-Te lo prometo, esta es la última vez que lloro por ti
Todo el mundo cree que la perfección existe, pero, en realidad no existe, pero que irónico, ¿no? La palabra existe pero, la persona u objeto no. Todas las personas creen en la perfección tal vez para ti o para tus ojos, hay una persona perfecta de la cual estás enamorado, pero eso es sólo una ilusión. Eso pensaba Harry, cuando sé enamoro de Ángela, el creía que era el ser más perfecto de todo el mundo.
NARRA HARRY
Londres 7:00 a.m.
Me desperté, ya que hoy tenía que ir al colegio, apenas es lunes y ya quiero que sea viernes, me levante y mire la hora en mí reloj, que estaba sobre la mesa de noche. 7:02 a.m. tenía tiempo suficiente para bañarme, camine al cuarto de baño y despoje todas las prendas de mí cuerpo, gire la llave del agua caliente y espere unos segundos antes de entrar, tome un poco de shampoo y lo aplique en mí cabello, mientras frotaba mis dedos sobre mí cuero cabelludo me puse a pensar, ¿cómo sería mí vida sí fuera como mí hermana Gemma? Estudioso con buenas calificaciones, el hijo ejemplar, el que nunca se mete en problemas, pero yo era todo lo contrario, siempre en problemas, todos los viernes en la noche ir a una fiesta, los sábados en la mañana mí madre tenía que prepararme sopa caliente para el dolor de cabeza, siempre estoy en problemas, casi nunca entro a las clases. Nunca sería el hijo que mi madre espera, no quiero cambiar sólo por darle gusto a mí madre, pero sí me gustaría que mis padres estuvieran orgullosos de mí. Termine de enjuagar y lave todo mí cuerpo, al salir enrolle una toalla alrededor de mí cintura. Entre a mí habitación y camine directo a mi closet, me puse unos jeans ajustados color negro, una camisa con los tres primeros botones abiertos y unas botas, camine al tocador y peine un poco mí cabello y baje para encontrarme con una madre feliz cocinando el desayuno, a mí hermana leyendo en la mesa, como siempre y a mí padre leyendo el periódico mientras le da unos cuantos sorbos a su café
-Buenos días, familia- salude sonriente
-Harry, cariño, me asustaste, un día de estos harás que me de un infarto- reí ante las locuras de mí madre y la salude de un beso en la mejilla
-Buenos días muchacho – saludo mí padre, yo sólo sonreí, pero alguien faltaba
-Buenos días, Gemma- le dije en un tono no tan feliz
-¡Buenos días Harry!- siempre me pregunto, ¿cómo puede estar tan feliz todos los días? Dios, ni yo podría estarlo todos los días, y más sí tengo colegio. Su alegría me da alergia, Tome asiento alado de Gemma, siempre leyendo
-Aquí tienes cariño- la voz de mi madre me hizo salir de mis pensamientos, mientras colocaba un plato con cereal enfrente de mí
-Gracias, mamá- ella sólo sonrió
Mire el reloj en mí muñeca, 7:40 a.m. ya casi era hora de entrar al colegio, comí un poco más rápido de lo normal, subí a mí habitación a cepillarme los dientes para irme. Tome mi mochila que estaba en la sala y la puse sobre mi hombro
