Capítulo 1

945 55 10
                                    

Reesubiendo

Nervios. Es la palabra que describe exactamente como me encuentro en éste momento.

Estoy sentada en mi cómodo sofá, observando la televisión y pensando en otras cosas, como por ejemplo, lo que ocurrirá mañana.

Decidimos junto con mis padres, hacer el primer viaje juntos, colocando como destino, el pueblo Leblanc, en Francia.

Lo elegimos porque parece muy tranquilo y a la vez, tienes atractivos turísticos que me encantaría conocer. Como el castillo Naillac o navegar en barco.

Aunque deteste con todas mis fuerzas el agua en grandes y voluminosas cantidades.

Hoy, mientras estuve de compras con mamá, fue todo casi un caos.

Primero, ingresamos a una bonita tienda de ropa femenina muy colorida y de verdad, salí encantada con las tres prendas que compré.

Pero cuando ingresamos a otra, cuadras de distancia de por medio, tuvimos mucha mala suerte. Si se le podría llamar así.

Mientras estábamos siendo atendidas, entraron tres ladrones con armas grandes, solicitando de muy mala forma el dinero a las empleadas.

Joder, eso fue el infierno en persona.

Todas las personas que se encontraban allí comenzaron a gritar y correr, simultáneamente, los delincuentes comenzaron a disparar. Para todos lados.

Por suerte, mi madre y yo, pudimos tirarnos al suelo antes de que comience la verdadera balacera.

Ahora que lo pienso, los nervios y el dolor de cabeza son causa de aquello.

Hace menos de una hora volvimos de la comisaría luego de declarar.

No alcanzamos a aportar nada, ya que los mal vivientes llevaban mascaras de animales colocadas sobre sus rostros.

Todavía puedo oír los disparos.

— Celine —irrumpe mi padre en el living.

— Hola —sonrío. Lo noto cansado.

— Lamento mucho no haber podido estar aquí cuando las dos me necesitaban. De veras —sus ojos revelan culpabilidad.

— Tranquilo, estamos bien —le digo haciéndole una seña con mi mano para que se sentara conmigo en el sillón.

Se sienta despacio, y expulsa el aire que contenían sus pulmones segundos antes.

— Tenía una reunión importante a unos 50 kilómetros de distancia de aquí cielo, lo siento mucho. No pude estar allí para contenerlas y acompañarlas a declarar..

— Papá, está todo más que bien —lo interrumpí— Fue un susto demasiado grande pero no nos ha pasado nada

— Si les hubiera pasado, no me lo perdonaría —exclamo dolorido, tapando su rostro con ambas manos.

Lo abrazo tiernamente. Siempre anda preocupándose por nosotras. Es un amor de padre.

— Te quiero, pa —susurro pegada a él.

— Yo mucho más, cariño —afirma y me da un beso en la frente— Ya es tarde y mañana debemos salir temprano

— Tienes razón —le digo, volviendo a mi lugar— Buenas noches

— Buenas noches —susurra y se va hacia el dormitorio.

Cierro los ojos. Papá tiene mucho trabajo y poco tiempo, creo que eso la hace sentir más culpable de lo que debería. Yo ya estoy acostumbrada, desde muy pequeña, a sus largos viajes y días sin tener contacto con el.

Perpetua ObscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora