Una mirada, una sonrisa, una carcajada, una chuchada y una disculpa.
Un chiste, una voz graciosa, el enojo de alguien, la felicidad de otro.
Indirectas al aire, contestaciones directas.
Proposiciones en tono de broma, respuestas sin pudor.
Una casa, una habitación, una cama.
Dos personas, dos corazones, miles de emociones.
Un roce, un beso, un suspiro.
Dos cuerpos, brazos acortando las distancias, cosas que quedan atrás.
Un juego de lenguas, manos desesperadas, toques que no paran.
Miradas que chocan, ropa que sobra, pudor que se pierde.
Una piel morena, una piel más blanca, el mismo cuerpo.
Suspiros entrecortados, mordidas que dejan marca, manos que se aferran.
Toques que desencadenan la locura, gemidos fuertes, besos que callan.
Una mano, un vaivén, respiraciones agitadas.
Un tirón de pelo, una cercanía al oído, una petición.
La sorpresa, un corazón que se acelera, ya no hay vuelta atrás.
Un dedo, dolor; dos dedos, placer; tres dedos, el cruce de ambas.
La entrada decisiva, un grito ahogado, el límite que queda atrás.
El crujido, unas cuantas lágrimas, una mano que acaricia.
Miradas que se vuelven a encontrar, sonrisas que se forman a la par, un amor que sale a flote.
Más crujidos, más suspiros, más sudor.
Más caricias, más besos, más amor.
El anuncio del final, la respuesta idéntica, el final.
El cansancio, la felicidad, el abrazo que no se rompe.
Un moreno llamado Nicolás.
Un castaño llamado Jaime.
Un amor que no se acaba.
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Dije que no iba a publicar más aquí... Pero tenía que escribir esta weaaaaaaaa. Si les gustó dejen estreshita, un comentario y compartan si quieren.
-Jocho.
