Prólogo

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Cuenta la leyenda que al principio de los tiempos Dios creó  a  Adán y a Lilith a su imagen y semejanza. Adán quería dominar ese mundo y a todas sus criaturas mientras que Lilith quería explorarlo y descubrir todos sus secretos. Un  día Adán se cansó del carácter curioso de Lilith y le dijo que debía obedecerle y que iban a poblar el jardín. Ella se negó, dijo que nunca sería dominada y se marchó del Edén. Al atravesar las puertas tres ángeles intentaron detenerla pero Lilith  siguió su camino.

Al alejarse del Edén se dio cuenta de que la vegetación desaparecía y dejaban de verse animales. Al final llegó a una tierra hostil habitada por seres que no había visto nunca, seres con alas negras. Pronto conoció al rey de aquel lugar, Lucifer. Este se quedó cautivado por su belleza y su indomable carácter.

Lucifer le contó que durante su ausencia Dios había creado a otra mujer a partir de una costilla de Adán, así esta sería más dulce y más sumisa. Lilith montó en cólera e hizo un pacto con Lucifer, ella se casaría con él  y obtendría su venganza.

Esa noche, Lucifer se vistió con piel de serpiente y engañó a Eva para que probara la fruta prohibida. Así Adán y Eva fueron expulsados del Edén y Lilith consiguió vengarse.

Al volver Lucifer, Lilith cumplió su parte del trato y de esta unión nacieron una estirpe de mujeres poderosas e independientes que estarían condenadas para siempre  y pasarían a llamarse brujas.



               Texto inspirado en el libro de Benjamín Lacombe y Sebastien Perez "Genealogía de una bruja".


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