Septiembre 2, 2015
A ti, cobarde y mentiroso:
Tres meses han pasado desde aquel último adiós, desde aquel "yo te alcanzo", me mentiste, no estás aquí. Con el corazón en la mano te lo repito, te extraño, no te necesito. Siempre ha sido así, siempre he estado sin ti, he aprendido a vivir sin ti, sin embargo me acostumbré a tu piel, a tu sabor.
Tras tres meses sin ti me estoy bebiendo tu recuerdo, salado que desliza por mi piel sin tu tacto, en mis mejillas que ya no tienen más tus besos. Me acostumbré tanto a tus labios, que hoy ningún beso me sabe igual. Prácticamente ninguno eres tú.
A diario te paseas por mi mente, al buscarte te he visto seguir con tu vida. Tú sí pudiste hacer una, a mi me dejaste con restos de la mía más una ajena, una con la que no me voy a equivocar. Hace poco te recordé otra vez, siempre tendré ganas de ti, hoy ya no es una canción extraña que se ajustaba a nuestras necesidades, hoy es un pretexto más para pensarte, cual si aquella melodía hubiera sido escrita para ti.
No puedo engañarte, eres lo mejor que me ha pasado, y sinceramente dudo que alguien me vuelva a tocar como tú lo hacías, que me vuelva a mirar con esa intensidad que quemaba mi piel, dudo que alguien me vuelva a besar así como tú, hasta hacerme tuya; eres lo peor que me ha pasado, me dejaste marcada de por vida, me dejaste sin tus labios, me llevaste al cielo en tu obscura habitación y sin importarte me dejaste tirada en aquel infierno de no poder odiarte, en el infierno de recordar y vaciar mi alma a través de lagrimas de ti.
Ojalá que en alguno de tus sueños yo aparezca, ojalá y me vuelvas a desear. Me encantaría ver tu cara cuando me piensas, ¿lo haces? No, ¿verdad? En realidad eso no importa, algún día la vida todo te lo cobrará y cuando estés en la soledad de tu habitación mi recuerdo en ti caerá de forma líquida y no me tendrás ahí, no sabrás nada de mi.
Otro día sin ti
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Aquello que nunca te dije...©
Não FicçãoMe partí el corazón yo sola, preferí hacerlo antes de que tú me quebraras. Te escribí noches enteras, te lloré las mismas o hasta más, me consolaba el humo del tabaco y el café frío con sabor amargo. Te odié, te maté. Hoy simplemente ya no estás. ...