Déjame amarte {Larry}

Capitulo dos

Harry:

Dicen que las primeras impresiones son muy importantes. Que como te vistas o como luzcas la primera vez definirá todo al conocer a una persona.

Pues a mí, no me importa lo que piense Louis de mí. Simplemente escogí un chandal negro y salí de casa para esperar a Jay en frente de esta.
Me senté en las escaleras que daban para entrar en casa, y esperé por unos minutos. Cuando una furgoneta negra se aparcó delante de mi casa.
La ventana se abrió y vi a una señora con gafas.

-Harry, querido. Soy Jay la madre de Louis. Entra querido- Asentí y camine hasta la furgoneta, abriendo la puerta y entrando. De fondo sonaba una canción de reggeton.

-¿Qué...?- mierda - ¿...canción es esa?

-Si no le contesto, de Plan B ¿te gusta? Si quieres le pongo más volumen- para evitarlo iba a apartar su mano o tal vez sufriría una parálisis cerebral -Es la música favorita de Louis.

-Ah... Realmente interesante- suspiró y me toco el tabique con los dedos. Analizando mi vida. Entonces me di cuenta de que Louis no estaba en el coche.

-¿Dónde está Louis?

-Está con. Su hermana en el Burger King.

-Y así quiere comenzar una vida sana...- dije en voz baja

-Perdona, cariño ¿dijiste algo?- sonreí y negué. Jay arranco y comenzó a manejar, mientras conducía, en las calles no transitadas hacia zig zags al ritmo de la música.
Me miraba sonriendo y yo intentaba de volverle la sonrisa.

Pasaron unos minutos desde mi casa al Burger. La señora se estacionó en frente y esperamos.

-Voy a llamar al Lui- marco en su teléfono un número y espero - Creo que tú y mi niño se llevarán muy bien.- me miró y habló -Cariño sal del Burger.
Escuche del otro lado una voz aguda, parecía la voz de un duende que salía en la televisión.

-Vale, cariñin te esperamos fuera- colgó y me hablo a mí -Ahora saldrá, están recolectando cupones.

Me reí y Jay me miró con cara interrogante y me reí aún más. Me imaginé a un duende buscando en la basura del Burger cupones. No pude contener la risa ni por un instante.

Entonces entró Louis con una bolsa blanca y me reí mucho más, casi me hago pipi encima.

-¿Qué le pasa a ese tarado?- dijo con una voz aguda

-Louis trata bien a los invitados- entró una chica regordeta

-¿Qué pasa?- nos miramos y se le alumbraron los ojos, mi risa cesó -Hola...

-Lottie deja de enamorarte de todo lo que veas- me sonroje en cuanto el me miró fijamente.

-Cariño él es Harry, y Harry él es Luis.

-Louis para los desconocidos- dijo él.

-Bien, pues chicos los voy a llevar al centro. Espero que se hagan buenos amigos- ambos bufamos y miramos a nuestras respectivas ventanas.

Jay comenzó a conducir, y mientras estaba en mis pensamientos, la hermana de Louis se sentó a mi lado.

-Me gustan tus rizos- no le hice mucho caso. Sacó su teléfono móvil e hizo unas cosas, mi curiosidad me falló y mire su teléfono -¿Quieres ver a mi Pou?

-Tú, bicho raro- dijo Louis -Deja en paz a Tarzan.

-Perd...- me cortó mirándome con una mirada fatal. Ahí estaba Louis Tomlinson, el enano y gordo de siempre. Cada día me daba más asco.

Pasamos todo el rato así, la hermana de Louis, que por cierto se llama Lottie, me enseñó la mayoría de cosas que tenía en el teléfono.

Llegamos a la terapia, Jay estaciono delante para dejar que nos bajáramos.

-Adiós Harry- dijo Lottie, parpadeando coqueta. Le sonreí intentando no hacerla sentir mal.

-Déjalo en paz Pou- dijo su hermano

-¡Cállate gay!- observe como Louis miraba a su hermana y luego me miraba a mí. Bajando del coche.

-Lottie cuando vuelva tu hermano le pides perdón- fue lo último que escuche al salir del coche.

Lo vi parado, mirando el lugar y suspiré.

-Oye... La sexualidad, no es un insulto y mucho menos un problema- coloqué mi mano en su hombro -Si lo eres, no tiene nada de malo. Hay que aceptar quiénes somos-. Soltó una risita y me miró irónico

-¿Ah sí? ¿Porqué estás aquí entonces?- arrugo la nariz -¿Tu madre te obligo?- empujo mi mano y camino dentro de la residencia.
Miré como se iba caminando, nuestra amistad iba a ser difícil. Sería algo que habría que trabajar.