Terminando el año escolar cada día era más alegre, pero a la vez muy triste, pues al terminar ese año ya no vería más a mis compañeros ni a ella, cada quien decidiría que camino tomar.
Todos tenían ya una carrera seleccionada y yo no, no me llamaba la atención ninguna carrera, al terminar el año todos ya estaban seguros de lo que querían y yo tome una decisión muy distinta a la de los demás una que ya hace mucho tiempo había pensado y fue el entrar a un seminario religioso.
Antes de entrar tuve una serie de retiros y al final fui aceptado, el seminario era fuera del país.
Tenia que dejar amigos, familiares y sobre todo a ella. Al entrar al seminario todo fue muy especial, todo parecía marchar de lo mejor pero pasadas unas semanas ya todo era un poco diferente, a algunos de mis compañeros no les agradaba mucho y buscaban como hacerme la vida de cuadros.
Habían otros que eran muy buenos con migo, pero el ambiente era incómodo incluso en la universidad a la cual nos enviaban, ahí tampoco era del agrado de muchos.
Todos se reunían en un café y yo pasaba en los jardines de la universidad hablando solo, a veces con Dios y a veces con un árbol que era mi mejor amigo pues me transmitía mucha paz y tranquilidad.
Pasado un tiempo decidí que lo mejor era retirarme pues ni que hiciera lo que hiciera iba a agradar a los demás.
Volví a mi país y todo ya había cambiado todo era tan distinto.
Lo único en que pensaba era en volver a la secundaria con mis amigos y ver una vez más a esa mujer que aún seguía persistente en mi corazón.La mayoría de mis compañeros estudiaban en otra ciudad carreras distintas y era imposible reunirme con ellos, pues habían comenzado una nueva etapa en sus vidas, con nuevos amigos y nuevos gustos.
El único que vivía en el pasado era yo, anhelando que todo volviera a ser como era antes, pero la vida se vive una vez y cuando haces algo bueno o malo no hay regreso.
Sentía que había vivido de todo en tan poco tiempo y me preguntaba que debía hacer, no sabia que hacer, no podía entrar a una universidad por que ya era muy tarde y no sabia que estudiar, tenia que esperar el siguiente año para poder aplicar.
En ese tiempo lo único que hice fue encerrarme en mi cuarto todo el tiempo no salía y si salía sólo era para comer, no iba más a misa no quería nada con nadie ni con el mundo, lo único que pasaba por mi mente es que tenía mala suerte en todo, en el amor, en mis estudios y en la vida.
Llegado el siguiente año aplique el examen de admisión para entrar a la universidad, estudie tres meses para poder aplicar el examen. Bueno en fin una vez que aplique el examen aprobé entre tantos alumnos.
El primer día de clases llegó y yo no me sentía bien ahí me sentía inadaptado no era mi lugar y decidí salirme, pues si no te gusta algo no puedes continuar aunque quieras.
Bueno pasadas unas semanas no sabia que hacer y decidí entrar a otra universidad una privada dónde no se hacen examen de admisión, ya las clases habían empezado y no sabia en que carrera inscribirme y tome una decisión algo loca y elegí una carrera al azar sin pensar.
Empece mi primer día y bueno a diferencia de la otra universidad me sentía mejor y las personas eran más sociables y agradables, pasado el tiempo me convertí en el mejor alumno de esa carrera a nivel de primer año y me escogieron como presidente de dicha carrera.
Realmente la carrera me empezaba a gustar y continúe así y todo iba muy bien.
Por otra parte cada que miraba a una mujer hermosa y bella, solo podía pensar en aquella, en mi primer amor, mi primera ilusión, la que hizo que mi corazón experimentará una serie de sentimientos inimaginables para mi.
Realmente el amor es algo extraño e inexplicable, algo que nunca podremos entender a la perfección. El amor es darlo todo sin fines de lucro, es algo puro y mágico y muchas veces no tiene que ser correspondido para que exista.
En mi corazón siempre existirá ese amor puro para ella, pues cuando el amor es real es para siempre y aunque ella nunca me haga caso ella siempre será mi primer amor.
Puede que en un futuro me guste otra chica pero jamás me enamorare como lo hice con ella, pues cuando nosotros los hombres nos enamoramos de una mujer es solo una vez.