Capitulo 1

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 Sucrette se encontraba en el gimnasio, calentando para su práctica de basketball, aunque Dajan no estaba ella quería practicar su tiro libre. Cuando se dispuso a sacar las pelotas del cuarto de mantenimiento escuchó varias voces en el gimnasio, aún cuando creyó que ya no había nadie en el instituto. Por la rendija de la puerta vio a Andrew, Charlie y Lee a sentados en las banquetas conversando de quien sabe que cosa.

Se sentó en el piso y suspiró. Definitivamente no podía salir si ellos estaban ahí. No es que les tuviera miedo. Por supuesto que no, ella podría golpear a Lee si fuera necesario. No lo vería venir porque siempre andaba muy preocupado por su brillo labial (Él insistía en que era un HIDRATANTE labial. Era como papas y patatas).

A Charlie si le tenía un poco de respeto, era el menos problemático de los tres (Y el más alto también, no es que por eso le tuviera miedo. No). El problema era con Andrew. A él tampoco le tenía miedo. Lo que sentía por él era completamente distinto. ¡No la culpen! El muy desgraciado era guapo. Y tenía unos lindos ojos azules, aunque estos te miraran por encima del hombro la mayoría de las veces. Y su carácter... Bueno, tenía un carácter de los mil demonios.

Si se ponía a comparar Castiel tenía mejor carácter, hasta él tenía sus momentos humanitarios de vez en cuando. Pero Andrew no, él era un arrogante, petulante, orgulloso, engreído, mandón, mentiroso, manipulador, egocéntrico, niño de papi y mami que se creía lo mejor del mundo, que todos estaban a su disposición... Y así podía seguir todo el día.

Sí, el chico tenía mil y un defectos pero aún así le gustaba a Sucrette a pesar de que la trató mal desde que la conoció. (¿Masoquista? ¿Dónde?)

Mientras Su esperaba a que los señoritos se dignaran a salir escuchó mejor de lo que estaban hablando.

—No, la mejor parte fue cuando se le cayó el labial al agua... —reconoció esa voz como la de Charlie.

Escuchó unas risas.

—¡Ya dejen de molestarme! —Y esa era la voz de Lee. Sonaba bastante ofuscado.

—¡Pero si fue gracioso! Tuviste que lanzarte a la fuente para recoger tu labial. —Reconocería esa voz en donde fuera, aunque jamás la había escuchado así, tan suave, divertida, tan... normal. Siempre lo había escuchado insultarla o burlándose de ella.

—¡QUE ES UN HIDRATANTE! 

—Si, claro —bufó Charlie.

—Pff... ¿Hidratante? —Se burló Andrew.

—¡Al menos yo no estoy enamorado de...! 

¿Qué Andrew estaba... qué?

—¡Yo no estoy enamorado! —Gritó Andrew y Sucrette escuchó un golpe contra la madera.

—¡Ahhhh! ¡Charlie ayúdame! —Ese sonido le había parecido bastante agudo para el grito de un chico.

—Ya, ya. Cálmense los dos. —La voz autoritaria y calmada de Charlie detuvo los sonidos de alboroto.

—¡Él empezó! —Dijeron al unisono Andrew y Lee. La escena le parecía una pelea entre un par de niños de primaria.

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Andrew se encontraba sentado en las banquetas del gimnasio bastante molesto, el idiota de Lee le había insinuado que él estaba enamorado. ¡Enamorado! Menuda tontería. Y para colmo Charlie no le había dejado golpearlo. 

Miró a Lee molesto y él le jaló la lengua en son de burla. Ahora si que le rompía todo lo que se llamaba cara.

—Andrew... —Charlie interrumpió sus pensamientos asesinos hacia Lee—... ¿Cuando le vas a decir la verdad?

—¿Qué? ¿Qué verdad?

—Ya sabes, la "verdad". —Lee dijo la última palabra en un tono muy raro.

—¡Oh, vamos, Andrew! Somos tus amigos y te conocemos mejor que nadie. Sabemos que has estado diferente desde hace algún tiempo. —Alegó Charlie, mientras le miraba de forma cómplice.

—Y también sabemos porque es, o mejor dicho por quien es, pillín —dijo Lee en un tono pícaro

—Pfff... No sé de que rayos están hablando. —Andrew desvió su mirada de sus dos amigos. No quería que vieran el ligero sonrojo que se extendía por sus mejillas.

—Andrew... —Charlie dijo su nombre en forma de regaño.

—... —notó la mirada comprensiva de Charlie y la insistente y molesta mirada de Lee en él. No es que no confiara en ellos pero es que era tan vergonzoso—. Yo... no puedo hacerlo. No puedo decirle "eso" a Sucrette. —Un sonido raro provino del cuarto de mantenimiento. Inmediatamente dirigió su vista hacia la puerta—. Esperen, ¿escucharon eso?

—Ese truco es viejo, no cambies de tema Andrew y sigue con el chisme.

—No, yo también escuché algo —dijo Charlie mientras veían como Andrew se paraba e iba hacia el cuarto de mantenimiento. Ellos intentaron hacer lo mismo pero Andrew con una señal les dijo que se quedaran ahí y en silencio.

Pensó que seguramente sería Peggy intentando espiarlos de nuevo. Si era ella, esta vez no tendría compasión y la acusaría con la directora y con su hermano.

Abrió la puerta lentamente y solo se encontró con un cuarto oscuro, lleno de colchonetas, pelotas, varas y taburetes. Estaba apunto de irse cuando vio algo muy raro. Eso que estaba atrás del taburete ¿era cabello? Bueno, era eso o era algún animal peludo. Conforme se fue acercando se fue dando cuenta de que eso sí era cabello y que alguien estaba escondido ahí.

Con un poco de fuerza movió el taburete dejando a su vista a Sucrette. Esa odiosa niñita que desde que entró al instituto solo había sido un dolor de cabeza para él. Una molestia en el trasero, como decía Lee. Y una tentación también. No sabía como ni cuando había dejado de ver a esa niñita como un juguetito al cual molestar para empezar a verla como algo más.

Sucrette se veía algo asustada y sorprendida, estaba con ropa deportiva. Pero no estaba con el fofo y holgado chándal, sino con una pantaloneta gris que le marcaba la cintura y sus delgadas piernas. Además de una camisa blanca de cuello cerrado que le quedaba algo suelto, pero aún así se podía ver la silueta de sus...

"Deja de pensar en eso, Andrew", se reprendió mentalmente el rubio.

Le dio una mirada rápida a Sucrette de arriba a abajo mientras delineaba con su mirada su cuerpo.
Su no pudo evitar sonrojarse por inquisidora mirada de Andrew sobre su cuerpo. Después de un rato se dirigió hacia la puerta y asomó su cabeza.

—¡Charlie, Lee! ¿Por qué no se adelantan un poco? —gritó, no tan alto, pero si lo suficiente como para que ellos lo escucharan.  

AndrewxSucrette (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora