Primer día de clases.

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Es el primer día de clases y realmente se siente nervioso aunque a la vez emocionado, ya quería ver que nuevos alumnos entrarían a su colegio. Se encontraba arreglándose pues quería dar una buena impresión a los chicos nuevos. Tras un rato sale de casa con las tiras de la mochila sobre sus hombros dirigiéndose hacia el colegio, al estar ahí ingresa con una gran sonrisa dibujada en su rostro observando que cosas nuevas pusieron además de mirar los estudiantes nuevos pero alguien lo saco de sus pensamientos inmediatamente. Vio a un chico alto de cabello castaño oscuro, mirada profunda y atractiva.

Se quedo un gran rato apreciando la belleza del chico nuevo, tenia tantas ganas de hablarle pues sentía la necesidad de conocerlo más a fondo pero escucho el ruidoso y agudo timbre indicando que es hora de entrar a clases y este se dispone a ir sin quitarle los ojos de encima a aquel chico. Entra al salón dirigiéndose al último pupitre mientras dejaba su mochila en el suelo aún lado de su asiento teniendo en mente esa mirada tan atractiva, realmente le llamó la atención.

Pasaron los segundos, minutos y horas y al fin escucha nuevamente ese sonido agudo ahora indicando que es hora de receso. Este se levanta con el dinero en manos y sale del salón como rayo hacia la cafeteria antes que llegaran mas compañeros y estar hasta la cola, eso no le gustaba y es por eso que salía rápidamente del salón de clases pero durante el recorrido del salón hacia la cafeteria se perdió en sus pensamientos al ver nuevamente a aquel chico. Estaba tan cerca de el que puede que sea el momento de hablarle pero los nervios lo invadían inmediatamente que le prohibían acercarsele y al final quedó en la fila lamentándose una y otra vez por no hablarle.

Después de que comprara algo en la cafeteria y de haber desayunado sonó nuevamente el timbre indicando que regresaran a clases, este se levanta de su asiento dirigiéndose al salón de clases. Ingresa y se sienta en su pupitre mientras recargaba el peso de su cabeza en su mano mientras su codo se apoya en el pupitre, miraba hacia la ventana esperando que este aburrido día acabará, se sentía algo triste por no tener la suficiente valentía para hablarle a aquel chico que en verdad le interesó.

Pasaron de nuevo las horas y como siempre suena el timbre indicando la salida. Una tenue sonrisa se dibuja en su rostro y guarda todas sus cosas en su mochila y acto seguido se levanta de su lugar dirigiéndose hacia la salida del salón para después ir a la salida de la escuela. Tuvo un, como decirlo, un día pesado aunque no haya hecho mucho. Sus manos se ocuparon en sacar los audífonos de su bolsillo para después colocárselos y escuchar sus canciones favoritas mientras movía los labios a la par de la canción. Tras un rato llega a su querida casa pero se percata que hay camiones de mudanza y señores bajando, subiendo, entrando y saliendo de la casa de al lado. Supuso que una familia se iba a mudar ahí, al fin ocuparan esa casa, pensó.

Entra a su casa dejando su mochila completamente exhausto ni tenia ganas de comer, solo quería aventarse en su cama y dejarse llevar por el sueño que sentía pero primero se metió a bañar después de eso hizo lo anterior, se quedo dormido hasta el día siguiente. Esperaba ya poder hablarle a aquel chico alto castaño venciendo toda su vergüenza y llenarse de valor...

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