba a tener un poco más de amigos, y bueno como ella se sentaba en un pupitre de adelante yo me sentaba detrás de ella y el profesor me cambio de lugar pues era un poco alto y me envió a los pupitres de atrás, donde estaban todos los que hacían relajo y bulla, ahí hice amistad con dos chicas muy lindas y especiales que se convirtieron en mi paño de lágrimas y confesiones de amor por así decirlo.Ellas sabían cuanto me gustaba esa chica y me alentaban para que le confesara mi amor y todo lo que sentía por ella.
Por otra parte fuera de clases un día jueves fui a ayudarle a mi madrina en la iglesia y ella me comentó que viajaría a EEUU en ese momento sentí una profunda tristeza y empecé a llorar delante de ella yo no quería que me dejará la única persona que no es de mi familia que me entendía y me amaba como un hijo, ella me abrazo y me dijo que no era bueno apegarse a las personas mucho pues cuando nos dejan sufrimos mucho, pues muchas veces sólo somos una estación en la vida de los demás.
Ella me dijo que viajaría para visitar a su familia, pues tenía muchas años de no ver a sus hermanos y familiares, gracias a Dios su viaje era por dos meses, meses que fueron siglos para mi, pues me sentía sólo y sin nadie quien me aconsejará con los problemas del colegio y mis notas.
Al regreso de su viaje mi madrina fue cambiada del cargo de responsable de los acólitos y ya no le dejan salir mucho del convento, casi no le veía ya y me sentía muy sólo, se acercaba ya su cumpleaños número 28 yo no sabia que regalarle y pues compre una tarjeta en la cual le escribí que ella era una mujer muy importante para mi, que era la madre que me hubiese gustado tener y también le compre una imagen de la virgen María.
Cuando fui a buscarla al convento para entregarle el regalo, me atendió su superiora y me dijo que ella ya no viviría más en mi ciudad, que viviría lejos y me pregunto cual era el motivo de mi visita y pues yo le dije que era para entregarle un regalo por su cumpleaños y ella me dijo tal vez para la próxima o en el futuro.
Recuerdo que salí con un profundo dolor en mi corazón pues yo amaba a mi madrina demasiado y me preguntaba el por que no se despidió de mi, lo más seguro fue que ella sabía que si me decía que se marcharía, para mi iba a ser una noticia muy fuerte y sufriría mucho.
Pasaron las semanas y solo era llorar y llorar por que ya no estaba mi madrina y lo único que tenía era el amor que sentía por esa chica.