1. Aquella mirada...

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"Podría pasarme toda la vida mirándole. Es tan perfecto..."

O eso dicen en mi mente todas mis compañeras.

Trabajo en las oficinas del señor Bruce Wayne,sí,el multimillonario. Y cada vez que ese hombre pasa por mi planta,provoca que mis compañeras tengan que cambiarse de ropa interior.

No se que le ven,hay tíos más atractivos. ¡Muchísimo más!

Pero claro,es rico,y esas zorras matarían por un tío con tanta pasta.

Pero no se...a mí,personalmente,me da igual el dinero. La riqueza vuelve idiotas a algunas personas,un claro ejemplo es Bruce Wayne.

En fin,salí a las tres de trabajar para ese capullo y me dirigí a casa. Vivía en un apartamento muy pequeño,pero acogedor.

En cuanto llegué puse la televisión y vi la noticia en todos los  canales. Al parecer,el Joker,el criminal más peligroso de Gotham,se había escapado de Arkham y habían dado la voz de alarma por toda la ciudad.

Apagué la tele y me fui a hacer footing. La verdad es que no estaba preocupada por lo del Joker,había una posibilidad entre un millón,que de toda la gente que había en Gotham,me lo fuese a encontrar yo.

Llegué a casa temprano y me quedé dormida nada mas tumbarme.

*Beeeep beeeep*

Sonó el maldito despertador y me levanté. Miré la hora y aún me daba tiempo a ducharme y prepararme bien para el trabajo.

Lo preparé todo y fui a la oficina a las seis de la mañana.

Por la calle siempre hay gente llendo a trabajar a esta hora,me gusta ir caminando y notar el frío en mis mejillas mientras veo a todas esas personas atareadas,todas tan distintas...

Llegué a las oficinas Wayne,fiché y me coloqué en mi mesa. Poco después de que yo me sentara llegó el señor Bruce Wayne.

-Buenos días a todas,preciosas. -gritó mientras caminaba hacia su despacho. -Alegre esa cara señorita Sean,es muy pronto para estar molesta. -me guiñó un ojo y siguió su camino.

-¡Increible! -exclamó una de mis compañeras que tenía la mesa enfrente de mí. Nunca antes me había hablado. -¿Cómo puedes no derretirte ante la mirada de ese Adonis? Por cierto,soy Emma. -vino hacia mí y me tendió la mano.

-Simplemente no me parece atractivo,es arrogante y un prepotente. -miré su mano,que seguía tendida y la estreché. -Yo Violett. -sonrió. -¿Qué ocurre?

-Que te llamas Violett y tu pelo es violeta. Me ha hecho gracia,es muy llamativo. -me rozó un mechón con el dedo pulgar.

-Me...me alegra de que te guste mi pelo...supongo. -estaba extrañada.

Nos pasamos el día hablando,llevaba un año trabajando allí y hasta ahora no había hecho ninguna amiga. Siempre me he llevado mejor con los chicos.

Salí del trabajo y fui a sacar dinero al banco para ir a comprar la cena.

Estaba haciendo cola cuando un disparo impactó contra una lámpara.

-¡Quieto todo el mundo! ¡Esto es un atraco! -dijo un hombre con pistola y careta de payaso.

Miré detrás de él y había dos payasos más,uno vigilaba la entrada mientras el otro nos ataba y ponía granadas entre las manos.

Cuando fue a colocarme la granada,nuestras miradas se cruzaron,de repente no estaba nerviosa,él siguió colocando las bombas y de vez en cuando dirigía su mirada hacia mí, no sabía si eso era bueno o malo.

-EH,tú. -un hombre de mediana edad armado con una recortada,disparó en la pierna al payaso que vigilaba la entrada. -Ya podéis salir de mi banco rapidito. -el señor siguió disparando a los otros dos,que huían y se ocultaban tras los mostradores.

-No le quedan más balas,no? -le susurró el payaso del principio al de las granadas,que lo pensó un segundo y negó con la cabeza.

Entonces el payaso se levanto,el hombre le disparó y por poco la bala no le dio. Rápidamente el de los explosivos cogió su pistola y disparó al señor mientras disparaba,haciendo que no se pudiera levantar del suelo.

Los dos payasos comenzaron a amontonar bolsas de dinero,y cuando terminaron,el primero apuntó con su arma al otro.

-Supongo que el Joker te ha mandado matarme cuando terminemos el trabajo.

-Hmm...nononono...a ti no,al conductor del autobús. -le miró fijamente.

-Qué aut... -un autobús escolar atravesó la pared y lo apisonó.

El payaso de las bombas cargó la mercancía en el bus,pero el dueño del banco al que había disparado antes,le interrumpió.

-Antes los criminales tenían honor,un código en el que creían...¿en qué crees tú? -dijo mientras gemía aún en el suelo por el dolor.

El misterioso enmascarado se acercó lentamente.

-En que,lo que no te mata...te hace...diferente. -se quitó la careta dejando a la vista su rostro.

Un rostro pintado y con unas cicatrices que harían que cualquiera tuviera pesadillas.

Es cara era inconfundible,el Joker.

Antes de irse,el príncipe payaso de Gotham,se llevó una mano al estómago y me dedicó una pequeña y cómica reverencia. Yo,simplemente reí como una estúpida.

Minutos más tarde la policía llegó y con ellos el comisario Gordon.

-¡Maldita sea! ¿¡¿Quién narices es ese tío?!? -gritó cordón nada más le comunicaron que no quedaba ni un dolar en la caja fuerte.

-S...se hace llamar el Joker señor... -un joven policía al que le temblaba la voz le pasó una foto.

-¿Por qué coño lleva la cara pintada de payaso? -miró más de cerca la foto con una mirada penetrante.

-Dicen que cubren sus horribles cicatrices...pinturas de guerra... -temblaba pavoroso.

-Hmmm... -me miró. -Te conozco...trabajas para Bruce,¿no? En las oficinas.

Asentí con la cabeza. El comisario sin contestar nada se fue de la escena del crimen,y algunos policías hicieron lo mismo. A los testigos nos dejaron irnos,y así lo hice,me fui a casa a descansar después de este día de locos.

No me podía quitar de la cabeza esa mirada...

Quizás simplemente me miró por mi pelo...o por mi extravagante ropa...pero esa mirada fue para mí. Sólo para mí.

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⏰ Última actualización: Sep 29, 2015 ⏰

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