Era una noche fría, increíblemente yo sabia que algo pasaría algo que no quería saber que era, salí de la sala como cada noche, en un momento escuche una risa que cautivo todos mis sentidos al mismo tiempo, los nervios estaban en el aire, voltee hacia atrás, la vi y ella me vio, era como que ella había sentido mi mirada, increíblemente aparecí en otro planeta, sus ojos eran grandes y brillantes como unas perlas en bruto, su sonrisa simplemente incomparable, su pelo liso caía como una catara en medio del océano.
En ese momento me di cuenta que estaba siendo demasiado cursi, jamás en mi vida había pensado así de nadie, me volví loco, tome mi maleta y me dirigí hacia la puerta, pero aun así podía escuchar su sonrisa como que estuviera a la par mía, DEMONIOS, dije en voz alta, no sabia que era el amor, pero mis amigos ya me habían dicho que no es nada fácil ni de conseguir, mucho menos de dar y casi imposible de explicar. Estaba convencido que esas cosas cursis no eran para mi, esas noches de vela y esas llamadas eternas que veía en la gente de alrededor no era mi estilo, esos regalos caros que luego los desgarran o los regresan no eran mi manera de mostrar nada. El amor no era para mi, era para aquellos que no tenían en que ocupar su tiempo.
Estuve pensando toda lo noche en ella, no me la podía sacar de la cabeza, a la mañana siguiente entre a un café antes de empezar mi día, nuevamente creí escuchar su voz, ni siquiera fui capaz de voltear a ver, estaba convencido de si no la volvía a ver todo ese asunto se me olvidaría.
Con todo lo que tenia que hacer en el día se me olvido su existencia, mi mundo no giraba al rededor de ella, mi vida tenia los suficientes problemas como para buscarme uno mas. Fue un día típico, el día donde nada sale como quieres y todo sale como esperas.
Al atardecer encontré a un viejo amigo, el estaba recostado en un campo y le pregunte que hacia allí, me respondió que estaba con su novia durmiendo bajo las estrellas, me reí frente a el como loco, le dije- Era medio día como podía dormir bajo las estrellas. Me respondió- El sol también es una estrella, todo solo es como lo quieres ver.
En la noche regrese a la sala, todo fue tan normal como cada día, al retirarme de nuevo la volví a ver, esta vez me causo la misma impresión pero con menos sorpresas, desde lejos aprendí de ella cada noche, era tímida (o eso quería mostrar), era cariñosa, sociable, graciosa, cursi, cuidadosa, curiosa... En fin Pensé Que era Perfecta.
Cada vez que la miraba a ella y a su hermosura pensaba en lo que me dijo mi amigo, todo solo es como lo quieres ver y sabia que el tenia razón, mas de lo que yo quería. Pensé- Es mi imaginación, no a todos les tiene que ir mal, pero tampoco provocare eso en mi, prefiero solo que adolorido.
ESTÁS LEYENDO
La Espada de Amor
RomanceEs una historia ficticia sobre un hombre enamorado, de grandes y locas experiencias, ideas y momentos que tiene sobre el amor.