Epílogo

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Pasaron seis meses más, de aquella vez que los sentimientos de ambos chicos salieron a flote en lo profundo del bosque, ahora se celebraría un año desde la llegada de Kagome a la época antigua, habían transcurrido dos meses desde que habían acabado con Naraku y la perla de shikon había sido destruida , pero antes le había cumplido un deseo a la azabache y era que el pozo siguiera funcionando para así continuar con sus viajes sin dejar atras a su familia, habían ocurrido tantas cosas  tan sólo hace seis meses y hoy era un día mas que especial, puesto que el peliplata tenía una propuesta para la muchacha.
- Miroku por favor qué tanto haces, que no ves que estoy pidiendo tu ayuda- decía el peliplata al moje.
- paciencia InuYasha, estoy seguro que la señorita Kagome aceptará, no necesitas que yo te diga lo que debes decirle- tranquilamente le decía el monje, mientras salia de las aguas del rio- ustedes se aman, tanto como yo y Sango, nada podría salir mal, amigo.
- cómo lo sabes, ella aún es joven para cosas así.
- tu solo confía en mi, con la sorpresa que tenemos preparada, ella jamas se podrá negar.
El joven InuYasha aun no estaba seguro del todo, pero no tenia otra opción mas que confiar en Miroku.
Del otro lado del pozo, se encontraba Kagome hablando con su mamá.
- hija no creo que sea correcto que te quedes tanto tiempo allá en la otra época, además esta tu novio- comentaba la mama de la chica, haciéndola sonrojarce.
- Mamá que cosas dices por favor.
- Kagome, ya tienes 17 años y ya es tiempo en que pienses en formalizar con el muchacho orejas de perro- el rostro de la mujer se torno serio y después de unos segundos salio de la habitación de la azabache.
"El nunca me pediría algo así" pensaba la muchacha "es probable que haya olvidado que hoy hace un año nos conocemos".
La joven arreglo todas sus cosas para ir a ver a sus amigos, y especialmente a su novio, hace dos semanas que no iba, porque estaba ocupada en sus estudios, pero eso no era razón suficiente para InuYasha, el constantemente la iba a visitar, pese a que le producía un enfado a la muchacha.
InuYasha estaba esperandola del otro lado del pozo.
- InuYasha, estas aquí.
- tonta, por supuesto que estoy aquí, sabía que vendrias, pero te demoraste demasiado- le decía el peliplata, al tiempo en que le daba un fuerte abrazo- te extrañe mucho- le susurro al oido- hoy será un día muy especial- termino de decirle.
"No lo olvido" pensó la chica.
- yo también te extrañe mucho- dijo la azabache, acariciándole el rostro.
- mentirosa, si lo hubieses hecho, habrías llegado antes.
- y tu crees que yo no tengo más cosas que hacer- dijo muy molesta la muchacha- eres tan injusto InuYasha, nunca me comprendes.
- bueno pues puedes largarte si quieres- el orgullo del chico, era mas fuerte que cualquier cosa.
- así, pues bien eso haré.
- apenas van unos minutos que se ven y ya se pelean, ¡ay si no cambiaran nunca!
-enano qué haces espiando.
-venía a asegurarme que no arruinaras nada perro tontos, por suerte llegue a tiempo- decía el pequeño zorrito.
- hola shippo- le sonreía la chica y Shippo corría a sus brazos.
- todos te hemos extrañado mucho Kagome- el pequeño la abrazaba y se acerco a su oido- InuYasha ha estado insoportable, ha venido al pozo muchas veces, y a estado de aquí para allá, sin parar de suspirar- le susurro a la chica.
InuYasha que tenía un oído extremadamente desarrollado, había oído todo y se disponía a golpear al zorrito.
-¡Abajo!-Kagome ya lo conocía de sobra, y se adelanto.
- maldita, por qué hiciste eso.
- ya basta InuYasha, te extrañe mucho, ven ya no sigamos con esto- le tendió la mano al chico y el la acepto de inmediato.
Caminaron hacia la aldea, donde todos estaban esperando a la chica, con una fiesta de aniversario, y había un cartel gigante que decía Kagome. La azabache se emociono mucho, todos estaban felices desde que hace un año ella había llegado a la época antigua.
InuYasha la tomo de la mano y le dijo al oído:
- estoy feliz que  hace un año atrás, te conocí y me salvaste, te amo.
La chica se sonrojo y lo miro a los ojos y con una mirada que decía mucho mas de lo que unas palabras pueden, lo abraza fuerte. El chico se sonrojo y todos los habitantes de la aldea, incluyendo a sus queridos amigos, comenzaron a aplaudir, la anciana Kaede estaba muy feliz por ellos, y que al final hayan comprendido sus sentimientos.
La pequeña fiesta tuvo un ambiente mas que ameno, todos reían y disfrutaban, el pobre peliplata no daba mas de nervios al ver que ya estaba atardeciendo y tenia que actuar rápido, la chica notaba su comportamiento y sintió un poco de miedo.
- ya vengo Kagome- le dijo y fue donde se encontraba Miroku.
- ya Miroku, ven dime ¿qué rayos le digo?
-InuYasha por favor, dime ¿ la amas?
- keh! Por supuesto que si.
- entonces eso basta, nadie mejor que tu para saber qué decir- lo tranquilizaba el monje- solo no metas la pata y no te enojes y no se te valla a ocurrir mencionar a la señorita Kikyo que en paz descanse.
-no seas tonto Miroku, no soy tan despistado.
- bueno lo decía por las dudas, ahora ve muchachote, ánimo todo saldrá bien-  le dijo, dándole una palmadita en la espalda y empujándolo en la dirección de Kagome.
Ella veía todo con mucha curiosidad.
El chico, llego donde estaba Kagome y le dijo que lo acompañara.
- quiero mostrarte algo.
Ella solo acepto con la cabeza y lo siguió, el la tomo de la mano y se dirigieron al bosque, donde había una cascada maravillosa y que con la luz de la luna reflejada, era un paisaje hermoso y perfecto para la ocasión.
- sientate- le ordeno el muchacho, ella obedeció de manera rápida.
- hace un año te conocí, y no me dabas nada de confianza señorita- dijo el medio divertido- hace seis meses me reconocí a mi mismo que te amaba, que te amo- la chica estaba nerviosa, no entendía la razon- Kagome eres en la única que confió a ciegas, dejaría hasta que me mataras, eres todo lo que jamas pude desear, me haces feliz, me diviertes, me complementas, me llenas, hasta que me digas abajo me gusta, bueno no exageremos.
- tu también eres todo eso para mi- suspiro la chica- hemos pasado por tantas cosas.
- si Kagome, mi Kagome- la azabache quedo boca abierta, El jamas se había referido a ella de ese modo.
- por eso quiero pedirte algo- ambos tragaron saliva, la chica dejo de respirar- Kagome- la tomo de las manos y la miro directo a los ojos chocolate- Kagome, casate conmigo- dijo y sus mejillas se sentían como fuego.
Las palabras no salían de su boca, no podía creerlo estaba pasmada, sin poder moverse.
Esto al chico lo asusto mucho, creía que ella no queria casarse con el, así que la sacudió para hacerla responder.
- ya Respóndeme, pareces tonta.
- ¡SI!- grito la azabache- si acepto.
El rostros del  muchacho se iluminó y la abrazo y ella también.
- digamosle a la anciana Kaede que lo haga ahora mismo.
- no InuYasha, esto hay que prepararlo.
-pero yo quiro que seas mi esposa ahora mismo.
- atrevido, por qué tanta urgencia.
- ¡tonta! No es lo que te estas imaginando- dijo el chico muy apenado, la azabache comenzó a reír.
- vamos a preparar todo, para que nuestra unión sea perfecta, te amo.
- y yo a ti tonta- la tomo de la barbilla y la beso, el beso fue un poco mas apasionado de lo que ella esperaba, el chico puso su mano mas abajo de la cintura, Kagome se dio cuenta de las intenciones del peliplata y dijo:
-¡Abajo! Ahora entiendo el apuro.
Los jóvenes comenzaron a reír y regresaron a la aldea a dar la buena noticia.

En lo profundo del bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora