La expulsión.

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Cristiano Ronaldo & James Rodríguez.

James Rodríguez había cumplido su sueño de ser fichado por el Real Madrid y más aún, estar al lado de su jugador favorito: Cristiano Ronaldo.

Durante los entrenamientos, Cristiano y James compartieron mucho, tanto así que el portugués hizo que el colombiano se sintiera como en casa.

Ya ellos se conocían desde antes, pero ahora se veían todos los en la rutina diaria.

Tales fueron las atenciones de Cristiano para con su nuevo compañero de equipo que James estaba comenzando a sentir algo más que admiración por su ídolo, se estaba enamorando de él día tras día.

Al Real Madrid le correspondía la jornada del fin de semana de local en el Santiago Bernabéu.

Cristiano sería titular, mientras James comenzaba en el banquillo de suplentes, los equipos se lanzaron a la cancha y un grito multitudinario irrumpió el lugar, era él, Cristiano salió como un toro, el árbitro dio comienzo el partido.

James podía ver a su ídolo en correr, el movimiento de sus nalgas rebotando como gotas en un mar y el movimiento de su pene como un columpio mecido por el aire.
Su bulto se marcaba cada vez más y más. Al igual que se le marcaban mejor sus duras y redondas nalgas al patear el balón.

Cristiano marcó un gol y festejó quitándose la camiseta, sus pectorales y cuerpo esculpido por los Dioses estaban ante James, su gesto parecía el de un animal salvaje, pero sus ojos provocaban dulzura.

James se distrajo viendo a la afición porque solo oía ovaciones, hasta que cambiaron por silbidos y abucheos, James voltea confundido y se percata de que Cristiano cometió una falta contra un adversario y lo habían expulsado.

Qué dolor, ya no seguiría jugando el encuentro, una mala noticia para el equipo, pero no había pasado ni un minuto, cuando Cristiano estaba entrando al túnel de vestuarios, acompañado por un asistente del cuerpo técnico, al que le ordenó que volviera con el entrenador ya que él no necesitaba nada, Cristiano siguió caminando y se le quedó viendo a James a quien le guiñó un ojo y le sonrió.

James entendió el gesto del portugués y aprovechando el alboroto en el estadio siguió a Cristiano.

Al llegar a las duchas, James le preguntó a Cristiano si estaba bien:

- Sí, fue un partido duro. Le respondió.

En ese momento Cristiano se quitó la camiseta y se la lanzó al colombiano que la tomó feliz y no pudo evitar llevársela a la nariz para sentir ese viril olor a macho sudoroso.

Cristiano le dio la espalda a James y conforme caminaba se iba quitando los zapatos, después las medias y así siguió hasta que se bajó los shorts, quedándose en unos bóxers ajustados.

James levantaba cada prenda que caía como un niño siguiendo un rastro de dulces.

Él se llevó la mano a la goma de su ropa interior, se lo bajó enrollándosele por sus caderas, hasta caer hasta sus tobillos, al agacharse para sacárselos, dejó su trasero expuesto al colombiano.
Era tan grande, tan hermoso como una joya enorme, brillosa por las gotas del sudor que aun caían de su cabello deslizándose por la línea de su espalda.

James levantó sus calzones, los sintió húmedos, Cristiano volteó y James no pudo ver su miembro porque solo giró la cabeza:

- ¿Puedes traerme unas toallas? le preguntó.

Él solo afirmó con la cabeza, no tenía voz para decir nada, fue donde estaban las toallas, se acercó despacio a la regadera, lo vio, era un ángel rodeado de nubes blancas, no podía ver su pene por el vapor, pero sí su pecho y sus pezones cafés, erectos.

Cristiano frotaba su cabello y con el jabón se marcaban sus bíceps, sus axilas eran suaves, con vellos finos, oscuros, cerró los ojos pues el jabón caía por su cara, se giró y con el jabón en la mano comenzó a frotarse el trasero, lo rodeaba marcando su forma.
El portugués giró la cabeza para decirle al colombiano:

- ¿Y tú qué haces allí parado? Ven aquí.

James no aguantó más y de inmediato se metió a la regadera con todo y ropa la cual Cristiano comenzó a quitarle con sus propias manos.

Ya sin ropa y solo en bóxers, James le dio la espalda ofreciéndole la humilde ofrenda a su rey. Cristiano sonrió y sin decir palabras le rozó todo su paquete entre sus nalgas, James sentía las venas de la polla del portugués recorrer su ano, la sacó y dijo:

- ¿Te gusta esto? Pues vas a tener más, pero te lo tienes que ganar.

Cristiano lo veía con una mirada que derretía a James. Lo agarró por el hombro, lo agachó y restregó su trozo de unos 24 centímetros de un grosor muy considerable, sus pelotas eran perfectas, estaba completamente rasurado.

James se lo quedó mirando, embobado y Cristiano le agarró de la cabeza dirigiéndole a su joya diciendo: Chupa, cómetela toda, la quiero ver toda en tu garganta.

James empezó a comérsela, recorriendo su tronco, lamiéndolo y metiéndoselo entero, Cristiano estaba en el cielo.

James le chupó los huevos y volvió a su polla. Le estaba babeando toda esa polla tan deseada, no pensaba en nada más, solo en comerse esa gran polla. Cristiano le acariciaba su pelo, y le marcaba el ritmo.

Cuando se cansó, el colombiano le reprochó:

- Prometiste que si me lo ganaba tú me compensarías.

Cristiano cada vez estaba más caliente, así que giró el cuerpo del colombiano y comenzó a meterle su colosal polla en el culo de James.
No le costó nada metérsela y empezó una gran follada.

Cristiano se lo follaba rápidamente, pero con cuidado, mientras besaba y mordía el cuello de James, luego lo puso en cuatro patas y ya se lo folló más bruscamente.

James sentía el placer que solo pueden dar los Dioses y era su Dios quien se lo estaba dando.

Entonces Cristiano le sacó su polla y se la metió en la boca hasta que no le salió ninguna gota más de semen y se fundieron en un gran beso.

La expulsión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora