Capitulo2 Andrews.

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Esta mañana me levanto de la cama temprano. Había pasado una terrible noche con un calor intenso que no me dejaba dormir y estaba empapado en sudor.
Procedo a tomar un baño y para cuando termino tomo de mi armario mi ropa para este día. Siempre suelo vestirme con lo primero que encuentro, mis pantalones ajustados con una sudadera o chamarra cómoda. Cuando termino y suena mi último despertador avisando que son las diez en punto con una alarma que suena en las huecas paredes de mi habitación. Miro por la ventana como siempre y observo a muchas personas en la calle saliendo directo a su trabajo. El día es soleado, el vecindario tranquilo y el viento que penetra en casa es cálido. Ya tengo que salir directo la escuela así que recojo mi mochila sin haber desayunado y ni me tomo el tiempo para arreglar mi cabello ni un poco, solo perfumo mi cuello y mi chamarra, me pongo mis audífonos y meto en mi mochila los libros que nunca faltan. Camino por el pequeño y acogedor pasillo de mi casa y miro a mis padres conversando en la cocina sobre cosas de adultos, puedo suponer. Sin interrumpirlos me retiro a la escuela por las calles iluminadas del vecindario. Me aproximo a la parada del colectivo y cuando abordo a el, no miro a nadie, solo le digo "buenos días" al chofer como siempre y busco un asiento vacío.
Me gusta mirar por la ventana el camino de donde me dirijo siempre, ya que con esto pienso que voy solo y no escucho a nadie.

Cuando llego a la escuela noto a mucha gente mirándome. No soy uno de esos chicos populares a los cuales las chicas mueren por ellos y los chicos suelen envidiar, solo soy una simple persona sin muchos amigos que siempre suele llamar la atención de las personas por mi cabello largo y tinturado de color azul turquesa y unos simples piercings. Esto en la escuela está prohibido pero con eso no tengo problemas, ya que el rector es un amigo de mi madre que siempre nos dio mucho apoyo.

Entre la multitud para ingresar a mi salón de clase me doy cuenta de que muchos estudiantes me tapan el paso y me siento extraño de tener que pedir permiso para acceder al pasillo. Ignoro todo y decido caminar sin decirle una palabra a nadie, aunque recibo varios empujones. Por fin me libero de la gran rueda que estorba en el pasillo y me alejo a mis clases. Caminando por los demás salones el pasillo está solo y lo único que se escucha son los cierres de las mochilas para que de estos saquen sus cuadernos. No olvido mirar por el aula número 29, ahí se encuentra una chica sola al lado de la ventana, tiene unos ojos hermosos color negro que combina con su cabello largo al lado de su hombro atado en un listón. La noto preocupada, y me doy cuenta de que ella también está mirándome. Trato de mirarla a los ojos pero ella aparta la vista. Sigo mi camino preguntándome ¿que que le pasará? Aunque después no le tomo tanta importancia ya que las veces que suelo a verla está así, con una cara sin emoción alguna.
–Quizás es su carácter –pienso.

Sigo caminando hasta el final del pasillo y llego al salón de clases algo tarde a pesar de que el maestro no se encuentra. Mis compañeros, como siempre, están jugando y gritando como si no supiesen comportarse, así que tomo asiento hasta atrás alejado de todos, decido apartarme de cualquier sonido y coloco mis audífonos en los oídos, miro en todas las clases las manecillas del reloj esperando a que llegue la hora de salir, como si mirándolas pudiera adelantar el tiempo a pesar de que este pasa muy lento y comienzo a fastidiar me. A la cuarta clase me retiro a la biblioteca por un viejo libro que he dejado a la mitad, regreso a los pasillos de las aulas y una vez más miro a la chica de cabello oscuro. Esta posada hacia delante con un lápiz en la boca y un libro de actividades en la mano. Sonrío un poco al ver sus ojos concentrados y paso rápidamente después de mirarla bien.

Suena el timbre de salida y recojo mis cosas, me apresuro a la biblioteca a dejar el libro que necesite en el día y me quedo a explorar algunos títulos. Después de esto salgo algo tarde y de nuevo me encuentro a la chica sentada en una banca. Es inevitable notar su preocupación en su rostro. –¿Estará esperando a alguien? –Me pregunto a mi mismo. Tengo las ganas de acercarme a preguntarle si está bien, pero prefiero no hacerlo y sigo mi camino e ignoro haberla visto.

Capitulo realizado por:
Marshall lee
Eddy andrews

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