Narrador Universal.
Sally se encontraba jugando tranquilamente en su habitación con su tierno osito de peluche, el cuál lo había bautizado cómo “Señor Oso”, aunque la mayoría de el tiempo le decía “Teddy” cómo apodo.
Tomaba su tasa de té junto con él, imaginando que “Señor Oso” le respondía amigablemente al igual que con cortesía.
—¿cuántos cubos de azúcar quiere, Teddy?—cogió tres cubos hechos de puro azúcar antes de vertirlos en el té— ¿tres? De acuerdo—sonrió virtiéndolos.
Tomó la tasita y la puso en la boca cosida de el peluche, simulando que éste lo tomaba.
Pero de pronto, la puerta se abre con algo de brutalidad. Sally mira algo sorprendida y curiosa al que había entrado a su cuarto y no era ni nada más ni nada menos que su acompañante.
Lazari.
—¿qué haces, niña tonta?—ella cerró la puerta con algo de fuerza, haciendo que Sally de un pequeño brinco sobre su silla.
—¡Ya basta Lazari! No soy tonta.—ella se cruzó de brazos y miró el suelo inflando los cachetes tiernamente.
—cómo digas...—la de ojos rojos se tumbó a su cama ,quedando mirando el techo—¿sabes? Yo y Laughing Jack vamos más tarde a su parque de diversiones..—dijo con un aura de arrogáncia en sus palabras.
—¿en serio?—preguntó algo emocionada la pequeña de ojos de un hermoso verde.
—Sip, y tú no vas a ir—rió algo malvada , mientras que la niña de tan sólo ocho años le miró con algo de tristeza.
—ah, bueno.. a modo que ni quería...—ella, sin darle mucha importancia, siguió jugando al té con su osito— oh, y Lazari, se dice “Laughing Jack y yo” no “yo y Laughing Jack”.
—¡no me importa!
—pero.. Es por la educació..
—¡me vale qué es la educación, Sally!
—Lazari.. Sólo e decía..
—¡que no me corrijas ni contradigas!
—pero..—Lazari se paró furiosa de su cama y se dirigió a la mesita dónde se encontraban todas las tasas, la agarró y tiró la mesa con todo y tasas rompiéndolas en miles de pedazos—... m-mis... tasas...
Ella rió mientras veía a Sally como se cristalizaban los ojos.
—eso, es lo que es educación para mí.—volvió a su cama sonriendo victoriosamente con una mirada algo malvada y arrogante.
Sally miraba sin creer lo que había hecho.
Ésta vez se había pasado, ya que ese juego de tasas fue lo único que le quedó de recuerdo de su familia.
Recordaba muy bien cuando su madre le había regalado eso con algo de esfuerzo en su última navidad con ellos.
—¡c-cómo pudiste! ¡¿qué clase de fenómeno eres?! ¡maldita seas Lazari!—gritó en un acto de desesperación, recogiendo los escombros de las tasitas y cortando parte de su piel, pero de ésta ya no salía sangre.
—¿qué dijiste? No te escuché..
—¡maldita seas! ¿quieres que te lo vuelva a repetir?—respondió viéndole con odio.
—reflexiona lo que dices Sally, no sabes lo que pueda tener en mis manos..—Sally le miró pelando los ojos.
—¿r-reflexionar..? ¡¿reflexionar?!—gritó caminando por todos lados— ¡e estado toda mi vida soportándote! , ¡haz roto desde mis muñecas, hasta mis regalos en mi cumpleaños! ¡¿y pides que reflexione?! , ¡¿hablas en serio?!—Sally agarraba de su propio cabello frustrada, recordando por todo lo que tuvo que pasar— ¡e sido amable contigo a pesar de todo lo que me haz hecho! Y en vez de vengarme.. ¡nunca te hice nada!, no eres más que una hipócrita, mentirosa buena para nada, ¡sucia, maldita estúpida y sucia pe...—un sonido peculiar sonó por todo el cuarto .
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Quisiera Algo Más Que Sólo Tu Amistad | Yaoi y Yuri Creepypasta|
LosoweAlgo raro pasa... los creepypastas se sienten raros con otros ciertos creepypastas, ¿qué les estará ocurriendo? A algunos su corazón se les acelera cuando se acercan a cierta persona... otros, simplemente se sonrojan y tartamudean. ¿acaso estarán...