Narrador Universal.
Sebastián debatía con sí mismo en seguir o no. Sus besos pronto habían bajado a su cuello, enviando miles de sensaciones a través de ellos. Sus manos no se habían detenido ni un solo segundo, y la mente de _______ ya empezaba a delirar.
Un suspiro, una caricia, y dos cuerpos llenos de deseo carnal en la misma habitación.
Como marido y mujer, conocían perfectamente el cuerpo del otro, pero esta noche, eran los dos unos completos desconocidos, esperando una mínima muestra de satisfacción para seguir. Sebastián no perdía el tiempo. La introdujo a la habitación, donde el ambiente era cálido como un día de verano, y a la misma vez refrescante.
_______ estaba en dilema con ella misma. Su mente y cuerpo no estaban haciendo conexión. Cada vez que ella pensaba un ''No!'' Sebastián la hacía pensar en ''Si!''.
Con un leve empujón Sebastián la puso entre la pared y su cuerpo, tan cerca que ni una suave brisa podría traspasarlos.Narra Sebastián .
Por primera vez en días, me sentía realmente vivo. Con toda la vitalidad y el deseo de seguir, de poder conectarme con ella.
Mis manos sobre su cintura, estrujándola con fuerza, y mis labios imparables sobre los suyos. Devorándola y saboreándola como se que le gusta, y como solo yo puedo hacerlo.
Respiración. Me hacía falta, pero no quería parar. Sabia que una vez que se rompa el hechizo, ella se resistiría.
Obligadamente me separé suavemente de ella, con una pequeña mordida en sus labios.
Nos miramos a los ojos, y en el momento que me intentó empujar, la apreté aún mas fuerte contra la pared, y sobre mi pecho.
Se sentía tan bien. Su respiración entrecortada, y su tierna mirada asustada. Me hacía sentir un maldito hijo de perra! Pero en verdad la necesitaba, y sabía que ella a mi. Tenía muy en claro que olvidar iba a ser muy difícil, pero el que no arriesga no gana, y sinceramente si llego a perderla, estoy dispuesto a desgarrarme el corazón con una tijera poco a poco, literalmente. Porque si ella se iba, si ______ se va, yo estoy perdido.
-No huyas _______. Es imposible pararme ahora. - creo que haber dicho eso, solo empeoró las cosas. Su miedo llegó a estremecerme de arriba abajo.
- No lo hagas Sebastián ...no ahora. - Logró decir en un temblequeo.
- Y si no lo hago ahora ¿Cuándo _____?, si no me dejas ni acercarme a ti. A penas te miro me sacas la mirada. Cuando te toco te mueres del miedo, ¿Cómo carajos piensas que me siento respecto a eso? Maldición! Mi propia esposa me tiene miedo.
- No es el momento Sebastián , no ahora.
- ¿Y cuando será?, ¿Cuándo estemos en la corte a punto de divorciarnos?, ¿Cuándo estemos a segundos de ser completos extraños?, ¿Dónde ya no pueda tocarte mas?....¿Donde ya puedas ser de otro? - decir eso fue como una enorme patada en mis pelotas.
- No! Por Dios Sebastián no!
- Entonces dame una razón para que no pueda tocarte. Solo dime una y me largaré de aquí.
- ...Ambos sabemos que no te marcharás de aquí. Y simplemente no hay razón, no quiero y punto. Tenemos que ser racionales en este momento.
- ¿Racionales?...,¿racionales?, en este momento en lo único que puedo pensar en como sacarte ese bonito vestido que tienes, y dices que tengo que ser racional. Está bien ______seré racional, ¿Cómo quieres que te haga el amor esta noche?, porque ten por seguro que lo haré.
Mi voz sonó ruda y fuerte, si bien en este momento no era ideal, provocó cierto estremecimiento en su cuerpo, y una mirada oscura la atravesó.
- Dije que no! ¿o a caso me violarás?
Sonreí de costado, esto comenzaba a gustarme. Su tono cambió a sensual, y sin intención sus pezones se endurecieron bajo el vestido.
-Ambos sabemos cariño, que no hace falta violarte.
Me incliné hacia adelante y rocé nuestras narices.
- ¿Enserio?, realmente no fue lo que me pareció la otra noche Sebastián .
Quedé petrificado. Inmóvil y sin respuesta alguna. Su respiración, y sus fuertes latidos eran mi único índice de que estaba vivo. ''La otra noche...''
¡La otra maldita noche!
Dios! Recordar como me había comportado esa noche, y la mañana siguiente, y los últimos putos meses. Había sido grosero, brusco, la había lastimado, había roto su corazón, y su amor por mi. Había pulverizado todo lo que teníamos. Y ahora que me doy cuenta, y me pongo de su lado....yo no perdonaría una actitud así. Violador. Golpeador. ¿Qué mas? ¿Ladrón?, ¿Estafador?, ¿Asesino?.
¡Maldición!.
La tomé en mis brazos, y la estrujé fuertemente. La abracé como si fuera la última vez. Luego me calló la ficha. No podía borrar lo que pasó, ni volver al pasado y cambiarlo, pero había una posibilidad, de hacerla creer en mi. De hacerla amarme de nuevo, y convencerla de que soy otro hombre, de que cambié, y que estoy dispuesto a hacer lo que sea por ella.
- Mi amor. Mi dulce amor. Dime como hago para poder sanar tu alma partida a causa de un maldito estúpido que no sabe lo que hace. Y si no hay posibilidades de sanarla, dile a ese idota como matarse, porque sin ti, ya no hay porque respirar. - un largo suspiro salió de su ser y mi alma casi desfallece cuando me abrazó- Mi reina. Oh mi reina estoy tan arrepentido.
Un silencio escalofriante paso por los dos. Mi nariz sobre su cabello, y la suya sobre mi cuello. Mis manos en su cintura y las suyas sobre mi pecho.
- Si pudiera explicarte como me siento. Estoy podrido en tristeza. Me siento vacío, y tan solo, pequeña. Me faltas tu...me falta tu amor ________. No lo comprendí hasta que te perdí. Siento que caigo, y caigo en un pozo depresivo. Mi vida es una maldición si vos no estas a mi lado ______. Y se que no merezco un puesto a tu lado, pero solo dime que no me odias y será suficiente para poder morirme en paz. Aunque ya este muerto.
- No puedo hacer nada Sebastián .
- Si que puedes ______. Solo déjame borrar las cicatrices del pasado.
- Sebastián , cada vez que estas cerca, solo te imagino con los puños hacia arriba y una mirada espeluznante, y solo cuando me abrazas se que no eres tu. Pero ¿Qué me queda de ti? Si cada vez que te veo...me recuerda a la tortura de hace meses, o aún peor. Me recuerda a lo que pasó apenas unos días Sebastián . No puedo, ya no.
Quiso zafarse de mi agarre, pero se lo impedí.
- Ya no,¿Qué? -la miré a los ojos, con miedo a su respuesta.
- Ya no puedo fingir que nuestra relación se puede salvar. Lo siento.
- No, no, no! ¿Qué hay de nuestro hijo ______?
- ¿Nuestro hijo?, por Dios Sebastián , no seas irónico porque me duele.
- ¿irónico?, ¿Cómo carajos quieres que sea, si me entero que iba a ser padre, y de un momento a otro perdí esa posibilidad?
- Créeme, no la pasaste tan mal como yo.
- ¿Por qué no me lo dijiste antes ______? Era mi hijo! ¡Por Dios nuestro hijito!
- ¡¡El murió Sebastián , se acabó el tema, no hay hijo, y tampoco habrá uno!
La solté de a poco, y mis ojos comenzaban a arder por la necesidad de llorar.
- Me estas destrozando _____. Si lo que quieres es romper mi corazón, continúa, lo estas haciendo bien.
Su mirada furiosa se posó sobre mi, y en dos pasos estaba su mano golpeando fuertemente mi mejilla.
- ¿Cómo carajos tienes el descaro de hacer esa pregunta Sebastián ?, me has hecho pasar por cosas horrendas. Me has dejado inmovilizada en una cama, sin poder sentir mi estómago. Has llegado a casa con perfume de mujer - su voz se quebró, y comenzó a sollozar- me has culpado de tener un puto amante cuando sabes que no puedo dejar que otro me toque. ¡Y tienes la poca cara de decir que te estoy lastimando cuando yo aborté a mi propio hijo en el baño de la casa! -quedé sin respiración hasta que ella continuó hablando- Si tu estas muriéndote de tristeza, ¿Qué me queda a mi, Sebastián ?. Todo lo que eh amado lo eh perdido, por tu culpa! No me dejas vivir, no me das la posibilidad de volver a empezar mi vida, de tener una verdadera familia. Me has dejado sin esperanza, y sin ganas de vivir. Y ¿sabes que?, ya casi no siento mi corazón de tan hecho mierda que lo haz dejado. ¡Quiero que te largues de mi vida!, ¡Que hagas lo que se te de la gana!
Me tomó por la camisa, y fijó su mirada en una lágrima que corría sigilosa por mi mejilla. Posó su mano en ella, e hizo una leve caricia. Ante tal gesto de ternura, mis labios se curvaron hacia abajo, dando índice a mi llanto.
- ¡Quiero que te largues....!
- ...Basta por favor....
- ...¡que salgas de mi vida!.
- No, no sigas.
- Pero, ¿Cómo pedirte eso si cada vez que te siento cerca me muero de amor, Sebastián ?
Mis ojos volaron desde el suelo hacia los de ella. Un brillo especial resplandecía en ellos, y mis ojos maricas seguían derramando lágrimas.
-...¿Qué?
- Te amo tanto, que me cuesta caminar.
Mi mirada ilusionista, se convirtió en grata sorpresa. ¡Ella me amaba!. Estaba tan contento, tan lleno de felicidad que tenía ganas de salir corriendo como en la primaria gritando ''ella gusta mio''.
Sabía que ella me amaba, pero escucharlo de sus labios era...
- Pero tengo miedo. -afirmó.
- Si te hace sentir mejor, yo también.
- ¿Qué haremos Sebastián ?
- ¿En el mañana?, no me importa. ¿En el ahora?, solo bésame.Narrador Universal.
Y así fue.
En una eterna promesa de amor, se besaron.
Sus labios hacían su propia historia mientras sus corazones se juntaban....como almas gemelas.Jan Carlo .
-- ¡Me está saliendo todo mal, y es tu maldita culpa!- dijo Jan Carlo alterado.
-- ¡Yo hice lo que pude!. Bien sabes que los quiero separados.- contestaron al otro lado del teléfono.
-- Tenemos que encontrar una manera, su talón de aquiles.
-- Ya intentamos todo Jan Carlo . Fotos y videos falsos, claramente su amor es mucho mas fuerte.
-- ¡Su amor y una mierda!, los voy a destruir. Voy a recuperar lo que es mio, y me vengaré por los años de burlas. Van a conocer quien soy yo, y tú me vas a ayudar.
-- ¿Por qué carajos no te rindes?, acéptalo. Ellos se aman, y nada de lo que inventes tú los va a separar.
-- ¡Cierra la maldita boca!. Ya basta de niñeras. Estoy segura que la adorable ________ hará lo que le digamos, si su amado Sebastián , está en peligro de muerte.- Sonrió malevolamente.
-- ¿A que te refieres Jan Carlo ?
-- Ya lo verás Cindy...ya lo verás.
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Marido Golpeador - Sebastian Arango
FanficA D A P T A D A ✨ N O L A E S C R I B Í Y O