Único cap.

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En una habitación a mitad de la noche, dos cuerpos se juntaban en un acto para conectase en cuerpo y alma el uno con el otro conectando sus cuerpos. Solo gemidos y jadeos se escuchaban en la habitación, cada uno mostraba su forma de amar. Pero no todo era perfecto, este diminuto momento tenía como pasado una triste historia.

Los sentimientos que tenía el rubio hacia su amigo iban más allá de una simple amistad, pero era incapaz de confesar sus sentimientos al azabache por lo que ocultaba sus sentimientos con el pretexto de que estaba enamorado de su amiga peli rosa.

Cuando el oji fénix deserto Konoha su único deseo era traerle de regreso y no se dio por vencido. Después de unos años, regresó a la aldea, pero aún la oscuridad invadía sus pensamientos llenándolo de tristeza. El oji azul se dio cuenta y un día, cuando lo visitaba después de una misión, lo encontró llorando en el piso de la casa del azabache.

-¡Sasuke! ¿Qué pasa?- decía el rubio mientras intentaba mirar su cara.

-Oni chan... ven...- lloraba el azabache.

El rubio lo abrasó y le limpió las lagrimas- realmente estás sufriendo ¿verdad?- el azabache veía con curiosidad y dolor al oji cielo- no te preocupes, puedes usarme para ayudarte a olvidar.

Un corto beso se hizo presente confundiendo al azabache- Naruto...- volvieron a juntar sus labios ahora provocado por el oji ónix. El azabache deslizó desabrocho la chaqueta del rubio y le quitó la polera para después deslizar sus manos por su abdomen hasta llegar a unos botones rosados acariciándolos, pellizcándolos mientras besaba su cuello, haciendo salir de la boca del rubio gemidos que hasta el momento eran extraños para los dos. El azabache siguió deslizándose hasta llegar al pantalón del contrario y desabrocharlo pasando su mano por encima del bóxer y acariciando el miembro del otro, se sacó la polera y se bajo el pantalón sacando el del rubio de inmediato. Si hacer muchos movimientos el azabache comenzó a introducirse en el rubio, aumentando el ritmo de sus embestidas y con el que lo masturbaba con cada segundo llegando pronto al punto máximo de placer en el que ambos se vinieron, el azabache dentro del rubio.

Esta acción se repetía muchas veces sin llegar a una relación. El oji azul se sentía feliz de poder calmar a su amor en los momentos difíciles. Pero no siempre sería así, no pasó mucho antes de que el azabache empezara una relación con la peli rosa aunque seguía aceptando la ayuda del rubio para olvidar. Sin embargo la relación con la oji verde aumentó y un día decidieron dar la noticia a los amigos más cercanos de ambos, incluido el rubio.

-Nos casaremos- dijo sonriente la peli rosa haciendo que el corazón del rubio se destrozara y la luz que emanaba de sus ojos se apagara, a pesar de ello sonrió y felicitó a la pareja para después salir de la casa de la oji esmeralda, amaba mucho a Sasuke y si eso era lo que le hacía feliz lo aceptaría.

Los siguientes días el rubio estuvo en un estado preocupante, todos se preocupaban por él, no había nada que le hiciera sonreír, ni siquiera la noticia de que él sería el próximo hokague. El azabache no podía verlo pero su amigo siempre ocultaba su tristeza cuando estaba con ellos. Muchos intentaron curar el corazón del oji cielo, pero nadie lograba ocupar el lugar vacio de su corazón, nadie a excepción de una joven oji perla que le hacía sonreír cuando lo necesitaba. Sin darse cuenta, el rubio termino enamorándose de la joven y al enterarse que ella también compartía esos sentimientos decidieron dar un paso más. En cambio, la situación del azabache y la peli rosa empeoraban ya que el oji ónix sentía que algo le hacía falta pero para cuando se dio cuenta de lo que era ya era demasiado tarde.

-Nos casaremos un par de meses después de la ceremonia para nombrarme hokague- decía un rubio mientras abrazaba a la oji perla mostrando ambos una gran sonrisa.

En ese momento el azabache comprendió lo que sentía realmente por el rubio ya que su corazón le dolía demasiado, pero no dejaría ir a su amor.

En una habitación a mitad de la noche, dos cuerpos se juntaban en un acto para conectase en cuerpo y alma el uno con el otro conectando sus cuerpos. Solo gemidos y jadeos se escuchaban en la habitación, cada uno mostraba su forma de amar. El azabache que se encontraba dentro del rubio besaba el cuello de este último mientras marcaba lo que quería que fuera suyo. Al llegar el punto más alto del placer ambos se corrieron. El azabache salió del interior del rubio y beso sus labios.

-Te amo Naruto, quiero que me des una segunda oportunidad- dijo el oji ónix acariciando el rostro del rubio. Este levanto su rostro con una expresión triste y fuerte.

-Lo lamento Sasuke pero... PARA NOSOTROS NO HAY UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD.

Para nosotros no hay una segunda oportunidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora