Capítulo 4

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-¿Nat?- me gire a mirar a Astra, que me observaba desde el sofá - Si Astra estoy bien, ya déjame en paz - volví mi mirada al fregadero para seguir con mi tarea de fregar los platos. Ya hacía dos días desde el incidenten en el museo, y hacia también dos días que no hubiera, minuto donde el pesado incorporio ese me preguntará si estaba bien, como si no hubiera tenido bastante con la que armó en el museo y tengo que añadir que desde ese día no dejaba de tener sueños raros, o me venían alguna escena que no había vivido antes.

Pero la que más se repetía era la que tuve en el museo, al observar aquel cuadro. Cuando me fijé en la cara del caballero un fuerte dolor de cabeza vino a mi, acompañado de imágenes.

Puede oír con claridad el ruido que hacían los cascos del caballo al andar sobre las baldosas, veía con claridad las caras de los invitados como si yo misma lo hubiese vivido, en serio era raro -¿Nat?- Al oír otra vez esa pregunta apreté la esponja, girandome para volver a posar mi mirada sobre él, que al notar que trataba de matarlo con la mirada trago grueso "esto es el colmo ya tengo bastante con el cine que sea montado mi celebro con esos sueños para que este dando la lata ", pensé tratando de calmarme, - Mira Astra, me vuelve a llamar para hacerme esa pregunta y intento hacer lo que hacían en esa serie de dibujos tan famosa - amenaze, volviendo a mi trabajo - ¿que aras Nat ?- Le mire por encima del hombro, sin dejar de fregar - te pienso absorber con la aspiradora - sentencie mirando como trataba de decirme algo. Pero pareció pensarlo mejor y terminó por salir corriendo atravesando la pared " chi, eso huye, a hora ya no puedo probarlo al menos me dejará tranquila " pensé.

(A partir de aquí narra Astra.)

Salí huyendo atravesando la pared, Nat era capaz de cumplir su amenaza.

No se porque se ponía así pero era algo lógico que me preocupara, después de lo del museo pero debía entenderla, aparezco de repente y le pongo la vida patas arriba normal que tenga los nervios a flor de piel. Suspiro mirando a mi alrededor, como las personas hacían su vida diaria yendo de un lado para otro, ya fuera andando o en coche " si que a cambiado mi época ", pensé mirando los edificios, casas, carreteras, señales, bancos, coches y las tiendas.
Mire al piso de Natalia y volví a suspirar, rascando mi nuca estaba claro que como volviese terminaría con una Nat tratando de aspirarme, así que eche andar cruzando la carretera sin fijarme si estaba en verde o rojo "total no me pueden atropellar ", pensé mientras miraba a mi alrededor para ver a donde ir, para dejar a Natalia un rato tranquila, aunque no tuviera ningunas ganas de hacerlo al contrario quería estar con ella y que me recordara, pero con lo tozuda que era, no sería tarea fácil pero no pensaba rendirme. Ya conseguí su afecto, puedo hacerlo otra vez, no pude evitar sonreír al recordar como fue.

Flaskback (son narrados en tercera persona )

Astra vendaba el brazo de un soldado, que había perdido la mano en combate, tras terminar se levantó pudiendo ver un montón de camillas, que eran ocupadas por todas las personas que habían sido heridos en la batalla, suspiro con cansancio mirando sus manos que también tenían algunos cortes y estaban manchadas de sangre. Ya seca, puesto que tras su victoria junto con otros hombres se le fue ordenado buscar y traer a los heridos, que estuvieran vivos del campo de batalla, para ser atendidos.

Notaba sus ojos cansados y pesados, lleva su mano a estos para frotarlos pasandola después por el pelo, deteniendola en la nuca empezando un masaje, ya que sentía el cuello agarrotado y dolorido. Dejando volar sus pensamientos cuando unos gritos, lo sacaron de estos, curioso miro por encima del hombro como unos hombres pedían paso, avanzando a toda prisa cargando a un herido, que al ver quien era, Astra sintió que el alma se le escapaba del cuerpo y sin pensarlo mucho, salió corriendo tras el grupo, los alcanzó cuando estos depositaban a Natalia, en una camilla que se encontraba dentro de una tienda, Astra se arrodilló al lado de la cabeza, de Natalia quien soltaba quejidos de dolor -Joder Natalia - ,soltó preocupado al ver, a su capitana herida - hey chaval largate, de la tienda Natalia esta herida - dijo, uno de los soldados que la trajeron, dispuesto a echar al chico - largaos vosotros, Astra puede encargarse de mi, ir a ver si necesitan más ayuda. - Al oír la orden, dicha por la capitana salieron dejandolos solos - escucha Astra, esto no es nada - trató de decir, cuando el chico cabreado la corto diciendo - no es nada, tienes clavadas tres putas flechas, una en el hombro otra en el costado y una en la pierna y dices que no es nada - Natalia dejó que se desahogara, cuando este término dijo - es normal, estamos en guerra esto no es nada. - Ante los dicho, Astra se levantó más cabreado - podrías estar muerta - gritó, apretando los puños - eso es otro, gaje del oficio, de servir al rey - le respondió la chica, que soltó otro quejido de dolor, al moverse para esquivar el puñetazo, que dio Astra contra la camilla. - No telo puedes tomar así, no ves que hay gente que se preocupa, por ti - dijo, mirando a su capitana a los ojos - no, Astra no hay nadie, que quiera llorarme en caso de que muera, - le respondió tranquilamente, sin apartar la mirada de él, que ante lo dicho por esta la abofeteo sin miramientos - ¿ y todos los hombres a tu cargo ? ¿ Todos los que entrenas ? ¿ Los que llevamos el estandarte del Winged Wolf ? ¿No somos nadie ? - Pregunto, apuntó de llorar mientras miraba como Natalia, se frotaba la mejilla golpeada. - Les diste oportunidades, tú creiste en ellos, los convertirtes en lobos, cuando los demás creían que no eran nada, tú les diste alas al hacerles ver que podían ser útiles y que todos son importante y nadie es superior a nadie - dijo, Astra con la mano en el estandarte, pintado en su peto - si lo pillo, lo pillo - dijo, Natalia con una sonrisa mirándole - no, estoy sola - con la mano aún en su mejilla, que seguía roja - pero, a diferencia de vosotros yo no tengo alas. - Soltó un quejido de dolor y vio como Astra se arrodillaba, al lado de la pierna herida.
Agarró la flecha y la hundió, más en la carne, hasta que la punta salió por el otro lado - es verdad, tú no tienes alas, sólo eres un lobo al que se las arrancaron, - el chico partió la flecha, en dos sacándola - sí, me las arrancalon - afirmó Natalia - al igual, que yo no puedo volverme lobo - le respondió Astra preparando la aguja - ¿por que, no puedes serlo ? - Pregunto la chica, haciendo muecas de dolor. Astra paro de coser, la herida de la pierna encarnado, a su capitana - por que si no puedo ser lobo, seré las alas que te faltan, Natalia y si tu no puedes volar, serás el lobo que, yo no puedo ¿lo entiendes? Por eso, no puedes morir. - Natalia, a pesar del dolor se incorporó, quedando sentada en el camilla y acaricio la mejilla de Astra, que al sentir su mano, la tomo con la suya -Astra, - le llamo mirando, los ojos grises del chico - si, por nosotros mismos no podemos estar completos, junto lo aremos - Natalia sonrió, ante los dicho por su subordinado, llevando la manos que Astra tenía agarrada, a hora a su nuca, atrallendole más a ella - desde el momento en el que te vi, supe que te necesitaría - el chico, sonrió, dejándose acercar más - Natalia tú .....-.

No terminó, ya que unió sus labios con de ella, en un beso tímido, pero que mostraba el amor que surgía entre ellos, que a medida, que movían los labios, el beso cogía confianza he, intensidad demostrando el amor, que se procesaban, pero fue interrumpido debido al quejido, de dolor que soltó Natalia, al tratar de rodear el cuello de Astra, con sus brazos y cuando este rodeo, su cintura con los suyos, haciendoles recordar que aún quedaban dos flechas por sacar y curar.

- Termina de curarme, Astro - la chica, se volvió a tumbar, pero esta vez de lado, para que le sacarán la flecha del costado - si Nat - respondió Astra, volviendo al trabajo con una sonrisa.

Fin del flaskback (narra Astra )

Si, conseguí su amor, asi que podía volver hacerlo, sonreí más, mucho más animado, dándome cuanta que mis pasos me llevaron al museo. Encogiendome de hombros entre, atraves de la pared para irme, a la exposición de Arturo ya que esa sala estaba llena de recuerdos.

En Otra Vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora