I. El Comienzo.

349 11 10
                                    

Todo comenzó cuando yo tenía la edad de 17 años, la mayoría de mis amigas y conocidas a esa edad se preocupaba por su apariencia o por el dinero, la verdad yo no tomaba en cuenta esos detalles, mi propósito era ser feliz en este mundo, descubrir cuál era mi propósito en la vida; es decir cuál era mi misión.
A esa edad mi vida era normal como la de toda adolescente, vivía con mis padres y quizá no tenía una casa hermosa como las de mis amigas pero eso no importaba, lo que yo quería era siempre estar acompañada de mis padres y de las personas que más quiero.

L.A California. 01/Sep/2007

5:07am.

¿Saben cómo se siente que te miran cuando estas dormida?
Esa sensación que hace que te despiertes por miedo, pues eso siento ahora mismo, giro mi cabeza y logro distinguir una silueta entre la oscuridad, la reconozco inmediatamente... es mi madre.

Ella estaba llorando yo no sabía el porqué, quizá porque yo estaba creciendo rápido, o quizá algo paso, yo quería saber porque ella sufría, así que decidí sentarme en mi cama para hablar con mi madre y saber que estaba pasando aquí, le hice una señal para que se sentara conmigo ella observo y se sentó a un lado de mí, me abrazo con mucha fuerza sentía su calor, se sentía tan bien que quería estar así con ella todo el día, pero finalmente tome un respiro y dije.

—¿Qué pasa mamá? —Le dije esperando saber cuál era la razón por la cual ella estaba llorando.

—Hija, es muy duro para mi decirte esto, pero tu padre fue llamado para ir a la guerra, el no quiso despedirse de ti puesto que hoy es tu cumpleaños y quizá deseabas que este día lo pasáramos juntos como la gran familia que somos... pero él sabe que no te pondrás triste porque eres una chica demasiado fuerte —Dijo mi mamá entre llantos.

—¡Basta!... —En ese momento grite tanto que posiblemente los vecinos se despertaron— No mamá eso no es verdad porque mi padre nos haría esto.

No tenía las palabras correctas para hablar sobre el tema, así que entre al baño que estaba en mi recamara y cerré dejando a mi madre llorar sola, jamás pensaría hacerle esto a ella pero en ese momento de verdad necesitaba estar sola, desde adentro escuchaba a mi madre tocando la puerta con el fin de que la escuchara, pero yo no tenía deseos de verla a ella ni a nadie.

—Amy por favor abre la puerta necesito que hablemos sobre esto, ahora es el momento en el que las dos debemos estar más unidas que nunca —Con esas palabras mi madre termino conmigo y rompí en llanto como una niña de 4 años, no sabía qué hacer, soló sentía como mi corazón se rompía y caía a pedazos con cada segundo que pasaba.

Decidí salir de ese ambiente, así que me arregle para salir y pensar en que sería de mi vida si mi padre no volviera con vida, tome mucha fuerza y salí del baño, no lograba encontraba a mi madre ni siquiera me enteré de cuando ella salió de mi habitación hasta que por fin la encontré en la recamara de mis padres, ella estaba dormida se veía hermosa pero se podía percibir el llanto y la tristeza en su rostro, decidí irme sin despertarla pues sé que ella está muy cansada.

No sabía a dónde ir hasta que recordé la cafetería a la que iba con mis padres casi todos los fines de semana, me quede ahí casi todo el día hasta que observe que la luz del sol dejo de iluminar las calles de L.A decidí irme a casa para ver cómo estaba mi madre, pero al salir de la cafetería tropecé con alguien para ser más específica un chico lo único que pude decir fue...

—Lo siento —Dije alcanzando a ver sus ojos; eran tan hermosos, grandes y de color café claro con un toque de color miel. ¡Basta Amy no estás aquí para ver los ojos del chico que se te cruce por el frente! me gritaba la conciencia.

¿Nos Volveremos A Encontrar? ~Nat WolffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora