Déjate llevar Kibum, déjate llevar.

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Jonghyun le separó las piernas con delicadeza e introdujo un dedo en el cálido y húmedo orificio de Kibum. Le dedicó toda la atención posible para proporcionarle el máximo placer. Tanto que el peli-verde pensaba que ta sólo con eso iba a desmayarse en cualquier momento.

—Jonghyun para. No puedo... No puedo...

—No quiero que te contengas—le dijo en un susurro y continuó acariciándolo—Así estás precioso. Déjate llevar Kibum, déjate llevar.

Kibum apoyo la cabeza hacía atrás, se mordió el labio inferior en un acto sensual y dejó que lo acariciara hasta no poder más. Cubrió la mano de Jonghyun con la suya y la presionó más contra su intimidad, soltando suspiros entrecortados por su agitada respiración.

—Jong...—suplicó entre jadeos—Por favor.

—Shh... Disfruta el momento.

Para asegurarse de que lo hiciera aumentó sus caricias metiendo y sacando los dedos de su cuerpo y masajeando su miembro, hasta que Kibum obedeció. Con el corazón acelerado, empezó a mover las caderas al ritmo de las caricias. Cada vez más rápido. Y justo cuando pensaba que ya no podía más, alcanzó el orgasmo, uno de los más impredecibles y placentero que había tenido jamás.

El castaño le dio un beso en la sien y lo abrazó en silencio, permitiendo que se recuperara y se le estabilizara la respiración.

Kibum nunca se había sentido tan bien. Jonghyun podía hacerle cualquier cosa, y él le pediría a gritos que no parara. De pronto se sintió tímido. Estaba con un hombre que había conseguido que se derritiera con un solo beso, pero después de que lo había acariciado de aquella manera tan sublime y lo había hecho sentir el mejor de los placeres, también había lograrlo desestabilizarlo por completo, haciéndolo dudar de su autocontrol. Consciente de que no era suficiente.

Cerró los ojos y le rodeó el cuello, entrelazando los dedos en su nuca. Ya no se detendría, iba a concederle a Jonghyun lo que tanto quería, y que él también deseaba. No importaba si el castaño después se iba de su lado, eso era exactamente lo que esperaba, que después de entregarse a él lo dejara continuar con su vida, en paz. Lo único que quería en ese momento era pertenecerle y que le perteneciera, sin importar nada más que la satisfacción del momento. Así como todo había comenzado con una atracción sexual, él se encargaría de que terminara como tal.

—Jonghyun—dijo en un susurro que el castaño alcanzo a escuchar perfectamente por su cercanía.

—¿Si?—pregunto sacando la cabeza de entre su cuello para mirarlo.

Cuando sus ojos gatunos se cruzaron con los marrones, su valentía de confesarle lo que había decidido se esfumó.

 Desvió la mirada y contestó: —No es nada, solo... quería decir tu nombre.

Su corazón había cambiado de parecer.

Jonghyun lo miró inquisitivo para seguido de eso sonreír con ternura. Volvió a bajar el rostro, pero esta vez lo apoyó contra su pecho, aspirando su aroma, ese que de alguna forma lo empalagaba pero que aun así adoraba.

—Me encanta tu aroma—le hizo saber al peli-verde—y me encanta acariciarte—susurró, frotando con demencia una de las tersas piernas de Kibum. Después ya no solo eran las piernas, si no todo el cuerpo. El peli-verde contuvo la respiración al sentir de nuevo el tacto de su mano sobre su miembro. Jonghyun quería seguir con aquello hasta el final y él se lo iba a permitir.

Fin.

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⏰ Última actualización: Sep 04, 2015 ⏰

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Déjate llevar [JongKey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora