Capitulo 2

3.6K 186 48
                                    

 —¡Charlie, Lee! ¿Por qué no se adelantan un poco? —gritó, no tan alto, pero si lo suficiente como para que ellos lo escucharan.

—¿Adelantarnos? Pero, si se supone que íbamos a jugar Xbox, Andrew. —Lee le respondió el grito, Charlie también iba a preguntarle el porque de esa decisión pero al ver su rostro se dio cuenta de que era algo serio.

—Vayámonos, Lee. —Dijo serio.

—Pero, ¿y los videojuegos?

—Vamos, tú y yo jugaremos algo divertido. —Comentó con tono neutro pero con una imperceptible sonrisa de lado.

Charlie jaló del brazo a Lee, él gritaba algo como "¡No voy a jugar a nada contigo, pervertido!" mientras salían.

Andrew se volvió a meter al cuarto de mantenimiento y cerró la puerta con seguro.
Sucrette lo miraba asustada, ella no sabía porque le había dicho a sus amigos que se fueran. Normalmente cuando él la molestaba eran los tres contra ella (o a veces con Rosa, Alexy o Kim presentes).

Sólo una vez Andrew y ella habían "hablado", por así decirlo, a solas. Y había sido fatal...

Sucrette ingresó al baño, se sentía cansada de Melody. Bueno, no de Melody en sí sino de sus preguntas, desde que se corrió el rumor de que Nathaniel sentía algo por ella Melody la estuvo acosando con muchas preguntas.

Ni siquiera supo cómo había empezado todo ese malentendido pero Nathaniel ya se lo había aclarado, él la quería como amiga, nada más. Y estaba buscando al culpable de tal rumor.
La puerta del baño se abrió estrepitosamente dando paso a un rubio de ojos celestes. Se le veía bastante molesto y miraba a Su con cierto odio.


Ella no supo cómo reaccionar ni que decir. Andrew se acercó hasta ella, golpeó la pared con sus manos acorralándola contra esta mientras acercó su rostro a pocos centímetro del de ella.


—No te vuelvas a acercar a mi hermano —farfullo, con rabia contenida. 

Normalmente a Su no le importaba mucho sus advertencias, después de todo no era la primera vez que le decía eso. Pero si era la primera vez que se lo decía con ese tono.

—¿Q-qué? —fue lo único que pudo decir Sucrette.

—No te acerques a Nathaniel —repitió con los ojos llenos de furia—. Si lo haces te juro que voy a hacer tu vida imposible —amenazó, con ese mismo tono y la misma mirada enojada.

Y sin decir más que eso, se apartó de Sucrette y salió del baño, dejándola muy confundida. Confundida y asustada. Andrew, esta vez, iba en serio.

Felizmente ese problema se había solucionado y podía acercarse a Nathaniel como normalmente lo hacía. Pero el punto era que Andrew solo hablaba con ella a solas si era algo serio.

Tenía miedo, tanto que cuando notó que Andrew se acercaba a ella cogió lo primero que vio.
Una varilla de plástico, no era muy grande ni muy gruesa pero al menos serviría para mantenerlo alejado ¿no?

Sostuvo la varilla como si fuera una espada (o un sable de luz) y como si su vida dependiera de ello.

Andrew se sorprendió un poco pero al notar que sólo era una varilla de plástico y los ligeros temblores de Su le dio gracia.

—Baja eso —Ordenó el rubio para después soltar una risita.

—S-si quieres p-pelear, aquí estoy —tartamudeó, aunque definitivamente ella no quería sonar tan débil.

—¿Pelear? ¿Contigo? —rió levemente de nuevo—. Por última vez, Sucrette; baja eso —se iba acercando poco a poco a ella. 

—N-no. —Sucrette levantó más la varilla hasta el cuello de Andrew.

—Bien, si así lo quieres. —En un movimiento rápido le quitó la varilla, no supuso mucho esfuerzo. Al parecer Su ni siquiera lo estaba sujetando bien—. ¿Y ahora, qué haré con esto? ¿Debería azotarte? —bromeó con doble intención mientras agitaba en el aire la varilla.

Sucrette se asustó, pensando que Andrew de verdad quería golpearla con eso y retrocedió unos cuantos pasos cayendo sentada sobre una pila de colchonetas. Soltó un quejido de dolor. Las colchonetas no eran para nada suaves.

Andrew contuvo la risa. Sucrette realmente era torpe. Torpe e ingenua.

—Recuéstate. —Susurró con una voz más grave de lo normal. Recorrió parte del brazo de Sucrette con la varilla, como si la estuviera acariciando con ella. Ella estaba sorprendida. ¿Estaba hablando en serio? ¿O solo era una de sus tantas bromas? 

—N-no lo haré... —replicó Su en voz muy baja, Andrew casi no la escuchó. Casi.

—Recuéstate. —Volvió a decir pero esta vez con voz más demandante, esto hizo que Sucrette se estremeciera. Ella se recostó en la colchoneta, lentamente. Dudaba de lo que iba a pasar de Andrew, de todo. 

El corazón de Andrew dio un vuelco, al verla tendida sobre esa colchoneta con una mirada tan sumisa y ese ligero sonrojo en sus mejillas. Diablos, definitivamente él no tenía tanto auto-control. Una sonrisa de lado se asomó en sus labios y sus ojos recorrieron el cuerpo de Sucrette deteniéndose en su boca entre abierta. Esa boca que lo volvía loco, esa boca que había soñado con besar desde hace mucho tiempo ya. El rubio soltó la varilla y se colocó encima de Sucrette, la había tomado de sorpresa y para cuando cayó en cuenta de lo que Andrew hacía este ya se encontraba a unos centímetros de su rostro.

—¿Qué hac...? —sus labios fueron interrumpidos por los de Andrew. Su abrió los ojos por la sorpresa y se quedó en shock. El beso no fue muy largo, casi un roce de labios, Andrew todavía no se creía que ella no se haya resistido y estaba tanteando terreno, si se sobrepasaba seguro y lo acusaría de violación premeditada.

Cuando se separó de Su, ella seguía en shock, sin hacer o decir nada, solo mirando algún punto del techo. Andrew se ofendió un poco por eso. O sea, ¿la había besado el chico más guapo de la escuela y ella solo ponía esa cara? Realmente tenía que ser tonta para no aprovechar semejante oportunidad.

—Oye... —murmuro, Andrew para llamar la atención de Sucrette. Le molestaba que actuara como si no estuviera ahí. Su lo miró fijamente y luego de unos segundos reaccionó.

—¿Qué diablos te pasa? ¡Quítate! —gritó mientras intentaba quitarse a Andrew de encima, lo cual no pudo hacer. El muy odioso había puesto todo su peso en ella—. ¡Pesas mucho! ¡Ya quítate! —Sucrette había empezado a golpear ligeramente con sus brazos el pecho del rubio, a ver si así se quitaba. Pero no, él sólo se defendía con sus brazos y se reía como si todo fuera un juego para él.

—Ya basta, Su... —Sucrette se detuvo, pero no porque se lo ordenara sino porque...

—¿Me dijiste Su? —preguntó todavía sin creérselo. Nunca había escuchado ese apelativo cariñoso por parte de Andrew y ahora que lo hacía... Se oía lindo salir de sus labios.

—N-no, y-yo no... —ahora el que tartamudeaba era él. Se rascó la nuca en un claro signo se nerviosismo mientras Sucrette veía como intentaba explicarse.

—Me dijiste Su... —esta vez no fue una pregunta. 

—S-sí. —Él carraspea, volviéndose serio y quitando su mirada de la de ella—. ¿Es que acaso no puedo hacerlo? Todo el mundo lo hace, ¿Por qué yo no?   

AndrewxSucrette (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora