Aomine caminaba tranquilamente por la calle con las manos en los bolsillos y con la expresión relajada, aunque claro, sin perder su característico ceño fruncido.
Se detuvo en la cancha de basquet a la que siempre va a jugar con su declarado eterno rival, éste ya se encontraba ahí como siempre puntual. Pero la gran diferencia era que no estaba solo.
Y no estaba con cualquiera, claro que no, estaba con una preciosa y despampanante muchacha de cabello azabache, que le sonreía y se reía de todo lo que él hacía, mientras esté sonreía avergonzado.
¿Quién será? Era lo único que podía pensar, mientras se quedaba estático viendo la escena. Estaba bastante enojado y hasta cierto punto sentía celos. Pero por supuesto que no de la chica, si no de Kagami. ¿Como era posible que alguien tan idiota como él, estuviera con alguien como ella?
Aunque también admitía que no le agradaba para nada que estuviera con ella. ¡Le estaba robando su preciado tiempo de básquetbol! (Aunque él acabara de llegar).
Estaba a punto de acercarse a ellos, con su inagotable ceño fruncido y un gran enojo encima, cuando sus ojos se abrieron exageradamente al presenciar aquel beso tan intenso que se estaban dando esos dos.
¿Qué?
Su cerebro pareció fundirse en ese momento, un incomodo dolor se apoderó de su pecho causándole una gran molestia e incertidumbre. ¿Por qué le dolía tanto?
Como el testarudo e idiota que era ignoro ese sentimiento en su pecho y se acercó tosiendo falsamente para hacer notar su presencia.
La chica se separó del pelirrojo con bastante molestia y resignación. Él le encantaba, amaba la manera en que la besaba y apretaba a su cuerpo. Era perfecto. Él era el chico mas maravilloso que había encontrado. Y ahora ahí estaba ese fastidioso moreno arruinándole el momento.
-¿Aomine? Que raro que llegues a tiempo.-Kagami estaba con un ligero y adorable sonrojo en sus mejillas.
-Si como sea, ¿Vamos a jugar o que?-A él muy poco le importaba quien era esa chica. Así que como siempre con su mala actitud, paso de largo dirigiéndose a la banca para dejar sus cosas.
-Taiga dijiste que podía quedarme, ¿verdad?-La azabache miraba con los ojos brillantes de emoción al pelirrojo, esperando que este le dijera que si, para poder seguir a su lado.
-No hay ningún problema en que te quedes. Solo espero que no te aburras...-Le dedico una linda sonrisa, para después darle otro intenso beso y acariciarle con ternura la mejilla al separarse a modo de despedida momentánea.-¿Listo para perder Ahomine?
El moreno no contesto y solo le dedico una mirada que el pelirrojo no pudo descifrar. ¿Estaba molesto?
¡Pero claro que lo estaba! Aunque no entendía por qué en realidad. ¿A él que le importaba que Kagami estuviera con esa chica? ¡Él podía hacer lo que quisiera!
Volteo el rostro para encontrarse con los penetrantes ojos de la chica, que eran de un potente azul, aunque no tan penetrantes y sensuales como los suyos; que lo miraban con molestia y desafío. ¿Desafío? ¿Por qué?
-Oh cierto, Aomine ella es Namikase Hikari. Ella es mi novia.-Una enorme y agradable sonrisa se apoderó de los labios del tigre. Aunque esta felicidad no llego a reflejarse en sus ojos.
Algo dentro de Aomine se descompuso al escucharlo. Por mas absurdo que le pareciera, deseaba con todo su corazón que aquello no fuera cierto. ¿Por qué?
Le molestaba de sobre manera que Kagami estuviera con ella. Que para él a simple vista se miraba como lo que se considera una total zorra. Si no, ¿por qué lo miraba así? De esa manera tan triunfal y cínica que le revolvía las entrañas, haciéndolo sentir incomodo y deseando que fuera un chico para darle un buen golpe por estar con el pelirrojo.
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Elígeme.
FanfictionEs por el cumpleaños de Ahomine. Espero que les gusten es un AoKaga :3