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_ Esto es realmente una locura. Lo sabes, ¿verdad? –preguntó Lydia mientras Allison conducía su coche, rumbo al motel donde estaban Scott y sus amigos tras avisarle a éste a través del móvil.

_ Lo sé pero... tú has decidido venir también. Y se supone que tú eres la más sensata.

_ No cielo, la más sensata eres tú. Si yo voy es por acompañarte, nada más. Si al menos supiese que está Aiden allí... sería otra cosa.

_ Pues no está y créeme que me gustaría saberlo. No por lo que piensas –comentó al ver la cara que le puso Lydia.

_ Bien, bien. Estáis todos muy raros con los gemelos pero no pasa nada. Vayamos a ese motel destartalado y hagámosles una visita. Pero nada de sexo, ¿entendido?

Allison se echó a reír mientras aceleraba, viendo próximo el cartel del motel de carretera.

Aprovechando que Boyd había salido, Stiles le mandó un mensaje a Derek para decirles donde estaban y qué había pasado. Tras hablar un poco con él y viendo como su compañero de habitación tardaba más de la cuenta, decidió ir a buscarle y de paso comprarse alguna chocolatina para calmar el hambre. Tras bajar las escaleras, nada más llegar a la máquina expendedora vio a Boyd frente a la misma.

_ Ey, si lo llego a saber te hubiese pedido que me trajeses una –comentó para luego mirarle y ver como su expresión era diferente a la de horas atrás. Boyd se limitó a pulsar el número de la chocolatina en cuestión y cuando ésta fue a salir, quedó atascada.

_ Oh, espera. Tengo un método patentado para eso –comentó Stiles quien apenas puso las manos sobre la parte superior de la máquina, vio como Boyd estrellaba su puño contra el cristal haciéndolo añicos para luego coger su chocolatina.

_ Genial... -comentó Stiles al ver lo que había hecho para luego coger su chocolatina y un par más. Cuando fue a comentarle si volvería a la habitación, éste había desaparecido. Extrañado, fue a la suya y tras entrar, se sentó en la cama mientras mordisqueaba distraído su chocolatina.

Mientras tanto, en el motel comenzaron a ocurrir cosas muy extrañas. Scott tras meterse en el baño y permanecer unos minutos frente al espejo, comenzó a ver sus ojos de color rojo, sobresaltándole. Tras comerse la chocolatina, Boyd fue a la habitación y ante la mirada de Stiles cogió una cubitera y bajó a por hielo. Cuando abrió el dispensador y empezó a llenar la misma, Boyd oyó una voz familiar para él. Mirando a su alrededor, vio que no había nadie así que siguió pero la voz continuaba. "No. No me dejes... Se suponía que no tenías que dejarme...".

_ ¿Alicia? –preguntó mientras buscaba con la mirada en el interior del dispensador de hielo.

"¿Por qué me dejaste?" volvió a oír.

_ ¿Alicia? –preguntó de nuevo mientras comenzaba a remover los cubitos para ver por un momento el rostro de su hermana, sobresaltándole.

Isaac comenzó a oír ruidos en su habitación a pesar de que Scott estaba en el baño.

_ ¿Scott? -preguntó para finalmente reconocer esos ruidos como los de su casa, cuando su padre vivía. Recordando su voz y las peleas que tenía con él, una fuerte alucinación le hizo verse dentro de la nevera donde siempre le metía para castigarle y gritó fuertemente. Éste salió alertado por los gritos y cuando consiguió calmarlo, Isaac no recordaba nada. En ese momento, Scott recibió una llamada de su madre en el móvil donde le dijo que él había ido a casa y no había podido detenerle.

_ ¿Quién, mamá? –preguntó preocupado cuando escuchó a su madre gimotear por el miedo.

_ Mira por la ventana –le oyó decir para luego asomarse y ver cómo Deucalion la tenía sujeta por el cuello.

El Alfa entre los AlfasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora