[EXO/Viñeta] Fotógrafo

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Fotógrafo



Kyungsoo movía de un lado sus ojos, leyendo el libro de literatura inglesa sobre una banca en el campus de su universidad. Hace aproximadamente dos semanas llevaba leyendo ese libro, cuando desde hace mucho lo había terminado de leer, pero su profesor no había quedado totalmente convencido por los argumentos que decía y al final, lo que comenzó como una opinión personal, se volvió un debate que a casi nada estuvo que acabará mal el asunto. El punto es que Kyungsoo ha leído como unas siete veces el mismo libro, pero su profesor sólo declinaba su opinión y lo mandaría a leer ese estúpido libro que, desafortunadamente, no era su favorito por culpa de su estúpido profesor de literatura inglesa.

Esa misma mañana, una vez más, su opinión fue mandada directo al maldito infierno, por lo que su humor no era el mejor de todos. Resignado y al termino de sus tres primeras clases consecutivas, tomó sus cosas y caminó hasta hacía el lugar donde, ahora mismo, se encontraba. Abrió el grueso libro y comenzó a leer de nuevo, sabiéndose prácticamente cada una de las palabras de esas páginas.

Baekhyun, su mejor amigo, le pidió acompañarlo, pero sabiendo que su humor no era el mejor, prefirió decirle que fuera a ver a su torpe novio gigante. Jongdae, por el contrario, lo fastidio un cuarto de hora, mientras él buscaba algún lugar donde amigos-insoportables-no-molestaran su momento de relectura por octava vez. En algún momento Jongdae se largó porque Junmyeon hyung es caliente y, entonces, él no cometió homicidio de primer grado en contra de su amigo.

Kyungsoo rodó los ojos al recordar a Jongdae y volvió a retomar su lectura, una vez más. Olvidándose por completo de su mal día por culpa del profesor. La literatura inglesa era un tanto compleja, pero no para Do Kyungsoo. Entendía los puntos importantes de la lectura, sabía fechas, autores y cosas que todo el tiempo el profesor le decía que era incorrecto. Kyungsoo no se iba a dar por vencido cuando, obviamente, él tenía la razón, no por algo se había leído tantas veces el mismo libro.

— ¿Disculpa? —llamó una voz desconocida.

Kyungsoo alzó sus ojos de la lectura hacía la persona que había llamado de su atención. Los redondos y expresivos ojos del pelinegro miraron una figura esbelta, pero de músculos levemente tonificados, piel apiñonada y ojos chocolates; profundos y cálidos.

— ¿Sí? —preguntó minutos después del pequeño escrutinio que le había dado a todo el cuerpo del desconocido —. ¿Necesitas algo?

—Soy Jongin —comenzó —. Estoy haciendo mi proyecto de fotografía y los colores de tu ropa, tu posición con el libro y la pared que tienes al fondo es una buena composición. Así que, me preguntaba si tú —titubeó por varios segundos, para que finalmente quedará en silencio, sin completar lo que planeaba decir.

Kyungsoo asintió lentamente, escuchando cada una de las palabras que Jongin decía con esa suave voz hasta que el apiñonado quedó en completo silencio.

— ¿Sí yo qué? —cuestionó, animándolo a seguir.

— ¿Puedo tomarte una foto? —soltó la pregunta después de titubear ligeramente.

Lo que Jongin le pedía era algo que cualquiera podría decirle que sí, pero él era tímido, demasiado, pero algo, inexplicablemente, se apoderó de él y asintió lentamente.

—Sí —vocalizó, dejando ver una pequeña sonrisa — ¿Qué tengo que hacer? —preguntó confundido.

Jongin sonrió.

—No tienes que hacer nada —contestó —. Sólo sigue leyendo.

Kyungsoo asintió y llevó sus ojos a la lectura que había dejado, leyendo desde donde había quedado y podría haberse sumergido en la lectura, pero la cercanía del fornido cuerpo de Jongin lo distrajo completamente, mostrando en sus mejillas el color carmín debido al sonrojo, dándole luz a la composición o lo que fuera que Jongin le había dicho.

Kyungsoo podía sentir el lente de la cámara de Jongin en cada ángulo y rincón donde este último pudiera conseguir una buena toma de su persona. El pelinegro no sabe cuántos minutos pasó, pero puede asegurar que lo sintió tan efímero ese momento. Escuchó a Jongin murmurar algo parecido a perfecto y, entonces, volvió a mirar al fotógrafo.

— ¿Es todo? —interrogó Kyungsoo.

—Sí —respondió —, es todo.

Kyungsoo casi puede asegurar que algo dentro de él se removió cuando esa única y hermosa sonrisa de Jongin apareció.

—Bien —murmuró, sintiendo aún sus mejillas sonrojadas.

—Sí —Jongin asintió lentamente, mientras jugueteaba con la cinta de azar de su cámara —. ¿Cómo te llamas? —curioseó.

—Kyungsoo —dijo.

Y puede que debido a este intercambio tan inusual y espontaneo haya sido el comienzo de una historia de amor que había dado inicio por una simple fotografía.


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