Llegue a tiempo a la audición gracias a Christopher, habíamos quedado en que arreglaría mi auto mientras yo audicionaba, confiaba en el sabia que no lo robaría ni nada por el estilo.
Estaba nerviosa, no era la primera audición a la que iba pero en esta ocasión me pidieron que interpretará algo de manera libre siempre y cuando fuera de Shakespeare. Había escogido el monologo de Helena de sueño de una noche de verano.
Estaba subiendo a las tablas y me sentía en mi casa. Es impresionante como un lugar tan grande como un teatro te puede hacer sentir tan cálida y completa, a pesar de ser de pequeña estatura, de pie en ese piso me sentía grande y fuerte.
Siempre había querido ser actriz, no recuerdo mi vida queriendo ser otra cosa.
Había estudiado psicología por que era lo mío ayudar a personas y por que tenía un sueño de en algún momento lograr juntar mis dos pasiones, pero eso sería mucho después.Nunca en mi vida me había sentido tan segura con un texto. Me lo sabia a la perfeccion por que estando en mis inicios como actriz nuestro profesor nos había mandando a aprender un monologo de Shakespeare. Puedo decir con certeza que Jorge era uno de los mejores directores que hubiera conocido, era perfecto. De hecho llegue a tener un leve enamoramiento.
Siempre confió en mi y hoy soy quien soy gracias a el. No se donde estaría sino me hubiera inscrito en esa academia, ahí conocí a las mejores personas que conozco y me enseñaron a ser quien soy.Al salir del teatro me encontré a Christopher con mi coche.
-Muchísimas gracias por esto, te debo una definitivamente. -le sonreí y me acerque a saludarlo
-No te preocupes, con que aceptes ir al cine esta noche esta bien.
-De acuerdo, iré al cine contigo solo por que hoy me ayudaste demasiado.
Lo lleve hasta su casa y luego me fui a la mía para ir a arreglarme para el cine.
Al entrar al apartamento había un ramo de jazmines en el piso. Solo un hombre me daba jazmines.
Adam.
Había una tarjeta azul con su caligrafía inmaculada.Aunque te mudes a otra ciudad nunca podrás olvidar la manera en la que yo te hago sentir, sigo aquí esperándote Sisy
Siempre serás Mía.
-AdamCuando el hace cosas así, me hace querer acostarme en mi cama y escuchar Adele todo un día, sin comer y con su ropa puesta.
Aun lo amaba, no como a un novio. Sino como a ese hombre que fue pero ahora mas nunca será. Lo amaba como solo una adolescente enamorada podía hacerlo. Pero no, el no iba a arruinar mi futuro, había arruinado mi pasado.
Me duche y arregle para el cine, me gustaba vestirme bien y maquillarme. Desde pequeña mi mama me había acostumbrado a estar siempre bien arreglada. No me dejaba salir de casa con la cara lavada y pocas veces me daba el gusto de andar todo un día en pantalones de chandal. Decidí poner un pantalón blanco roto, una camisa de blue jean y unos tacones wedges dorados. Me pinte los labios de color rojo y coloque un poco de rímel.
Había dejado que Christopher me recogiera ya que no quería manejar.
-Hola nena, estas preociosa- beso mi mejilla y un escalofrío me recorrió el cuerpo.
-Gracias. -No iba a sacar conversación, ni mucho menos devolverle el cumplido. No me sentía incomoda, solo que desde que había recibido la carta de Adam no dejaba de pensar en el.
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Perdóname por vivir.
Novela JuvenilMi vida era normal, tan normal como la de una chica de 21 años. No era mala, tampoco era buena, era normal. Yo tengo un gran defecto que para mi en realidad es una virtud: no creo en el amor y no hay hombre en el estado de Seatle que me haga cambiar...