-¿Lucy que...
Las cálidas manos de Natsu sostienen mi rostro y me obligan a levantar la vista mientras quitan mis lagrimas.
-¿Pero qué estás diciendo? Luce yo jamás podría dejarte sola yo...
Sus brazos intentan rodearme pero yo lo evito.
-¿Entonces por qué? ¿Por qué me rebulles en el gremio? ¿Por qué no te colas por mi ventana como siempre?
Su rostro luce confundido, algo cansado. Deja caer los brazos al lado de su cuerpo y se sienta a lo indio frente a mi con la cabeza gacha.
-Es que no lo entiendo. -Sus palabras suenan cansadas, como si no tuviera fuerza para nada. -No entiendo que es lo que me pasa, desde hace
tiempo yo... me sentía extraño sentía que algo estaba distinto pero desde... -Levanto la vista y me vio a los ojos. -Desde que te bese todo es extraño.
Nunca me había sentido del medo que me siento ahora y no sabia que hacer, de hecho no se que hacer ahora y creí... que te molestarías si me
acercaba así como siempre.
¿Entonces Natsu estaba tan confundido como yo? Dios soy una tonta, claro que él tampoco sabía que hacer... él es, bueno es Natsu.
Seque mis lagrimas con mi muñeca y entonces Natsu se llevo la mano al bolsillo, saco una pequeña bolsa y la volteo entre los dos.
Muchas bayas de todos los colores aparecieron rodando por el pasto mientras él desviaba la mirada.
-Creí que si conseguía unas bayas chispeantes sería más fácil, pero no lo he logrado encontrar ninguna.
Él estaba intentando hacer algo mientras yo solo me llenaba de dudas... yo...
Tome una de las tantas bayas entre nosotros y la lleve a mis labios al tiempo que corría el mayor riesgo de mi vida, apostando todo a esto.
Cogí su rostro con mis manos y me encontré con sus ojos confundidos por unos instantes, unos cortos instantes antes que nuestros labios se
encontraran y el dulzor de una mora estallara entre nuestras bocas.
Fue rápido, tentando la suerte separe nuestros rostro y lo vi a los ojos.
-Natsu me gustas, me gustas desde hace mucho y yo...
La mano de Natsu atrapo mi nuca y esta vez fue él quien me beso fugazmente.
-Tu también me gustas Lucy, me gustas mucho.
No lo pude evitar, sentí mi pecho llenarse de un calor desconocido y me abalance a los brazos de mi mago, me senté sobre sus piernas al tiempo que
volvía a juntar nuestros labios en un nuevo beso, ahora más largo, más profundo.
Sus labios son extremadamente cálidos, al igual que sus manos que revolotean una entre mis cabellos y otra en mi cintura apretándome junto a él.
Su lengua choco contra mi boca y yo abrí mis labios dejando que su lengua entre en mi boca, chocando con la mía y entrelazándolas. Atrape su lengua
succionando levemente y dejando que Natsu deje escapar un gemido que encendió algo en mi.
Una de las manos de Natsu descendió por su cuello provocando que todo mi cuerpo se estremezco.
Nos separamos en busca de aire y chocamos nuestras frentes haciendo que nuestras narices rocen en las puntas, puedo distinguir como un pequeño
hilo de saliva aún une nuestras bocas y sonrió.
-¿Entonces irás a la misión conmigo? -Pregunta sorprendiéndome.
-Claro que iré contigo, iré contigo a cualquier lugar del mundo.
Deslizo mis manos por bajo su chaqueta sintiendo todos los músculos de su espalda y acomodo mi cabeza sobre la bufanda que siempre lleva
consigo, mientras que siento sus manos sostenerme con fuerza por mi espalda baja.
Natsu me mira unos segundos, aquella mirada cálida que adoro y vuelve a besarme, esta vez lentamente, un beso tras otro como si debiera aumentar
el número para saciar esa sed que tenemos del otro.
Deslizo acariciando la espalda de Natsu y en un descuido de él, soplo entre su cuello y el lóbulo de su oreja. Siento como un temblor recorre su cuerpo y como se tensa.
-Lu...ce.
Me enderezo para verlo al rostro.
-¿Qué sucede?
-No soy de piedra, si sigues haciendo eso... -Desvía la mirada hacia el lado con un claro sonrojo en el rostro. -Podría olvidar que estamos en un lugar
público.
Entonces tomo conciencia de todo, estoy sentada sobre él, con mis manos sosteniéndolo bajo la ropa, él sostiene mi espalda y...
El calor sube aún más a mi rostro y me levanto rápidamente, me había dejado llevar tanto por la situación que me había olvidado que estamos en un
bosque a solo minutos de la ciudad.
-Lo siento.
Él niega.
-No, esta bien.
También él se levanta y vuelve a cogerme por la cintura.
-Es solo que había esperado más de lo que crees por todo esto.
Me sonrojo, aunque creo que solo es sensación mía, de seguro es imposible que pueda estar más roja.
-Natsu... si mañana vamos a ir a una misión solos, ¿Te parece si guardamos esto en secreto?
-Si no te molesta creo que es lo mejor, al menos por ahora, la verdad es que cuando se enteren no nos dejarán en paz y...
-¿Y qué?
-Quiero disfrutar por un tiempo tranquilo de ti.
Es definitivo, de seguro mi rostro descubrió un nuevo nivel de sonrojo... ¿Desde cuando Natsu puede ser tan tierno y seductor?
-Será nuestro secreto. -Digo tratando de recuperar la compostura.
-Nuestro secreto.
Dice atrayéndome aún más a él y volviendo a juntar nuestros labios en un beso... Si, definitivamente yo también quiero disfrutar por más tiempo de él
tranquila... hay mucho tiempo por recuperar.
Cruzo mis brazos por su cuello y profundizo el beso, profundizo el beso que ahora simplemente sabe a nosotros, a mi Natsu Dragneel.