Primer Acto (parte 1)

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A primera vista estamos en una gran oficina moderna, del mas escéptico capitalismo funcional. Archiveros metálicos, ficheros, teléfono, audífonos, y toda comodidad mecánica. A la derecha la puerta de la secretaría; a la izquierda la dirección. La mitad derecha de la sala esta ocupada por una biblioteca , a la izquierda en medio arco, cerrada por una espesa cortina, que al correrse descubre un vestuario amontonado de trajes exóticos y una mesita con un espejo alumbrado en los bordes, como en un camerino de teatro. Rodeado de redes de pesca, caratulas, un maniquí descabezado, un globo terráqueo, armas inútiles, mapas de colores con países que no han existido nunca y con un sin fin de otro objetos de tiendas de anticuario.
En el lugar aparece la mecanógrafa buscando efectivamente algo que no encuentra en los ficheros. Consulta una nota y vuelve a mover fichas, cada vea mas nerviosa. Entra Helena, la secretaria, madura de años y de autoridad, con sus carpetas que ordena mientras habla.

Helena-¿Qué, sigue sin encontrarla?

Mecanógrafa- Es la primera vez que me ocurre algo así. Estoy segura de que esa ficha la extendí yo misma; el fichero esta ordenado matemáticamente y soy capaz de encontrar lo que se me pida con los ojos cerrados. No comprendo como a podido desaparecer.

Helena-¿No estará equivocada la nota?

Mecanógrafa- Imposible es de puño y letra del jefe (dice extendiéndole la nota) no puede haber ningún error.

Helena- Hay dos

Mecanógrafa-¿Dos?

Helena- Primero, no prenuncie aquí la palabra jefe; parece otea cosa. Diga simplemente director. Y segundo ¿Como quiere encontrar una muchacha de 17 años en las fichas azules? Hasta cumplir la mayoría de edad van en las carpetas blancas.

Mecanógrafa- Dios mio ¡Donde tengo la cabeza hoy!

Helena- Mucho cuidado con eso, tratándose de menores de edad la ley es inflexible.

Mecanógrafa- Siempre se me olvida ese detalle del color.

Helena- Recuerde que en este lugar cualquier pequeño detalle puede ser una catástrofe. Muchas vidas están pendientes de nosotros, pero el camino esta lleno de peligros; y por lo mismo podemos merecer la gratitud de la humanidad que ir a parar todos a la cárcel esta misma noche. No lo olvide.

Mecanógrafa- Perdón. Le prometo que no va a volver a ocurrir.

Helena- Así lo espero.y ahora a ver si es verdad esa seguridad de sus manos. Póngase ante el ficheros con los ojos cerrados y deme el 4-B-43.

Mecanógrafa-¿Es este?(Dice alzando la ficha)

Helena-Muy bien, la felicito.(Lee)"Ernearia Peina padre desconocido, madre demasiado conocida. Abandono del hogar. Peligro. Urgente. Vea ce modulo H-4.(Busca en sus carpetas repitiendo)modulo H-4... modulo H-4... H-4.( Un vistazo y frunce el ceño). ¡Ahá! Por lo visto es grabe. (Toma unas notas rápida en su bloc).

Mecanógrafa- ¿Puedo hacerle una pregunta? Ya se que no se debe, pero a mi se me ocurrió algo parecido y estoy muerta de curiosidad.

Helena- Acostúmbrese a obedecer sin preguntar; es mejor para todos.(Arranca la hoja del bloc y se la da con la ficha y la carpeta).
(La mecanógrafa va a salir).
Otra cosa; si llega una muchacha de ojos tristes con boina a la francesa y tarjeta azul, hágala pasar inmediatamente.

Mecanógrafa-¿La del ramo de rosas?

Helena-¿Cómo lo sabe?

Mecanógrafa- No fue culpa mía; lo oí sin querer cuando lo estaba diciendo el jefe.

Los Arboles Mueren De PieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora