Capítulo doce.

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La caminata por el desierto era infernal. Cada paso que daba parecía que se llevaba una parte de mí. El sol abrumador, el polvo, mi estúpida pierna, el hombro que comenzaba a dolerme por el peso del morral, pero aun así, tenía esperanza. Mi esperanza de llegar al tal refugió, mi esperanza por sobrevivir. Quería creer que en un momento estaríamos a salvos y bien.

Mientras nos encaminábamos a aquel pueblo que veíamos a la distancia, con Minho no habíamos cruzado palabra. Había supuesto que, cada uno estaba demasiado absorto en sus propios pensamientos para poder decir algo, cuando Minho abrió la boca y rompió el silencio.

-¿Cómo es eso de que Newt y tú se conocen?

Había dado por hecho que en algún momento alguien habría de preguntar eso y también había dado por hecho que ese alguien hubiese resultado ser Minho. Aunque consideré no responderle para fastidiarle un poco, pensé que después de todo yo no era una de las personas más queridas por él, pero que aun así cargaba conmigo y no hacía mención de que era un trabajo tremendamente fastidioso, aunque ambos lo sabíamos. Así que responder a su pregunta era una buena forma de decir ''Gracias'' sin decirlo. 

Suspiré, no me acomodaba hablar de esto con alguien que no fuera Newt, pero aun así respondí a su pregunta.

-Supe o más bien sentí que lo conocía cuando lo vi. Fue una sensación extrañísima, estoy segura de que estuve a punto de recordarlo. Fue como si mi cerebro hubiera reaccionado al verlo, pero justo cuando creí que algo se había liberado o escapado de esta...masa sin forma que son mis recuerdos, todo volvió a apagarse. Luego hable con Newt y él me dijo que le había sucedido algo similar. Ambos ''sentíamos'' que nos conocíamos. Después, bueno, tú estabas ahí cuando le conté a Newt que mientras dormía había recordado algo y que en el recuerdo estaba él.

-Entonces estas segura de que no fue un sueño.

-Completamente. –Repuse firmemente. –Aunque si no me crees no me interesa.

-Te creo. –Minho me miró sin pisca de sarcasmo en sus ojos.

Lo miré frunciendo el ceño.

-¿Hablas enserió?

-Teresa y Thomas. A esos shanks pareció pasarles lo mismo, así que no es nuevo. Aunque ellos tenían un truquito adicional. Ustedes no se comunican mentalmente, ¿verdad?

-No.

-Bien, porque estoy cansado de tanta brujería.

Estuve tentada en preguntarle si seguía desconfiando de mí, recelando mis palabras o mi pérdida de memoria, pero de todas las maneras posibles en que podía formular esa pregunta, sonaba patética, casi desesperada por su aprobación, además que tampoco quería comenzar un intercambios de opiniones que fácilmente podía terminar en una pelea, siendo que ahora dependía casi totalmente de él.

-Gracias, por cierto. –Murmuré fijando mi vista en el suelo. No quería ver su expresión burlona, porque le arrancaría la cabeza.

-¿Gracias?—Repitió Minho, extrañado. Me atreví a mirarlo cuando caí en cuenta de que no estaba bromeando, ni siendo arrogante.

-Bueno, cuando esa cosa me aferro el pie, fuiste por mí, ahora cargas conmigo y no tienes porqué, así que gracias.

-Te equivocas, larcha. Eres una de nosotros, y nosotros nos cuidamos las mierteras espaldas unos con otros. No hay razón para agradecer.

Una vez más, Minho me sorprendía. Me consideraba parte de ellos, aun cuando en un principio fuese él quien más desconfianza tenía en mí. Con ello respondía la pregunta que estuve tentada en hacerle. Aun cuando el agrado mutuo no existiese, si él confiaba en mí sentía que había menos hostilidad, lo que me facilitaba las cosas. Además, él era el líder después de todo y si el líder no me recelaba, los demás chicos tampoco lo harían.

No tenía más nada que decir y Minho parecía que también ya lo había dicho todo. Seguimos caminando por el desierto, mientras el sol seguía escondiéndose con una lentitud asombrosa.

Justo cuando había comenzado a acostumbrarme a la monótono que estaba resultando todo, lo que era en realidad algo maravilloso, sin más sobresaltos desagradables, a la distancia, unos metros por delante, dos figuras que parecían estar corriendo se acercaban hacía nosotros.

Recordé inmediatamente a Newt y la Rata cuando me hice una idea de quienes podían tratarse; Cranks.  


La Recluta A-0. PRUEBA DE FUEGO. [Terminada].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora